jueves, 19 junio 2025
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Crónicas de curso.

La amante sin dientes de Hugo Viladegut.

Por: Rafael Gonzales Pinchi/

No hay muestra más segura del carácter de una persona como la voz. Una voz es una personalidad. Bien lo sabe Hugo Viladegut, quien se levanta, firme, cada día para visitar a su amante. Su esposa, Lucy, lo sabe. Lo permite: que la amante hable un lenguaje caliente y tenga loco a su marido todo el tiempo.

Él es locutor periodista y voz insigne de RPP (Radio Programas del Perú). Piensa que la radio es la amante perfecta. “Ella no admite otra ocupación más que sí misma”, nos dice, en una clase en San Marcos, un martes de octubre. Lucy lo ha acompañado. Está sentada en un pupitre, sonriente, y toma fotos. No le importa que la radio sea muy exclusivista ni que Hugo hable de ella delante de otros. 

Él habla sobre su naturaleza: “la radio explica los problemas”. La radio no desapareció ante los periódicos, ni ante la televisión. Como buena darwinista se ha tenido que adaptar. Es coqueta, inteligente y de armas tomar. “Te habla al oído”. Aun con la masificación del teléfono no sucumbe. De hecho, saca provecho del mejoramiento del magneto de ondas.

Para comunicarse con ella Hugo usa elementos propios del lenguaje radiofónico: palabras, música, silencio y efectos. Hay una preparación detrás, saber impostar la voz. Es decir, disponer la voz para que resulte sonora-bella, fácil y seductora. Un ejercicio que se recomienda es reírse a carcajadas fingidas (ja, ja, ja). El efecto es como el de un cajón de resonancia de una guitarra, y la voz se amplifica sin economía de esfuerzo.

Hugo, parado, desde un rincón derecho, cambia diapositivas. Lee en voz alta. Las erres salen del estómago. Las emes del pecho. Su amante es diversa. Una variopinta de rostros. Radionovela, radioteatro, radioarte, charla radial, monólogo, testimonio, collage testimonial, y otros formatos más. 

―Era un hombre que vivía al borde del mar y que coleccionaba machas― dice Hugo, sin avisar. Un dedo en la primera diapositiva. Señala Radionovela, y repite, intentando explicar algo; ejemplificar―: Era un hombre que vivía al borde del mar y que coleccionaba machas.― Mira a los alumnos de la primera fila a ver si la han pillado. Confirman. Caritas de «Profe, sí entendí». Hugo cambia de diapositiva.― Tengo que contarles― dice, solemne. El índice señala Testimonial―: esta mañana conocí a un hombre que recolectaba machas … al borde del mar.

Acaba de exponer cómo se comunica con su amante en dos formatos distintos. Su esposa, atenta, con una mano en las piernas y otra apoyando la mejilla, sonríe despacito. Mira a su esposo en complicidad. Él también. Continúa la explicación. Habla sobre el lenguaje estándar que debe manejarse. Y sobre cómo debe construirse una charla. En medio de la exposición, realiza una pausa. Se lleva un dedo a la boca. Déjenme contarles cómo era la radio al inicio, dice.

Al inicio, la radio tenía rasgos de tribu. La gente del barrio se reunía y escuchaba los programas. Existía una suerte de conjunto, casi de ritual. Poco a poco, eso fue cambiando, madurando hasta lo que es hoy en día. Un medio de comunicación en masa para gente en masa, pero que no necesita que estén reunidos. La radio puede llegar individualmente a cada escucha.

No llega sola. Va acompañada de la voz del locutor, que incide en miles de oyentes. Por eso hay que cuidar la línea. No fumar. No tomar bebidas muy frías ni muy calientes. Ni alzar la voz sin necesidad. Mientras se maneje todo eso, la voz irá como un río, que canta al mediodía y dentro de los hombres. La voz es una personalidad, y como tal, debe tener rasgos únicos. 

Hugo posee un timbre característico —lo que hace que se pueda diferenciar una voz de otra—: tiene una voz grave. No hay un monopolio de esto. La elevación del sonido producido por el número de vibraciones es alta para muchas personas. Pero hay un no-sé-qué cuando lanza las últimas sílabas. Ronco, pausado, como de tenor sin canto.

Si una persona levanta la voz en una fiesta o si la baja al hablar en un templo depende de la intensidad. Esta se puede graduar y proyectar. Hugo no necesita gritar en el aula; tiene conciencia del alcance de su voz, de su profundidad de campo. Los escuchas de la primera y última fila están atentos como evidencia.

