Casi a diario, los compradores del mercado Santa Rosa, en Collique, Comas, son afectados por los robos a manos de los pandilleros de la zona. Para cometer sus fechorías, los ladrones se valen de mujeres que usan niños para generar confianza y pasar inadvertidas. Sin embargo, existen otros factores que les facilita la tarea.
Una de estos, es la escasa presencia de personal de seguridad. Al respecto, se estima que solo tres vigilantes de 7 a. m. a 2 p. m. velan por la seguridad de una 800 personas, entre comerciantes y clientes.
El último fin de semana, a través de la radio comunitaria que creo el propio emporio comercial, se pudo registrar la presencia de los delincuentes. Según se informó en esa ocasión, los involucrados eran dos hombres, uno de ellos vestía un polo blanco y el otro, plomo con rayas negras. “Este tipo de anuncios siempre nos ayuda -declaró una vendedora- ya que nunca tenemos resguardo policial”.
Ninón Castillo, presidenta de los asociados del mercado, manifestó que de continuar estos casos de robos, a los que hay que sumar otros como asesinatos y violaciones, se aplicará, sin mayor contemplación, medidas correctivas más severas. “En la última reunión de consejo acordamos que estamos dispuestos a capturarlos y hacerles un castigo público. Estas personas no entienden y siempre regresan”, dice.
Los comerciantes declararon que nunca se preocuparon por denunciar estos hechos pese a que su zona ha sido declarada como “roja” por las autoridades de Comas. Mencionaron que si bien los rateros que merodean la zona son personas conocidas todavía no son capaces de reconocerlos por sus nombres.
Créditos: Brenda Carrasco, Jahaziel Pillaca, Karen Anaya, Kimberly Colchado
Foto: Karen Anaya