Cuando dejé de escuchar los aplausos, miré a mi alrededor y tuve una extraña sensación que hasta el momento es difícil de explicar. Vi gente saliendo, un escenario apagado y butacas vacías. En otras circunstancias habría seguido al mar de personas para encontrarme rápidamente con mis compañeros a la salida; sin embargo, esta vez no fue así. Les cuento por qué.
El Elenco Nacional de Folclore (ENF) ha logrado poner en escena una línea de tiempo que describe y detalla la historia de los afroperuanos, desde las costumbres propias de los primeros africanos en llegar al Perú – pasando por su sufrimiento como esclavos – hasta la impresión en la historia de las diversos expresiones propias del mestizaje con las diversas comunidades peruanas. El espectáculo rinde homenaje a grandes maestros del arte afroperuano como Amador Ballumbrosio, Nicomedes Santa Cruz, Victoria Santa Cruz. Esto es Retablo afroperuano.
Retablo es el emblema insignia del ENF, puesta escénica que se encarga de revalorar y difundir la cultura peruana a través de la danza y música folclórica. Cuenta con dieciséis temporadas en diferentes versiones: Retablo de Carnaval, Retablo de Fiestas Patrias, Retablo de Candelaria, Retablo de Marineras, Retablo Sinfónico y ahora, Retablo afroperuano.
Cada vez que nos referimos a ritmos afroperuanos, ¿qué es lo primero que piensas? De seguro se te viene a la mente el conocido tema musical Le dije a papá o el festejo como danza. En realidad, no está mal, pero no son las únicas expresiones que han perdurado hasta el día de hoy . Te contamos que este Retablo incluye Megritaron Negra, poema rítmico de Victoria Santa Cruz que transmite el sentir de una comunidad con una historia muy dura, y no solo hablamos de la esclavitud en la época colonial del siglo XVI, sino también de la actualidad, pues nadie está libre de un acto discriminatorio que hoy por hoy, no ha sido erradicado.
Asimismo sucede con Jarana para Vicente que genera ganas de bailar y formar parte de esa familia que celebra el cumpleaños del abuelo con una marinera limeña, un baile que muestra el mestizaje hispano-amerindio-africano. Aquí no solo vemos baile sino que también escuchamos décimas en Guitarra llama a cajón de Nicomedes Santa Cruz, que nos enseña la estructura de dicha danza.
Al escucharRaíces del festejo – Le dije a papá compuesta por Pepe Vásquez, un importante difusor de la música costeña peruana, se te pone la piel de gallina, cantas o tarareas la música por el simple hecho de conocerla y sentirla como parte nuestra. Lo mismo ocurre con Toro Mata, ¿quién no ha entonado alguna vez dicha versión de Caitro Soto? “Toro mata rumbambero, ¡ay! toro mata”. Debo confesar, que la primera vez que vi la coreografía, me desagradó en absoluto, quizás porque ya estaba acostumbrada a una versión anterior. No entendí al instante el propósito de este nuevo esquema; sin embargo, con un poco más de observación comprendí que buscaban una armonía entre los elementos afroperuanos e hispanos. En especial, este cuadro, ya no tiene la indumentaria típica: las faldas largas o las blusas coloridas, sino vemos vestimenta diferente y moderna, similar a lo que podemos usar en un día común. Es una visión de las danzas afroperuanas con los ritmos latinos y contemporáneos que puede captar, en particular, a esa persona que no gusta del folclore.
Este Retablo no solo es especial porque, para tristeza de muchos, es el último, sino también porque los artistas exploran otras disciplinas como el canto, la actuación y la declamación. Si bien una persona relacionada a las artes escénicas no necesariamente hace de todo: actuar, cantar o bailar; puede ponerle el empeño para lograr un buen resultado, debido al amor y la pasión que tiene y, mejor aún, si asume nuevos retos para enriquecer su vida artística.
