Al llegar la hora de la presentación el interior del Gran Teatro Nacional se encontraba vacío, pero en las afueras la situación era totalmente distinta. La razón: el espectáculo se estaba presentando en la terraza del GTN y ,por cuarta semana consecutiva, el Afuera Fest estaba consiguiendo congregar a una multitud de espectadores.
En esta ocasión el grupo invitado fue La Patronal, una banda folclórica cien por ciento peruana creada a mediados del 2017. Pese a su corta trayectoria muestra una calidad excepcional. No solo busca difundir las fiestas patronales del Perú a través de su música, sino también re-valorar y re-interpretar estas festividades por medio de un concepto de colectividad que reúne al teatro, artesanía y música en un solo espacio.
La Patronal con los ánimos a tope y el entusiasmo de la gente, hizo que los objetivos del grupo con el Afuera Fest se cumpliesen: enseñarnos su arte y hacer que todo el público conozca y sea partícipe de lo que en esencia es una fiesta patronal. Esto último puede sonar un poco complicado porque aún nuestra sociedad por lo general relaciona – de manera equívoca – esta clase de festividades y expresiones culturales con lo marginal. Pero La Patronal se encargó de romper aquella creencia e introducirnos en un mundo fantástico.
La capacidad que tiene esta banda para transportarnos por las diferentes regiones del Perú con sus contagiantes melodías es única. La noche del Afuera Fest brilló por la gran química que existía entre todos sus integrantes. Era notoria la manera cómo se desenvolvían en el escenario. La sincronización que mostraban al momento de iniciar cada tocada permitía que el público se ponga a cantar, bailar y gritar de la emoción desde el primer instante. Y es que, sin darnos cuenta, La Patronal estaba cumpliendo su propósito: reivindicar, por sobre todo, las fiestas patronales para cada uno de nosotros, muy a su estilo.
A todo eso hay que destacar el reto que los chicos de La Patronal tuvieron: adaptar la quinta sinfonía de Beethoven a su estilo musical. No suena fácil, pero después de todas las cualidades de este gran grupo – ya mencionadas anteriormente – deben haber intuido que ellos lo consiguieron. Y sí, no se equivocan, nos volvieron a enseñar la grandeza de su arte.
La forma en la que realizaron aquel reto fue impecable, pero el espectáculo no solo debe terminar con eso. El mensaje de trasfondo de ese momento fue más significativo de lo que podemos imaginar. Reflexionemos, démonos cuenta de que aún en estos tiempos existe la creencia de que existen cánones culturales que no permiten que estilos – supuestamente- distintos puedan interactuar o combinarse para enriquecer el panorama cultural.
La Patronal por medio de su arte nos hace la invitación para valorar la diversidad cultural que existe en nuestro país, para ello, es necesario romper esa burbuja, aquella que no nos permite ver las distintas expresiones que nos rodean. A medida de que nos vayamos dando cuenta de la grandeza del Perú, iremos fortaleciendo nuestra identidad y, en el proceso de que la vayamos construyendo, haremos de esta sociedad un mejor espacio de convivencia para todos.
Texto: Jefferson Liñan Ponte
Fotografía: Elizabeth Condori Quilluya
elizabeth.condori@unmsm.edu.pe