Un espacio en el cual puedes compartir con tu familia sin importar edades. Clara Rodríguez, coordinadora del Enfoque de Comunidad del Área de Públicos del GTN, y Leo Cubas, encargado de contenidos escénicos nos cuentan sobre «Familias Escénicas». Es un programa que se viene desarrollando mes a mes con múltiples temáticas.
¿Cómo nace la idea del proyecto de comunidad de familia y de comunidad?
Clara Rodríguez: El área de públicos se divide en dos ámbitos: educación y comunidad. En el primero, se trabaja con escolares y en el segundo con la familia, adultos mayores, personas con discapacidad y vecinos del teatro. Este proyecto nace porque las personas tenían la necesidad de que se realizarán actividades para estas edades. En especial, había mucha consulta de la existencia de actividades para niños pero en un contexto familiar. Cuando nos tocó diseñar las actividades, pensamos, en una que no sea solo para niños, sino que tenga la capacidad de involucrar a la familia. Las visitas, por ejemplo, y los otros talleres de música y danza intentan ser un espacio donde la familia pueda vincularse entre sí. No son actividades en las que el papá, mamá, tío o abuela pueden dejar al niño. Es un trabajo que exige a la familia estar junta y disfrutar del espacio.
Así fue como se crearon las actividades de “familia” o “familiares” que están conformadas por grupos de diferentes edades. A partir de esta idea, nacen las visitas y los tres talleres, Cuento y Canto es precisamente una de ellas.
El taller
¿Por qué el término de ‘familias escénicas’ está relacionado con este taller?
Clara Rodríguez: Nuestra línea, en el teatro, son las artes escénicas. Estamos bien convencidos de que los públicos vienen con experiencias relacionados a las artes escénicas. Es decir, no es que todas las cosas que les decimos son cosas nuevas. Muchas personas que vienen han cantado, bailado, danzado o están haciendo o intentando hacer música. Siempre partimos, ya sea en el área de familia y comunidad, de que las personas tienen mucho que aportar . Y que, principalmente, podemos vincularnos con sus experiencias más que enseñar cosas.
Observamos que algunos padres no participan activamente del taller, ¿cómo se podría llegar a sensibilizarlos?
Leo Cubas: Los animadores culturales a partir de las dinámicas, ejercicios y formación que han llevado tienen las herramientas para guiar a los participantes. Muchos de los padres que nos acompañan se han dado cuenta que estos espacios son necesarios para poder vincularse o conectarse con sus familias. Esos talleres son como una pausa dentro de todas sus labores para vincularse con su familia a través de la danza, cuento, el movimiento y la música.
Contenidos escénicos
¿Cuáles son los criterios para la selección de contenidos escénicos cada mes?
Clara Rodríguez: Nosotros tenemos una programación anual en la que cada taller tiene un tiempo para poder desarrollarse y asu vez sean cíclicos. Inicialmente, en las mañanas, solo eran visitas y en la tarde, actividades que iban rotando. A partir de ello, nosotros vimos que lo más fácil para que el público recuerde los talleres eran separarlos por meses. De ahí que cada actividad dura un mes. Además por temas de logística porque esta estructura nos permite organizar lo que se necesita durante un mes. Si hubiéramos desarrollado en un mismo dia, talleres de música, danza y canto y cuento nos volvíamos absolutamente locos. Necesitaríamos requerimientos específicos para cada taller.
¿Cómo ha sido el proceso para seleccionar las diversas estrategias que se han podido observar en el cuento de Killa?
Leo Cubas: La historia de Killa la creamos en colectivo. De hecho soy el que la escribe y el que dirige los contenidos escénicos. Junto con Clara generamos una base para luego compartirlas con los animadores culturales. Vimos que era importante crear este nuevo taller de voz y canto basados en la tradición oral. A partir de esto, llegó la idea del mito, la leyenda y del héroe que, en este caso, es Killa. Dentro de la historia, ella emprende un viaje y tiene ciertos aprendizajes relacionados a la características del sonido. Tal como la altura, intensidad, la duración o el timbre de voz que ayuda a identificar que cada tiembre es único y diferente. Este material lo compartimos con los animadores culturales y con eso vamos creando la historia a través de sesiones de debates, conversación y ejercicios escénicos. Como resultado del trabajo que hago con ellos, empiezo a redactar el libreto y se los presento en los ensayos para ir desarrollándolo en colectivo.
El vestuario
A lo largo del taller, hemos apreciado el uso de vestuario negro y máscaras blancas, a excepción de las plumas de uno de los personajes. ¿Por qué estos colores y no de otros más llamativos como se hace habitualmente en funciones para niños con la finalidad de captar su atención?