Es notorio el esfuerzo que hacen tanto los bailarines como los músicos y su director artístico, Fabricio Varela Travesí, pues es un trabajo constante y de cooperación. Es admirable como lo dejan todo en el escenario, cómo viven cada canción y letra pero, sobretodo, el amor que ponen al interpretar pieza tras pieza. Uno los observa y se pregunta ¿cómo hacen? ¿viven bailando todo el tiempo? ¿de dónde les nace tanta pasión? Es inexplicable. Por ello buscamos respuestas entre los integrantes de ENF y uno de ellos nos dijo: “es una alegría montar un espectáculo para la gente, que puedan ver las formas de expresión, que rescaten algo de lo que exponemos y que sea de su agrado. Lo hacemos con mucho cariño”.
Sin duda, un espectáculo que ha servido como acercamiento a nuestras raíces, a lo hermoso de nuestra cultura peruana.
Vas en el autobús de camino a la universidad o al trabajo, es hora punta y llevas media hora en el mismo lugar. Compruebas la hora en tu reloj y notas que ya es muy tarde. ¿A quién no le ha pasado? Ya no sabes qué pensar y en vez de enfadarte, prefieres distraerte. Sacas el celular, te colocas los auriculares y comienza a sonar una melodía que te hace olvidar de la bulliciosa y caótica ciudad de Lima. En ese momento, el ritmo y la letra de tu canción favorita provocan en ti una sensación muy distinta a la que tenías minutos antes. Es probable que te hayas dado cuenta del cambio de ánimo, por lo que solo esbozas una pequeña sonrisa.
Y es que la música tiene ese poder increíble de brindarte más de una emoción a la vez. Puede hacerte reflexionar sobre algún pasaje de tu vida, ser compañera en tus momentos de paz y tranquilidad, así como llenarte de alegría, incluso hacer bailar al más duro de tu círculo de amigos. Entre tantos estilos y géneros, hay una en especial que suele ser poco aceptada por los jóvenes, ya que se tiene la errónea creencia que solo es música para personas mayores. Estamos hablando de la habitualmente llamada música clásica que en realidad es música académica del siglo XX.
Durante el siglo XX, época de grandes cambios sociales y avances tecnológicos, el arte, en especial la música, rompe esquemas tradicionales y crea nuevas técnicas de composición y adopta como característica principal la diversidad del lenguaje musical, es decir, no hay un género dominante. Surgen nuevos estilos como el modernismo, que tiene influencia progresista de los finales del siglo XIX y busca en el arte la ruptura de las formas clásicas ya conocidas, por ejemplo.
El viernes 16 de febrero, la Orquesta Sinfónica Nacional del Perú (OSN) presentó su Gala de Apertura para la Temporada de Verano 2018 en el Gran Teatro Nacional. Este evento contó con artistas invitados como Juan Carlos Lomónaco, director titular de la Orquesta Sinfónica de Yucatán (México), y los pianistas peruanos Carmen Escobedo y Diego Puertas. Recordemos que este año, la OSN cumple ochenta años de existencia, por ello, se preparó este recital de gran calidad musical que cautivará a más de uno. Un espectáculo, sin duda, para grandes y chicos.
No es la primera vez que comparten escenario, Diego Puertas y Carmen Escobedo ya han sido cómplices en conciertos pasados como aquel en conmemoración de la Fiesta Nacional de Francia en el año 2009; sin embargo, esta ocasión es diferente, es especial. Ellos interpretan Concierto para dos pianos de Francis Poulenc.
Esta obra musical fue estrenada en Venecia el 5 de setiembre de 1932 bajo el marco del Festival Internacional de Música de Venecia con la Orquesta de La Scala de Milán. Según Lomónaco: “Contiene elementos impresionistas de influencia francesa y momentos clásicos que nos recuerdan a Mozart. Es una obra muy rica en toda esta gama de estilos, presentada al público en solo veinte minutos”.
Se trata de una composición dividida en tres movimientos: el primero de ellos contiene la influencia de Stravinsky y su lirismo íntimo, además de su gusto por los ritmos estridentes de Satie; el segundo remonta los pasajes lentos de Mozart y en el último, se congenian diversos estilos en la que es reconocible la influencia de la música de salón parisino.
