Ruido político y posverdad: Moisés Mamani visto desde twitter

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La crisis política producida en el Perú conlleva a escuchar, ver y leer una serie de opiniones vertidas por los propios interlocutores políticos, los analistas y las personas comunes quienes utilizan redes sociales para expresar su opinión; los mensajes determinan hacia dónde se dirige la discusión política que, en muchos casos, fomenta posverdad y fakenews.

Moisés Mamani Colquehuanca, congresista de la República, representante de la región altiplánica de Puno, está ahora en el centro de la discusión política. En su momento lo estuvo Mariella Barreto, integrante del Grupo Colina – quien filtró información sensible a la prensa- o Matilde Pinchi Pinchi a quien se le atribuye la entrega del primer vladivideo que fijó el inicio de la debacle del gobierno de Alberto Fujimori. De estas personas se tienen opiniones encontradas, para algunos los comportamientos son adecuados y para otros siguen siendo corruptos o asesinos. El común denominador de todos ellos es su tendencia a grabar y a difundir por todos los medios a su alcance, el contenido de su grabación.

Moisés Mamani Colquehuanca, como personaje polémico, se encuentra en una situación parecida; grabó conversaciones con Bruno Giufra Monteverde, saliente ministro de Transportes y Comunicaciones,  y desencadenó la caída del gobierno de Pedro Pablo Kuczynski. La diferencia con las situaciones antes mencionadas es que ahora se puede analizar la opinión pública desde las redes sociales como twitter.

Metodología

Se analizaron los tweets emitidos con los hashtags #Mamani y #MoísesMamani desde el 20 al 29 de marzo, la selección se realizó de forma aleatoria; se utilizó el browsing (descender uno a uno cada tweet); no se tomó una muestra los días posteriores al 29 de marzo porque surgió una acusación al congresista por lavados de activos que distorsionaba la denuncia inicial formulada en su contra por los videos que presentó. El total de tweets analizados fue de 259.

En el proceso de estudio se halló tweets que mencionan a Moisés Mamani Colquehuanca pero en contexto político o mediático, inclusive en referencia a/con periodistas, esos no fueron considerados en el presente trabajo. Se comprobó que muchos de los personajes públicos en el Perú no utilizan hashtags porque al parecer tienen un público nutrido y convencido de las opiniones que vierten, muchos de sus hashtags son difundidos más bien por los seguidores. Se evitó incluir tweets repetidos o respuestas muy recurrentes del mismo autor (hay muchos trolls en la red que actúan sobre el tema) para no distorsionar las tendencias.

Las categorías utilizadas se eligieron según surgían las respuestas con el hashtag mencionado; hubiese sido mejor precisar el número de tweets por día, pero ese es un trabajo mucho más extenso que podría realizarse a futuro. Esta es una aproximación experimental.

Resultados

El primer día las opiniones se centran en el video difundido por el partido político Fuerza Popular y se comprueba que existe una gran expectativa que luego se va desplazando hacia la corrupción existente en las instituciones públicas (en especial en el Congreso). Las opiniones de los tuiteros terminan por poner en tela de juicio los valores morales y los ilícitos en los que incurre el congresista Mamani.

En relación con el aspecto racial y el tratamiento en los medios bajo la premisa del cholo contra el blanco (representado por la figura de Mamani contra Giufra y Kuczynski), esta no aparece mucho en las redes sociales; aunque hay insultos de tipo racista como por ejemplo “queso podrido” para denominar al congresista en mención; pero en general se puede notar que hay pocos «tuiteros» que opinan contra el racismo.

Los primeros días de la denuncia en twitter se debatía  si Moisés Mamani era héroe o antihéroe, debate surgido por la aparición pública que hiciera y que contase con el respaldo de su bancada Fuerza Popular que incluso lo calificó como “héroe de la democracia”. En este sentido en twitter se muestran concurrentemente “memes”: algunos los incluyen en sus «tuits» pidiéndole al congresista “tumbarse” a Maduro, otros le agradecen por evidenciar a los corruptos o incluso lo consideran un superhéroe (lo llaman “Iron Mam…ani”). Hay muchos «tuiteros» más que los consideran antihéroe y traidor. En general no hay una visión positiva de Mamani.

En los tweets hay una percepción casi unánime acerca de la corrupción existente en las instituciones políticas, no se evidencian opiniones positivas, más bien hay un desconcierto porque no se sabe quién es el moralizador o moralizante. Hay una misma valoración acerca de los implicados en el video.

La discusión en twitter se desplaza hacia la conducta del congresista Mamani relacionadas con la paternidad (abandono de su hija, como principal tendencia); el despido a empleada embarazada y es acusado de acoso; denuncias por el pago de beneficios laborales, por su hoja de vida y por los millonarios negocios que tiene en Puno.

Existe una expectativa inicial por la presentación del video mostrado a la opinión pública e incluso se reproduce un meme que cobra el carácter de “viral”: “Lo estamos filmando” u otros relacionados con la misma acción de grabar. A partir del pedido de la fiscalía para la entrega del video completo surge una nueva discusión relacionada con el espionaje o vigilancia y también acerca de la validez o licitud del video como fuente.

Se pone en tela de juicio su labor parlamentaria a partir de sus estudios, es tildado de ignorante y acusado de falsificar sus certificados de estudio.

Finalmente, en Otros incluimos los tweets que no tienen otro objetivo que el insulto, el ridículo, o la broma sin sentido y hasta grotesco como por ejemplo la denominación de “graciosa pepita de caca”.

Conclusiones

La discusión en twitter muestra una percepción mayoritaria acerca de la corrupción existente en la clase política peruana (sin excepciones).

Las críticas al congresista Mamani  no están centradas en el racismo o su educación.

Twitter es un medio importante de reflexión que no está exento de «tuiteros» proclives al insulto.

Se evidencia en este caso una reducida presencia de los llamados trolls, probablemente ellos estén centrados en responder a políticos o crear algunas tendencias interesadas.

El análisis muestra claramente que no hay una posición clara sobre quién promueve la corrupción. No queda clara la percepcón sobre si es el Congreso o el Ejecutivo y por lo tanto no hay claridad acerca del moralizador.

Los medios y los profesionales no dejan claras las posiciones frente a muchos hechos, especialmente sobre la licitud de la difusión de los videos.

Lima, abril 2018

Autores
Alonso Estrada-Cuzcano ORCID | Email
Jacqueline Oyarce-Cruz ORCID | Email

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