La universidad pública en tiempos de pandemias

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Diario oficial El Peruano
en tiempos de pandemias

30 mil jóvenes de Lima y provincias que iban a participar en el examen de admisión 2020 en la primera universidad pública del país, la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, se quedaron en suspenso. Los 45 mil estudiantes regulares se enteraron de la postergación del inicio de clases hasta fines de marzo. Similar situación, aunque con cifras menos voluminosas, ocurre en todas las universidades públicas del país.

Suspender el examen de admisión para una universidad pública tiene un costo muy alto ya que buena parte de la obtención de recursos propios provienen de él. Aun así, ahora tiene que afrontarlo. Ocurre algo parecido con las matriculas de posgrado. Sin embargo, esta es una decisión necesaria.

Es bien conocida la deficiencia en infraestructura por la que atraviesa la universidad pública, lo que es crucial ante cualquier pandemia. En esta coyuntura se espera que ahora el Estado vuelva la mirada hacia ella y registre la necesidad de inversión en infraestructura educativa a nivel nacional. En este contexto también es importante que el país valore el aporte que la Academia está haciendo para asistir a la sociedad en estos momentos.

Por ejemplo, la Facultad de Medicina San Fernando, de excelencia académica desde 1856, desarrolla estudios, que vienen de años, sobre la expansión de pandemias. Ahora ha presentado un plan estratégico que coordina con el Ministerio de Salud. Similar situación se da en las diferentes facultades del área de la salud. Se trata de hacer prevención con una visión científica de los problemas.

La Facultad de Letras UNMSM realiza una campaña de sensibilización en lenguas originarias cuya versión en quechua ya está siendo difundida, con ello pretende sumarse a las labores de prevención para una comunidad de casi tres millones de quechua hablantes peruanos. “Es una obligación de la academia jugar un papel dirigente, docente y un compromiso moral con nuestro país”, asegura su decano, José Carlos Ballón.

Y como alternativa ofrecida a los estudiantes en circunstancias de crisis para no perder el año o semestre académico se ha puesto en marcha una red informática para vincular a docentes y estudiantes a través de aulas virtuales, algo que ya se está haciendo en Harvard, en UCLA (EEUU) y en diferentes países. Es el inicio de la transformación del proceso educativo en el mundo. Y todos estamos ahora involucrados.

Se trata de un nuevo reto para la universidad pública. Sus miembros pondrán a prueba sus conocimientos en el uso de la tecnología digital y quienes nunca la utilizaron tendrán la oportunidad de asumir su propia transformación. Es hora de ver procesos y, con el tiempo, evaluar los resultados para mejorar y brindar educación de calidad, entendida esta como un proceso continuo.

Sin duda se está dando inicio a una nueva forma del desarrollo de todos los aspectos de las sociedades. El Covid-19 nos invita a ingresar a una nueva fase de expansión del conocimiento que tiene a internet como base fundamental y al manejo de grandes datos informáticos (Big data) como complemento en lo cotidiano. La educación debe ser reformulada y la universidad pública debe colocarse a la altura de las circunstancias.

*Este artículo fue publicado en el Diario Oficial El Peruano.

Lima, 26 de marzo de 2020

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