Cada nota sonó en correcta armonía y mantuvo vivo, de inicio a fin, el objetivo principal: alcanzar la perfecta interpretación. Los niveles de concentración fueron cautivantes, la pasión por la música se reflejó en los rostros de cada protagonista y ese sentimiento de amor fue presenciado por el público espectador que guardó silencio y esperó el momento preciso para ovacionar a los solistas.
Sin perder el entusiasmo, los músicos siguieron atentos a las indicaciones del personaje delante de ellos. Ningún error fue omitido por Lomónaco, que cada vez que sale al escenario disfruta cada segundo, se olvida del exterior y cumple la labor de transmitir al público su mayor pasión: la música. “Una vez iniciado el concierto, estoy inmerso en ella y es lo mejor que puedo hacer porque así el público disfrutará de esta magnífica agrupación y de un momento tan emocionante en unos de los mejores teatros de América”, relata.
Con la siguiente pieza, los sonidos siguieron entrelazándose y formaron el aforo donde el violín, el chelo, la viola, el violonchelo, el oboe, la flauta, la percusión y el contrabajo se convirtieron en los siguientes protagonistas de la velada.
Sinfonía N.° 2 es una obra estupenda de la literatura musical compuesta por Sergei Rachmaninoff entre los años 1906 y 1908. Su estreno fue el 8 de febrero de 1908 en San Petersburgo bajo la dirección del propio compositor. Esta pieza representa en su totalidad al autor y su personalidad romántica con la herencia de la sinfonía rusa y de la obra de Tchaikovsky, a quien consideró fuente de inspiración.
Las notas jugaban entre sí, la conexión con el público seguía intacta mientras el “lenguaje internacional de la música” permitía comprender hasta el más mínimo compás. Luego de dos horas, la función estaba por acabar. Fue una experiencia única. Los aplausos se escucharon en todo el espacio y al salir del teatro, se podía observar cómo las personas se retiraban sonrientes.
En la actualidad, con toda la tecnología que manejamos, el ser humano ha dejado de disfrutar de estos placeres que te dan las artes escénicas. Ya sean la danza, la música, el teatro o el arte en general, cada una de estas disciplinas contribuye a la construcción de la sensibilidad humana. Juan Carlos Lomónaco, al finalizar la entrevista, nos dejó una frase que ha calado el corazón de esta humilde autora y que resume, a mí parecer, uno de los principales problemas de las personas. “El ser humano es el único capaz de trascender a través, desafortunadamente, de la destrucción y del arte. Puede destruir una ciudad, el mundo incluso. Un animal no puede hacer eso, nosotros sí tenemos esa terrible posibilidad, pero también podemos trascender dejando una catedral o un cuadro de pintura. Esa es la lección del ser humano”.
Está clarísimo. ¿Tú cómo deseas trascender en el mundo?
Por Andrea Cáceres Huamaní
Fotografías: Natalí Conde
Lima, 5 de abril de 2018
Tercera llamada. Luces apagadas, indicaciones de seguridad, sala totalmente llena. En una obra de teatro o en un ballet todo hubiese estado en penumbra, pero hoy resplandecieron las luces enmarcando un escenario con sillas y atriles vacíos. De repente ingresaron los músicos, instrumento en mano, seguidos por el director invitado, Bertrand Valenzuela, quien sin mucho preámbulo, inició la función.
Hadas corriendo por la platea baja y alta, abrieron su vuelo hacia los pisos más altos del teatro, impulsadas por los violines, quienes realizaron una excepcional interpretación de la Obertura de Sueño de una noche de verano, compuesta por Félix Mendelssohn. “Para mí es un privilegio dirigir a la Orquesta Sinfónica. Mi papá me llevó a los 10 años al Teatro Municipal a escuchar a la Sinfónica Nacional”, nos comentó el director durante el ensayo general, pocas horas antes del concierto. La pieza, conocida por la mayoría del auditorio, fue bien recibida, dando un buen inicio a la velada.
