El cultivo de la música desde la infancia.

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Los más pequeños del Coro acompañan a Mónica Canales con bailes y palmas.

Cantos del Ande fue un espectáculo que nos dejó  más de una enseñanza y algunas preocupaciones, entre ellas la necesidad de volver a contar con cursos de música en los colegios. El Club de Jóvenes críticos realizó una entrevista a la directora del Coro Nacional de Niños, Mónica Canales, para conocer de cerca la dinámica del coro y  también la forma como cultiva a los pequeños representantes de la cultura nacional, quienes, además, llegan al coro motivados por sus propios pares y atraídos por un lenguaje universal: la música.

Maricielo Perez.- ¿Cuál fue su perspectiva  al trabajar con los niños en Cantos del Ande y qué lo diferencia a otras presentaciones?

Monica Canales.- Para nosotros ha sido un trabajo muy importante porque significa vincular a los niños con su propia música, lo cual no es muy frecuente ya que no necesariamente todos escuchan la música peruana o conocen los diferentes géneros del Perú. Nosotros teníamos un repertorio que hacemos normalmente en fiestas patrias, pero  era insuficiente como para hacer esta vinculación y así surgió la idea de hacer Cantos del Ande. El primer año para ellos fue todo un descubrir ya que empezaron a escuchar temas de artistas como Max Castro o  Pelo d’ Ambrosio, que han cantado con nosotros. Comenzaron a vincularse con ella, a disfrutar de esa música que es suya y así mismo hacerla propia y parte del repertorio que escuchan. Esto ha sido, como se dice en términos musicales, un «in crescendo» porque para ellos era como un «síííí cantar huaynos…» y ahora es natural, es bonito cantar la música de los Andes. Es un logro a nivel interno del elenco, pero también a nivel de difusión porque tenemos un espacio tan grande como el Gran Teatro Nacional para nuestra música como protagonista.

Claudia Rojas.- ¿Qué intenta transmitir a las personas con los niños cantando? ¿Por qué no una persona adulta?

Monica Canales.- Siempre hay un sentimiento muy particular con los niños, ¿no? Ellos probablemente salen a un escenario y todavía no han cantado, pero la gente ya está aplaudiendo y se está vinculando a ellos;  los niños tienen ese poder esa magia de atraer al público, tal vez puede hacerse un concierto de esta naturaleza con todo tipo de artistas, pero el hacerlo con ellos nos da un plus de acercamiento por el hecho de ser niños, pero también hay una segunda aproximación  a través del repertorio. Creo que es un valor añadido trabajar el repertorio con ellos.

Claudia Rojas.- ¿Qué complicaciones encontró al trabajar con niños?

Monica Canales.- Nosotros, por lo general, recibimos niños entre seis y ocho años. Hacemos que ingresen a los espectáculos poco a poco. Si bien ellos no cantan las dieciséis canciones, en esta oportunidad cantarán tres; y así, ellos van integrándose a las diversas actividades en el teatro o también dentro de otros conciertos. Es difícil porque si bien todos son niños, la poca diferencia de edad nos pone ese límite, y esa dificultad de tener que hacer que se interesen, pero cada fin es distinto: una cosa es hacer interesar a un niño de seis años y  otra, a niños de quinto. Para ello existen otras motivaciones, que se realizan con el staff que tenemos del maestro. Lamentablemente no contamos con un sistema escolarizado, que quisiéramos tener en un futuro, que nos permitiría funcionar de tal manera que los niños salieran leyendo perfectamente la música. Eso tendría que exigirnos pasar más de cinco horas en el estudio, pero el régimen de clases y la lejanía del lugar de donde vienen como Ventanilla, Carabayllo, San Juan de Lurigancho, y también en las zonas del Sur, Villa María del Triunfo hace que sea complicado. Hacerlos venir, cinco veces por semana, sería demasiado, entonces nuestro régimen con ellos son tres veces por semana. Además tenemos una gran cantidad de repertorio, presentamos este proyecto y en dos semanas tendremos uno nuevo. El repertorio va variando, pero intentamos ir dándole pautas de lectura musical; es decir, la partitura nos sirve para reconocer tales figuras rítmicas y patrones melódicos. Nosotros hacemos del ensayo una clase y así intentamos cubrir las necesidades.

Claudia Rojas.- ¿Cuáles son las motivaciones para los niños y qué papel tiene la familia?

Mónica Canales.- Para los padres es sumamente importante poder ver que sus niños tienen este tipo de oportunidades. No cualquier niño se presenta a una corta edad en las funciones y realizan repertorios en el Gran Teatro Nacional (GTN) con los músicos y artistas. Creo que ese proceso de enriquecimiento de los niños es lo que motiva a los padres. A la vez, es el primer gancho que los vincula con nosotros, los maestros. Los padres sienten orgullo y una motivación extra al tener presente que sus niños son parte del Coro Nacional de Niños (CNN). Por tanto, el orgullo está en que son ellos quienes representan al país. No solamente está el hecho de presentarnos en salas tan importantes como el GTN, la Catedral de Lima o el Palacio de Gobierno. Podemos contar todos los espacios en donde el CNN se ha presentado, y a la vez narrar las experiencias que tenemos en las giras artísticas a nivel nacional e internacional sobre todo con los más grandes. ¡Es una motivación adicional para los niños y también para los padres!

