Por Elias Jiménez
Según el Instituto Nacional de Salud, en el país más del 20 % de adultos peruanos padecen de esquizofrenia. Sin embargo, lejos de contar con la atención debida, estas personas son víctimas de la falta de recursos del Estado, la malversación de donaciones y el desapego familiar.
Es el caso del pabellón n. ° 4 del Hospital Víctor Larco Herrera, que reúne a adultos varones con esquizofrenia crónica severa, donde existe, a diferencia de otras áreas de diversas patologías y departamentos de adicción, un preocupante abandono.
Sumiko Flores, quien fue practicante de dicho espacio hasta inicios de este año, aseguró que no existe una adecuada administración de los ingresos en los distintos pabellones, siendo ese el sector más olvidado, al punto de no contar con elementos básicos como jabón personal para su libre uso durante todo el día. El SIS solo cubre con los gastos hechos en medicinas y alimentos.
“Respecto a las donaciones, por lo general, se evita que sean monetarias, debido a que ya han ocurrido malversaciones de estas, por lo cual ahora se aceptan donativos ya sea ropa o alimentos no perecibles”, dijo Daniel del Risco, otro expracticante.
Por otro lado, Flores agregó que algunos trabajadores se apropiaban de las donaciones materiales amenazando a los pacientes. “Esporádicamente, otras entidades han aportado con útiles para trabajar, instrumentos musicales, entre otros. (…) los mismos trabajadores cogen estos útiles para su beneficio personal, los pacientes no denuncian estos hechos abiertamente por temor a que los golpeen o griten”, sostuvo ella.
“Es comprensible que las familias los internen apartándolos de sus hogares, ya sea por cuestiones económicas o sociales; sin embargo, es inconcebible que los abandonen”, expresó Jeremy Alvarez, encargado allí del programa de rehabilitación Reconociéndonos. Su excolega Luis Yacolca hace un llamado de reflexión, sugiriendo que se reeduque a la sociedad, y así “borrar ese estigma: loco”.