“La solista vestida de rojo fue mi favorita. Fue muy conmovedora” fueron las palabras de una joven con la que compartí el taxi de regreso a casa por pura casualidad. Estudiante de la USIL por el programa Beca 18, en Lima hace ya varios años, pero cuzqueña hasta los huesos, Elsa Nina me dio su opinión positiva, así como negativa del programa. Hablamos de El vuelo de la alondra, por Ralph Vaughan Williams. María Elena Pacheco, la solista vestida de rojo, interpretó la pieza dejando a la sala entera en conmoción.“Lo que trato y quiero es transmitir esa alegría y paz… que se sienta que la alondra está por ahí”, fueron sus palabras durante una breve entrevista con ella. Déjame decirte María Elena, lograste tu cometido y más.
La siguiente pieza fue el estreno mundial de Presto, compuesta por Juan José Chuquisengo. Velocidad, percusión, cuerdas y piano estuvieron acompañadas por la confusión del auditorio presente. Esta pieza me llevó a un estado de alerta; sin embargo, no concuerdo con el compositor al sugerir que este estado puede conllevar a la “alegría vital e incluso a la euforia”. Yo diría que me llevó a la confusión y me transportó a una escena de tráfico caótico. “No sabía qué escuchar, aunque la percusión me llamaba más la atención”, me dijo Elsa Nina de regreso a casa. “No me gustó”, agregó. Durante la pieza, llevada por la curiosidad, volteé a ver la reacción del público. No me sorprendió ver algunos ceños fruncidos, además de una señora en particular durmiendo en su asiento. Rescato de Presto momentos de mayor claridad en los que me sentí llevada por el ritmo y percusión, que fueron de mi personal agrado.
Hablar de cada una de las piezas de Strauss que fueron presentadas en este programa, abarcaría todo el espacio del que dispongo. Cada una de ellas nos transportó a Austria, tal vez a los conciertos de año nuevo tocados por la Filarmónica de Viena. “En estas piezas Vienesas hay mucha tradición. Cosas que no están escritas pero que se hacen por costumbre”, señaló el director, Bertrand Valenzuela. El público respondió entusiasta a estas piezas, cada aplauso estuvo lleno de regocijo y a mi parecer, fue el broche de oro que cerró el espectáculo. No es fortuito que llamasen Rey del Vals a Johann Strauss II. Al finalizar la polka Bajo truenos y relámpagos, la orquesta nos regaló una pieza adicional, esta vez por Johann Strauss padre. La Marcha Radetzky cerró con broche de oro el concierto. Con la participación del público dando palmas al compás de la música, los asistentes se despidieron de la Orquesta con una sonrisa en el rostro. Estoy segura de que aquellas personas que fueron por primera vez a ver un concierto, regresarán en una próxima oportunidad.
Por: Claudia Rojas Azabache
Lima, 5 de abril de 2018
¿Qué es barro? ¿No es más que agua y tierra? No lo creo así. Agua es vida y tierra es equilibrio. Entonces, si juntamos ambos, generamos barro. Me niego a pensar que Barro deba ser visto de mala forma, como inestabilidad, desequilibrio, vacilación, etc porque significa el equilibrio de la vida. Por lo tanto, no es algo sucio, que apesta y que nadie quiere, es uno más de nosotros y quizá más interesante de lo que podamos imaginar.
Esta obra nos da a entender que Barro es una persona igual de especial que cada uno de nosotros, sin importar raza, cultura o religión. Muchas veces este personaje generó desequilibrio en la escuela; sin embargo, nunca se derrumbó a pesar de tantos insultos o palabras hirientes que les decían sus compañeros.
