Domingo, 5 Mayo 2024

Covid-19: es imposible infectarse por redes sociales (o quizás sí)

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Este artículo forma parte de nuestra serie sobre desinformación en tiempos de pandemia.

#ContraLaDesinformación

La tendencia que se ha originado en medio de la pandemia del SARS-CoV-2 es la de compartir información (supuestamente) real y comprobada sobre el coronavirus en las redes, pero gran parte de estos contenidos resultan ser falsos y no solo generan desinformación, sino que también ponen en riesgo la vida de miles de personas.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el término infodemia se utiliza para referirse a la propagación de informaciones verdaderas y/o falsas que se difunden en el espacio digital por diversos autores en medio de una epidemia.

Esta costumbre de difundir contenido falso se debe –entre muchos factores– al “razonamiento motivado”, al cual hacen referencia Ernesto Calvo y María Aruguete en su libro Fake news, Trolls y otros encantos como un “mecanismo cognitivo por el cual, con un resultado ya en mente, tendemos a aceptar la evidencia que sostenga nuestra conclusión o a descartar aquella que la contradiga” (p. 23).

Esto quiere decir que dentro de la infodemia, la difusión de fakes responde a un razonamiento motivado de las personas que las propagan por redes sociales, ya sea por la creencia de encontrar el anhelado antídoto o por algún prejuicio colectivo. Por ejemplo, la viralización de un post en Facebook sobre un ciudadano cubano que ha encontrado la supuesta cura al coronavirus, en el primer caso; y en el segundo, la difusión de un video en WhatsApp y Facebook sobre el hallazgo de cuerpos arrastrados por el mar desde Ecuador a costas peruanas (si bien, el material es verídico, la imagen corresponde a un naufragio en las costas de Libia ocurrido en el año 2014).

Las cadenas de mensajes que se comparten en redes sociales sobre tips y recomendaciones – mediante imágenes y audios –para “matar” al virus o indicaciones/advertencias sobre decisiones (falsas) del gobierno– son nada más y nada menos que desinformación. He aquí algunos ejemplos:

Es así como la infodemia va penetrando en la sociedad, asemejándose a la pandemia misma, infectando de desinformación e histeria a las personas que las aceptan como verdades, las aplican y las difunden. Las empresas dueñas de las redes sociales han tomado cartas en el asunto y se han propuesto reducir la propagación de este mal digital, pero la tarea comienza por nosotros, los consumidores de información. No solo se trata de mejorar los contenidos en las redes, se trata de entender que saber discernir entre información falsa y la que no lo es puede salvar vidas.

Referencias:

Aruguete, N. & Calvo, E. (2020). Fake news, Trolls y otros encantos. Cómo funcionan (para bien o para mal) las redes sociales. Recuperado de https://bit.ly/3ar0SFX 

@Jesús Huamán Duránd: jesus.huaman13(at)unmsm.edu.pe

@MediaLab UNMSM

Lima, 24 de abril de 2020

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