[LIBROS FAVORITOS] El efecto Kapuscinski en la vocación del periodista y el periodismo de calidad

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El efecto Kapuscinski
Por: Franklin Cornejo Urbina

La fase de cambios por la que atraviesa el periodismo, debido a la “revolución electrónica y de la comunicación”, implica repensar prácticas y formas de trabajar la información desde la experiencia  del periodista. En algunos casos, el producto comercial de esta nueva “revolución” de la comunicación ha quedado reducida a la información-espectáculo, donde importa, muchas veces, más la “máquina de hacer dinero”, que la “fuente principal del conocimiento periodístico que son los otros” (pág. 37), señala el periodista polaco Ryszard Kapuscinski en el libro “Los cínicos no sirven para este oficio. Sobre el buen periodismo” (Anagrama Compactos. Barcelona, 2009). 

El libro ofrece un panorama sobre los cambios que ha pasado (y sigue pasando) el periodismo en las últimas décadas, pero al mismo tiempo permite comprender un tipo de interpretación y abordaje del periodismo desde el punto de vista del escritor y periodista Kapuscinski, autor de culto en Italia, España y Polonia; gracias a sus libros reportajes, sobre coyunturas sociales y políticas en Asia, África y América Latina. Algunos de esos trabajos son: “El Emperador” (1989), “El Sha o la desmesura del poder” (1987), “La guerra del fútbol y otros reportajes” (1992).

El libro

Kapuscinski comparte en conversaciones y entrevistas que recoge este libro, cuestiones claves del periodismo, que no se deben perder de vista, y que resultan ser parte de la existencia misma del periodismo.  

Kapuscinski es un maestro de la reportería, pasó la mayor parte de su vida como periodista viajando y viviendo en diferentes países; aprendiendo el oficio de informar a través de la observación y la escucha.  Reconociendo como él mismo dice que para ejercer el periodismo hay que tomar en cuenta los “imponderabilia” (lo que sucede a nuestro alrededor), al tiempo que se deben seleccionar las fuentes y elegir un lenguaje preciso. 

Lo novedoso de la publicación, es que reúne las experiencias y decisiones de trabajo del reportero, un tipo de información que es difícil de encontrar, porque muchas veces; y así lo entendemos,  los reporteros no tienen tiempo para escribir sobre sus propias prácticas, por estar inmersos en las rutinas periodísticas. No tienen costumbre de contar los quehaceres del oficio de informar, o les faltan espacios para contar temas del oficio.  

Y se sabe un buen periodista es sobretodo un buen reportero, que se hace de estrategias para llegar a sus fuentes y conoce el valor de contar buenas historias. Por ello el mérito de la publicación es todo para la periodista italiana Maria Nadotti, quien compiló las declaraciones que ofreció el maestro Kapuscinski, en Italia, entre 1994 y 1999, y publicó este libro que se ha convertido en un clásico para los que quieran conocer el corazón y la mente del periodista profesional.

La historia

La primera edición del libro está en italiano y apareció el 2000 en Roma, bajo el sello de Edizioni e/o.

Ryszard Kapuscinski falleció el 2007, por ello este libro, que es un homenaje a su obra, representa la oportunidad de comprender -en primera persona- sus reflexiones, apegos, críticas, consejos, mentalidades, idiosincrasia, estrategias sobre cómo se concibe un periodista que busca hacer un periodismo dirigido a los otros, en una relación imprescindible que tiene el periodismo, y que es la “la relación con los seres humanos” (pág.38). 

Y es a partir de esta frase, que kapuscinski hace un deslinde y comenta que “los cínicos no sirven para este oficio”. Podemos hablar de un efecto Kapuscinski en la vocación del periodista y la búsqueda de un periodismo de calidad, en unos efectos que toman distancia de la información comercial sensacionalista, de los medios que estigmatizan a los otros con estereotipos y discriminación. 

Unos efectos que, además toman distancia de lo que hoy se conoce como posverdad, también del conflicto de intereses que subsisten en la producción de información, donde no  se establecen diferencias entre lo que es información y aquello que es publicidad. 