Esta obra se desarrolló a partir de el análisis realizado en colegios limeños y chalacos para conocer de los problemas que acontecen los adolescentes hoy en día, lo cual fue una buena iniciativa de el programa de Formación de Públicos del GTN, el Ministerio de Cultura del Perú y el British Council Perú. Muchas veces hacemos daño sin darnos cuenta… y otras veces a propósito, sin pensar en lo que podemos causar con nuestras acciones. La solución es tener siempre presente que debemos ser empáticos y generar una autoestima fuerte en nosotros.
Cada vez que Barro era despreciado sentía como un cuchillazo en el alma, me sentía identificado, podía padecer al igual que el personaje. Sin embargo, me tranquilizaba saber que también hay personas en las que está el cambio, que nos pueden ayudar y no permitirán que nadie nos genere más daño. No puedo dejar que esto siga pasando, debo hacer algo aunque muchas veces no podamos identificar las consecuencias exactas del bullying. Me siento mal que con esto se produzcan personas que sufran de anorexia, bulimia, autoestima baja, entre otros. Por esto y otras cosas más, debemos luchar todos contra este fenómeno escolar.
Barro, a pesar de que fue atacado como si no tuviera sentimientos, siempre se mantuvo firme como la tierra y viva como el agua. No se dejó derrumbar, siguió adelante y pudo darle una lección a los malos de la obra, quienes entendieron que estaba mal lo que hacían.
Al inicio y término de la función hubo una dinámica por parte de tres jóvenes que empezaron ayudándonos a identificar nuestros gustos y cultura. Luego, finalizaron ayudándonos a acercarnos más a los actores y directora de la obra haciéndoles preguntas para conocer su trabajo más a fondo de esta función. La mayoría de los espectadores respondieron a lo que los presentadores de la obra preguntaba, muchos se sentían identificados tanto en el papel de barro como en el de los personajes agresores y también en los que ayudan. Nos dimos cuenta de que este problema es muy grande y debemos acabarlo a como dé lugar para no generar más inseguridades y problemas psicosomáticos en las personas que padecen de esto. Una buena cantidad de gente se paró y aplaudió esta función por esta gran enseñanza.
¿Cuantas veces los casos de acoso en el colegio y en la universidad, nos dejan perplejos, sin palabras, indignados?
«Barro» es una obra de teatro que nos lleva a los límites de la experiencia…y nos hace pensar.
Escrita por Neil Leyshon y dirigida por Vanessa Vizcarra, «Barro» es una propuesta teatral diferente.
Texto y fotos: Kenni Romero
Dos jóvenes entran a escena, ¿quiénes son? …no dejes de mirarlos porque ellos saben más de lo que creemos. Sus cuerpos hablan por sí mismos, hablan de cuanto aman lo que hacen: ACTUAR.
Escena: Noche de Reyes
Fotos y textos: Natali Conde
Audio: Yesennia Coronel / Andrei Sebas Hidalgo
Abiertas ya las puertas del Gran Teatro Nacional nos ubicamos en las butacas los niños, jóvenes y adultos con gran expectativa para ver la función. “Mi primer concierto” es un buen método para atraer a un público de todas las edades, ir en familia y para acercarse más al teatro.
Viví la obra como un niño más y me di cuenta de que mucha gente adulta también experimentó lo mismo. Nos hizo sentir como si nosotros estuviéramos en Nápoles disfrutando de la presencia de ese ser risueño en torno al cual gira toda la obra. De eso se trata, de sentirse como el personaje principal, actuar e interactuar. Esto es lo que propone el Gran Teatro Nacional.
¿Qué decir de la música? El maestro Pablo Sabat en la dirección de la orquesta y con el apoyo de su concertino Faridde (violín) creaba dulces armonías que se unían a través las cuerdas, los vientos y la percusión. Un repertorio musical muy bien escogido en el que incluían composiciones tanto de Vivaldi como de Mozart. Música, narración y actuación generaban un viaje imaginario a la famosa y colorida ciudad de Italia, Nápoles.