Leo Cubas: Como nos enfocamos en familias, no solamente el material es creado para el público infantil. También está hecho para que pueda conectar con adolescentes y adultos. Tratamos de generar un punto medio. El material es bastante didáctico. Las dinámicas están enfocadas para los niños, de alguna manera los padres y adolescentes puedan conectar viendo el vestuario negro, neutro y las máscaras blancas. De esa manera ir conectando. El material genera un equilibrio, tanto en contenido como en estética. Ello para que pueda llegar a las familias y no solo conecte con el público infantil.
El futuro
¿Qué planes tienen a futuro con este tipo de taller?
Clara Rodríguez: De acuerdo a la programación anual del Gran Teatro Nacional, como estamos en la etapa de presentación seguiremos desarrollandolo cada mes. Además se pretende mostrar cosas nuevas. Es probable que saquemos este taller y otro al espacio público, para que el Teatro empiece a tejer vínculos realmente comunitarios con su entorno.
Aparte de ese plan, estamos enfocados en que se pueda realizar de forma correcta y analizar cómo funciona y en base a ello mejorar. Lo más importante es que este tipo de talleres cumpla el ciclo de estabilidad, antes de pensar si lo queremos hacer más grande o si lo queremos hacer más veces. Este año, queremos analizar el impacto de estas actividades.
Queremos ver resultados. Este año, estamos trabajando lo que son resultados cualitativos como una forma de mostrar la importancia del taller y que se torne como una inversión constante de analizar los resultados porque es lo único que le da orientación al objetivo de estas actividades. Todos pueden crear espacios de diversión, pero si quieres generar un espacio que aporte, así sea de una hora, debe de tener un objetivo bien claro. Para saber si está funcionando o no queremos enfocarnos en el análisis cualitativo del taller antes de salir a otros espacios.
¿Bajo qué parámetros piensan realizar este análisis cualitativo?
Clara Rodríguez: Tenemos planeado realizar dos focus group, aún estamos viendo otras alternativas para ello. Pero hemos ido definiendo temas, todo lo relacionado a «Familias Escénicas» todo vinculado a estimular, propiciar vínculos familiares, a conectar con experiencias previas de los participantes.
(Queremos ver), si es que conectar con dichas experiencias está funcionando, si es que este resultado que hemos notado se debe o no a esta conexión de experiencias previas. Todo eso, si se confirma, nos permite seguir haciendo cosas diseñándolas bien, pensar en las experiencias previas de las personas antes de mandarnos con temas que probablemente no conecten con la gente.
El balance
Hasta el momento, ¿cómo ha sido la acogida del público frente a este taller?
Clara Rodríguez: Como toda actividad a desarrollar, tiene sus temporadas altas y bajas. Generalmente, la temporada baja es cuando hay partidos de fútbol, pero también hemos tenido fechas en las que no hemos sabido qué hacer con tanta gente. Ahora está bastante estable, los cupos se llenan o pasamos la capacidad. Nunca hay mucho esfuerzo que hacer para que los cupos se llenen, básicamente las convocatorias son por redes y tiene muy buena acogida. Básicamente nos movemos a través de redes sociales.
Hemos notado que en talleres anteriores la participación en este tipo de talleres es de mamá, papá y niños. ¿Familias escénicas cuenta con alguna actividad en la que participen adolescentes o jóvenes?
Clara Rodríguez: Sí, en la mayoría de grupos al menos hay un niño. Tiene que ver con la edad sugerida que ponemos: a partir de 5 años y porque muchas familias que salen en grupo, tienen predisposición de salir con niños. Cuando hay adolescentes, creo que es más complicado ponerse de acuerdo para ir a una actividad, más en una actividad que hay niños.
Sucede que es posible que en actividades como Música en Familia o Visitas en Familia no sea tan infantil. Pero si un adolescente va a una actividad donde hay un montón de niños, (probablemente) ya no es un espacio donde este se sienta muy a gusto. A menos que tenga un espíritu muy juguetón.
Igual, todo esto está orientado a despertar las ganas de jugar, las ganas de experimentar de personas de cualquier edad. Pero pasa que los adolescentes se encuentran en un proceso donde están definiendo su identidad. (…) no es una edad que generalmente quiera estar rodeado de niños. A pesar de que el contenido sea para distintas edades.
Pero, sí vienen. Cada cierto tiempo hay grupos donde solo vienen adolescentes, incluso grupos donde solo vienen adultos que quieren conocer el teatro. También nos ha pasado que viene gente sola. Una vez nos pasó que vino una señora a una de las visitas guiadas y en la parte de la improvisación ella presentó su situación que nadie quería seguirla, ya había organizado a su familia, pero nadie la quiso acompañar al taller. A mi me sorprende cada caso que pasamos en este tipo de talleres.
Entrevista realizada por el Club de Jóvenes Críticos
Edición:
Valeria Mantilla / Yessenia Coronel
valeria.mantilla@unmsm.edu.pe /
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Foto:
Valeria Mantilla
valeria.mantilla@unmsm.edu.pe
Lima, 6 de mayo de 2019
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