El autor

Ryszard Kapuscinski comenta sobre estas cuestiones, y otras más. Sin embargo quisiéramos destacar, fragmentos de la experiencia del reportero Kapuscinski; que consideramos relevantes del quehacer del reportero; y desde allí, comprender como  por ejemplo en la acción misma del observar y escribir sobre las personas y la realidad, se puede construir una identidad personal y profesional, unos criterios para hacer periodismo.

Presentamos algunos fragmentos de las declaraciones de Kapuscinski reunidas en esta obra, a manera de efecto Kapuscinski para el buen periodismo:

La observación

“Para observar lo que es físico, para observar la esencia de los relatos, es necesario que el cuerpo propio y verdadero del narrador se encuentre en el lugar de los hechos o en las inmediatas cercanías. No se pueden realizar observaciones sobre una pantalla. Todo lo más que permite una pantalla es leer” (pág.98).

Las fuentes

“Las fuentes son variadas. En la práctica, hay de tres tipos. La principal son los otros, la gente. La segunda son los documentos, los libros, los artículos sobre el tema. La tercera fuente es el mundo que nos rodea, en el que estamos inmersos. Colores, temperaturas, atmósferas, climas, todo eso que llamamos imponderabilia, que es difícil de definir, y que sin embargo es una parte esencial de la escritura.  El problema principal, hoy en día, es que las dos primeras fuentes están creciendo incesantemente. En cualquier parte a la que uno vaya, cada vez hay más personas. La selección de las personas que queremos como “material” para nuestros reportajes es un asunto de elección que se lleva a cabo gracias a la intuición y a la suerte. Y sobre esto es imposible dar alguna definición o formular alguna receta” (pág. 44).

Los otros

“La fuente principal de nuestro conocimiento periodístico son los “otros”. Los otros son los que nos dirigen, nos dan sus opiniones, interpretan por nosotros el mundo que intentamos comprender y describir. No hay periodismo posible al margen de la relación con los otros seres humanos. La relación con los seres humanos es la relación imprescindible de nuestro trabajo” (pág. 38). 

Los relatos

“En nuestra profesión, en todas las formas en que se manifiesta (prensa, televisión…), la tendencia es abreviar cada vez más los relatos. Si sólo tienes una o dos hojas para escribir, todos los matices se pierden. Tienes que condensarlo todo en una pulsación, en una frase” (pág. 55).

El mundo contemporáneo

“Es imposible vivir en el mundo contemporáneo sin cambiar y sin adaptarse a los cambios. Porque nuestro objeto está en constante cambio (…). Nuestra profesión necesita continuos reajustes, modificaciones, mejoras” (págs. 40-41). 

El reportaje

“Todo buen reportaje es un trabajo colectivo, y sin un espíritu de colectividad, de cooperación, de buena voluntad, de comprensión recíproca, escribir es imposible” (pág. 40).

La pobreza

“La pobreza no llora, la pobreza no tiene voz. La pobreza sufre, pero sufre en silencio. La pobreza no se rebela. Encontramos situaciones de rebeldía sólo cuando la gente pobre alberga alguna esperanza” (pág. 41).

El público

“En nuestra profesión, es muy importante prestarle mucha atención al lector (o telespectador) al que nos dirigimos. De un hecho concreto, nosotros conocemos muchas cosas más que él; es más, a menudo no sabe nada sobre el mismo. Debemos, por tanto ser muy equilibrados. Hay que introducirlo a la comprensión del acontecimiento, contándole también la historia del mismo” (pág. 59). 

El poder

“Lo ideal es ser lo más independiente posible, pero la vida está muy lejos de ser ideal. El periodista se ve sometido a muchas y distintas presiones (…). Nuestra profesión es una lucha constante entre nuestro propio sueño, nuestra voluntad de ser completamente independientes y las situaciones reales en que nos encontramos” (pág. 56).  

“Los cínicos no sirven para este oficio. Sobre el buen periodismo” es un libro para los defensores de la verdad y la realidad, los que desconfían de los poderes desmesurados, y aman los viajes como horizontes para ver y vivir el mundo en primera persona. Hay aquí una buena lectura para el redactor, el periodista, el ciudadano que cree en la dignidad humana y el valor del conocimiento que viene del periodismo.

Franklin Cornejo Urbina 

@MediaLabUNMSM

Lima, 1 de agosto de 2019

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