Por Carlo Brandon Melgarejo Bustamante
El paradero 5 de Canto Grande es literalmente un basurero. Frecuentemente, los vecinos de esta parte del centro de San Juan de Lurigancho amontonan sus desperdicios durante el día ante la falta de facilidades para el recojo municipal. Las quejas no pasan de ser conversaciones con el bodeguero, sin llegar a reclamar a las autoridades.
“El basurero pasa a las 11 cuando varios están dormidos, no hay tachos ni un lugar dónde botar la basura”, dijo Mario Huari, vecino de la urbanización Casuarinas de ese paradero.
Los habitantes manifiestan que los comerciantes del mercado Señor de los Milagros saca tarde sus residuos y los amontona en las esquinas, pero los vecinos que viven cerca también dejan sus bolsas. Cuando viene el camión recolector tiene que recoger los desperdicios regados, pues los perros y los recolectores de plástico rompen las bolsas para sacar algún provecho de lo que encuentren.
Otros vecinos mencionan que la culpa es de ambas partes. “La gente quiere que el camión se pare en la puerta de su casa, eso también es irresponsabilidad; pero el municipio no ha arreglado ni ha puesto tachos”, afirmó Gregorio Calixto, quien agregó que el problema también se da en áreas verdes.
Este medio llamó reiteradas veces a la Gerencia de Desarrollo Ambiental de la Municipalidad de San Juan de Lurigancho, pero al término de este día no hubo respuesta.