Claudia Rojas.- ¿Cómo es el proceso de selección para los niños que desean pertenecer al CNN?

Mónica Canales.- Muchos de los niños que tenemos son pequeños que han venido al teatro y han dicho: «Yo quiero estar ahí». Créeme que la historia se repite. Y sus padres luego de la presentación han tratado de averiguar cuál es la forma de admisión. Para ello, realizamos dos veces al año el proceso de selección de acuerdo al número de vacantes que se va generando. Cada vez son menos el número de vacantes; por ello  hay un mayor nivel de competencia debido a que contamos con cupos limitados. Tenemos un máximo de 120 niños, no podemos atender más por cuestiones pedagógicas. Imaginemos que se nos presenta unas ocho o diez vacantes y tenemos más de 100 niños. De ahí que la selección es sumamente rigurosa:  ¡Es como ingresar a la universidad! En consecuencias, es un triunfo para cada familia  ver que sus niños han ingresado. Ahora es muchísimo más difícil ingresar al CNN por tanto mantenerse también es complicado, pues si no se cumple con todo lo que se requiere puede ser que esa vacante lo requieran muchos más. Por otro lado, el hecho de que los padres digan «hay muy pocas vacantes por la tanto hay que estar atento, llegar temprano y hacer todo lo que se necesite» genera una cadena de reciprocidad.

Maricielo Peréz.- ¿Cuál es mensaje de «Cantos del Ande»?

Mónica Canales.- Queremos que recojan la riqueza y diversidad de la música de los Andes. Queremos que conozcan también las lenguas, por eso es que una parte importante de nuestro espectáculo es otro proyecto, se llama Tinkuy: Cancionero Multilingüe del Perù. Ustedes han visto que son 16 canciones, pero una de ellas es parte del repertorio académico contemporáneo. Son canciones complejas pero que vamos introduciendo dentro de esta recopilación porque no solamente debemos abarcar lo popular, sino hacer que de la música popular surjan otras tipo de experiencias. Y entonces, este es el primer año que Tinkuy entra dentro de ese rubro. No dudo que después de algunas ediciones vayamos a hacer probablemente Cantos de la Amazonía o Cantos de la Costa. Tomará un nombre particular pero creo que estamos completando un ciclo. Probablemente hagamos uno o dos años más de Cantos del Ande y luego vamos a abarcar otras cosas porque la riqueza folclórica no es lo único. La riqueza lingüística, eso es importantísimo.

Carla Anamaría.- ¿Cómo ha sido la relación del quechua con los niños? Porque a algunos les resulta difícil aún de adultos.

Mónica Canales.- Nosotros a través del proyecto Tinkuy realizamos una vinculación con el Viceministerio de Interculturalidad. Ellos trabajaron junto con nosotros para la creación de este proyecto y nos enviaron a gente especializada para trabajar el tema de la fonética y la gramática. Incluso en el caso de lenguas amazónicas que es diferente a Cantos del Ande, traían gente de las comunidades. Hacíamos clases con ellos, traían mapas y les enseñaban a los niños donde vivían, qué comían, qué tipo de festividades tenían. Ese fue un trabajo maravilloso que espero que se vuelva a hacer porque nuestros niños van creciendo y los que pasaron por este proceso ya están grandes, y hay nuevos que no han pasado por eso.

Claudia.- hemos notado la  pasión con la que canta Patricia, la solista, ella contagia la emoción…

Mónica Canales: Patricia ya tiene con nosotros un título de muchos años y eso se ve. Es evidente todo el proceso gracias al cual ella ha ido creciendo, y no es la primera vez que tiene un solo. Nosotros vamos seleccionando de acuerdo a las características del artista a interpretar. Elegimos a ella precisamente por esa expresividad en el escenario tan natural vinculada a su extraordinaria voz. Por ello nos pareció ideal para esta ocasión, pese a que tenemos otros niños que tienen voces maravillosas, pero nos funcionan mejor en otro tipo de repertorio. Patricia, por ejemplo, se desempeña muy bien en el caso de la música popular.

Carla Anamaría.- Hablando netamente del repertorio, nos sorprendió esta mezcla entre una música moderna y popular y la ancestral ¿cuál fue el proceso de selección de las canciones? ¿Por qué precisamente este tipo de música?

Mónica Canales.- Esta versión de Cantos del Ande es más o menos una antología porque estamos utilizando algunas piezas de ediciones anteriores. Tenemos de la primera, segunda y tercera edición tres o cuatro piezas y hemos incluido cuatro o cinco nuevas. Además, siempre proponemos al artista invitado que agregue al menos tres piezas suyas y hacer esas versiones que tienen. Esa es la forma en que trabajamos.Tenemos nuestras piezas propias, por ejemplo Adiós pueblo de Ayacucho y La Benita, que ya son parte del repertorio propio del Coro Nacional de Niños. Luego, tenemos las piezas del artista invitado y además estamos incorporando piezas del proyecto Tinkuy. Eso es lo que conforma el repertorio que dijimos.

Club de Jóvenes Críticos

Fotografía: Carla Anamaría

Lima, 30 de agosto de 2018

 

 

 

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