Esta obra nos permite vivir, a través de la música, la vida de cada personaje en escena; o sea, el vínculo de cada instrumento generaba excelentes armonías que nos permitían saber si el protagonista estaba alegre, triste, asustado o tramando algo. Pulcinella, figura principal de la obra de Stravinski, presenta una dualidad de personalidades, podía ser cómico y a la vez trágico, cobarde y valiente, etc. Ana Hernández protagonista de la escena musical, expresaba todo sus movimientos al compás de la música y se sentía como si cada uno de nosotros que estábamos en el teatro, también fuésemos parte de ese pueblo encantado de Pulcinella.
Podía percibir que el público estaba atento, que en parte se conmovía con lo que podía imaginar y ver; pude notar que los espectadores reaccionaron muy felices con lo que se presentaba en el teatro. El ambiente era espectacular producto de la alegría del público al disfrutar de esta puesta en escena. El movimiento de las manos que usaban los músicos de los instrumentos de viento fue respondida al final de la obra en el unir de las manos con aplausos armoniosos por el espectáculo presentado. Nuestro corazón palpitaba tanto de felicidad como el compás de la percusión. Y las cuerdas, los violines y el bajo en especial, gracias a la hermosa melodía creada engendró una gran sonrisa en la mayoría de personas que asistieron al teatro. Disfrutar de funciones teatrales de tal calidad es un tiempo de libertad en el que experimentamos una montaña rusa de emociones. Los espectadores no necesariamente habrán sentido lo mismo, pues cada quién saldrá con una experiencia propia dependiendo del enfoque en que se concentraron más al apreciar la función.
La historia de Pulcinella es una comedia del arte. Consta de seis personajes Florindo y Cloviello, dos jóvenes interesados en las señoritas Prudenza y Rosetta. Ellas están enamoradas de Pulcinella, un personaje jorobado, barrigudo, con una enorme nariz ganchuda, quien está casado con Pimpinella. Los pretendientes, celosos de Pulcinella, planean matarlo y consiguen apuñalarlo; de pronto, llega un mago que logra resucitarlo y él se incorpora lleno de alegría.
Para dejarnos llevar por las melodías de la Orquesta Sinfónica Nacional Juvenil Bicentenario (OSNJB), Ana Hernández Sanchiz nos explicará las obras musicales de Antonio Vivaldi, Wolfgang Amadeus Mozart e Igor Stravinsky que se contextualizarán en la época del siglo XVIII de Italia.
Pulcinella fue compuesta por Pergolesi, napolitano; sin embargo, Stravinsky reescribió la música con cambios en la textura, variaciones en los ritmos contemporáneos y armonías, pero respetó las melodías. El resultado de ello es una melodia extraordinaria.
Mi primer concierto busca causar atracción en las personas mediante la participación del público en la marcación del ritmo de la pieza musical Tarantela. Intenta que todos comprendan la música clásica por medio de métodos didácticos, como el uso de una pantalla ubicada al centro del escenario; describe los lugares donde se sitúa el cuento musical y diferencia cuáles son los instrumentos de cuerda, de viento y de percusión que se usan en la función. Todo ello parte del proyecto socioeducativo, que es una acción pedagógica extraescolar donde se usa un método participativo para lograr captar el interés de la sociedad hacia las artes escénicas. El Gran Teatro Nacional fomenta esta técnica. No importa la edad que tengas, solo deléitate de la cultura viva.
Si deseas disfrutar de esta experiencia, cierra los ojos, déjate llevar por la música deVivaldi, Las cuatro estaciones; Mozart, Las bodas de Fígaro e Stravinsky, Suite del ballet Pulcinella y por la voz de la protagonista, que sincroniza con la melodía de OSNJB. No olvides que cada personaje estaba representado por un instrumento, por ello, debes estar atento a el violín y contrabajo.
Durante todo el año se estará dando este tipo de función familiar “que tuvo inicio en Estados Unidos en los años 60, conciertos para jóvenes y durante las cuales el actor explicaba fragmentos de la obra”, nos dice Pablo Sabat, director de la Orquesta Sinfónica Nacional Juvenil Bicentenario.