La obviedad de las cosas nos mantiene conformes con la realidad. Esta tal vez sea el lema para emprender esta obra de teatro producida por Pablo Saldarriaga, y llevada a cabo por el Gran Teatro Nacional. Se trata de una obra interactiva que usa diferentes recursos para poner a prueba la imaginación de un niño y explicar la historia de la luz.
Puedes aclarar a través de una perspectiva que es la luz, decir que alumbra cada noche o señalar al sol para tener un referente, pero sería limitado. La luz, tal como su longitud de onda, comprende diversos aspectos. No puedes hablar de luz sin mencionar a los hermanos Lumiere o a los primeros habitantes y el descubrimiento del fuego. Es por ello que esta obra desarrolla diferentes miradas en el tiempo.
Creatividad,imaginación e ilusión
El viaje de la luz es una obra creativa que recurre a los diversos escenarios donde la luz ha sido protagonista. A través de María, el viaje nos recuerda las enseñanzas sobre la creación del universo, esta será narrada de manera secuencial. Los artistas que alli participan: Jely Reategui, Patricia Barreto, Lizeth Chavez, Diego Garcia, Jose Roberto Terry y Francisco Haya de la Torre, no desarrollan un personaje principal, sino que se convierten en elementos que componen el tema.
Esta obra sigue una estructura que comienza cuando María va a dormir, todo se desarrolla debajo de sábanas y lámparas. Se escucha su voz contando el inicio de la vida, Big Bang, la evolución del hombre, las primeras olimpiadas, la Ilustración, la televisión, el cine son temas usados para tratar de explicar “el viaje de la luz”.
El escenario no es recargado, contiene los elementos necesarios, unas cortinas transparentes para recrear la atmósfera de María en su cuarto. La pantalla complementa el aprendizaje a través de videos creativos. La voz infantil genera dulzura y proyecta como es la mirada de un niño. Elementos como sombras chinescas, luces led, figuras geométricas componen la historia.
Interacción y formas de llegar el público
La obra desarrolla diversas formas de conectar con el público. La elasticidad, el conocimiento de sus cuerpos y la expresión de los rostros en los actores hacen posible el propósito del espectáculo. Atravesar la cuarta pared, recorrer el escenario y llegar a cada uno y poder ver la luz en sus ojos, querer ser parte de ella.
Sin embargo, en otros sectores laterales no se podía ver la escena completa, ya que el actor al irse al extremo del escenario o al transmitirse un video donde las imágenes estaban en la esquina de la pantalla, no se veía y perdía la sucesión de la historia.
Asimismo, al finalizar el acto, aparecieron grandes pelotas de colores que los asistentes del primer piso y unas cuantas personas del segundo piso podían tocar . Hubo niños de otros sectores que estuvieron esperando esa interacción. Cuando los actores salieron a despedirse de la función, los niños estaban más atentos por tocar la pelota, que incluso no aplaudieron cuando acabó la obra.
Finalmente, si se tiene la oportunidad de hablar con un niño y explicarle un concepto, debemos ver varias perspectivas, no regirse al patrón de un concepto añejo y repetitivo que no permite una visión clara para un niño. Por ello, existen varios recursos para explicar y expandir la visión de los más pequeños, uno de ellos es el teatro y en el viaje de la luz se explora estas formas y esta misma nos implora y exige que es momento de encender las luces.
Escrito por Maricielo Pérez Llerena: maricielo.perez1@unmsm.edu.pe
Fotografía de Ronald Cueva Pariona: ronald.cueva1@unmsm.edu.pe
Lima, 08 de noviembre de 2019
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