Los transeúntes y ciclistas del Óvalo de La Curva, en Chorrillos, dejaron de utilizar las ciclovías de la zona debido a las diarias invasiones que hace el transporte público y privado. Si bien hasta ahora no se han reportado accidentes, estos no tardarían en llegar ante cualquier descuido.
María Castro, quien recorre a diario la zona con su bicicleta, precisó que es imposible manejar sus dos ruedas en horas punta debido a que los vehículos no respetan la vía exclusiva para ciclistas. Para el comerciante Marco Escobedo ir por la ciclovía es exponerse a una muerte segura. “Yo trabajo cerca de aquí y tengo mi bicicleta, pero tengo que venir caminando por miedo a que me atropellen. A los taxistas no les importa si hay alguien que pase cerca a ellos. Nadie nos respeta”, asevera.
En desmedro de los ciclistas, los conductores de vehículos no reparan en pasar por encima de las barras de cemento que hacen de divisores entre la vía vehicular y la reservada a las bicicletas. Richard Ríos, un taxista chorrillano, justifica que es necesario utilizar ese espacio adicional por el excesivo tránsito que existe en el óvalo.
Las ciclovías fueron construidas en el 2011 por la exalcaldesa de Lima, Susana Villarán, con el objetivo de incentivar el deporte en los pobladores. Sin embargo, dicha iniciativa ha sido interferida desde un inicio con el estacionamiento de vehículos automotores en medio de estas.
Créditos: Rosmery Bravo, Morelia Valenzuela, José Guablocho, Mike Figueroa, Franco Cuadros, Rodrigo Muñoz
Foto: Franco Cuadros