La mayoría nunca ha visto a Hugo. Tiene mucho de anónimo. Le pasó lo mismo a Pavarotti, tenor con canto, en los Juegos Olímpicos de Italia, Turín, 2006, cuando recitaba Nessun Dorma: “Nadie duerme, nadie duerme. Ni siquiera tú, ¡oh Principessa!”. Poco había en ese rostro de conocido para el público, mas esa voz … Lo ovacionaron tras 5 largos segundos de silencio. 

El silencio también dice algo. Es el sonido del aplauso de una sola mano. O de dos labios cerrados y una pausa. Y una pausa es un intervalo de reloj mudo  que se da al realizar un silencio corto, con la intención de que el escucha reflexione un poco acerca de lo que se dice. Causa un efecto único cuando se sabe usar. En clase, por momentos, Hugo hace pausas. Deja a la mayoría expectante sobre qué dirá y cómo lo hará.Las diapositivas se van acabando. Y acaban. Hugo reparte unas encuestas. Se toma un par de fotos con los alumnos. Se despide. Lucy se acerca a él. Él a ella; caminan tomados de la mano. La mira, callado, extraviado, mientras ella habla. Lucy muy de andar lento, los pies muy juntitos, intercalando tacones. Hugo le susurra al oído. Sonríen complacidos. “Nadie duerme, ¡oh Principessa!”. La amante de Hugo no tiene dientes y no puede besar. Su esposa sí.

Voz, eterna compañera

Por: Natalia Gutierrez Blanco

Hugo Viladegut, periodista y locutor de radio, dio una charla en  la Facultad de Letras donde él y su voz se encargaron de encantar a muchos, por no decir a todos.

No fue necesaria una presentación para reconocer a quien nos daría una charla esa mañana. Pasaban las diez, el aula estaba con todas las cortinas completamente estiradas y la luz incandescente del ecran era más que suficiente para alumbrar el lugar. Hugo Viladegut, conocido locutor y narrador de noticias, se encontraba con nosotros hablando sobre el lenguaje de la radio.

Era un hombre alto -muy alto-, de tez clara, con manos grandes, ojos pequeños como forma de las gotas de agua y su cabello tenía tonos marrones y por los lados se podían notar unas incipientes canas. Llevaba un traje azul marino con camisa blanca, un reloj en la muñeca derecha y en la mano izquierda una sortija de casado.

Junto a él se encontraba su compañera, nada tímida y bien preparada para la ocasión. Era quien lo había acompañado de toda la vida, quien había estado en sus peores y mejores momentos, quien estuvo de protagonista junto a él en aquellas tardes de lonchecito, quien había marcado para siempre el sello distinto de Hugo Viladegut y quien seguramente lo acompañaría hasta el último de sus días: su voz.

Su voz estaba más elegante que nunca. Con tantos años de experiencia, la forma en que se relacionaba con los oyentes era muy natural, se desenvolvía con total soltura y no dejaba tiempo para distracciones. Era una voz tan atractiva que en el segundo exacto en el que uno perdía la concentración, cambiaba los tonos para otra vez mantenernos atentos, despiertos, prestando atención.

Su exposición pasaba de un tema a otro, con la radio como tema central. Un cuarto pasada las once, ¿cómo cabía una hora en cinco minutos? La charla no se sentía tediosa, muchos menos aburrida ¿cómo podía? Si con esa voz los segundos pasaban desapercibidos.

    Así, ambos se encontraban frente al público, una intangible y otro concreto, seguros de sí mismos, con un porte que exudaba profesionalismo. Por su parte, la voz encantaba a tal punto que uno podía simplemente cerrar los ojos y oír sus graduaciones, dejando el contenido como un eco que llenaba la habitación.

    “…Tan difícil es conseguir agua en Piura, el desierto está por aquí, a la izquierda, a la derecha, de frente y en la espalda. Arena. Viento. Calor… ¿Calor? ¡Qué calor! ¡QUÉ CALOR!…”, Hugo Viladegut siguió con la charla, estaba explicando un formato llamado radioteatro. Voz y hombre eran uno solo, no era una explicación simplista de técnicas utilizadas para hacer informes radiofónicos, era la actuación misma hecha sonido.

Si algo era evidente era que ambos llevaban tanto tiempo trabajando juntos que, cual cómplices, solo necesitaban una mirada para saber cuando “danzar”, postura y sonido, contenido y modulación, una dupla que a kilómetros de distancia podía reconocerse, porque era imposible escuchar aquella voz con tan adecuado contenido y no saber de quién se trataba.

    Faltaba, sin embargo, su presentación final, la última “danza”, una muestra de la gran potencia a la que podían llegar ambos. La charla había llegado a su fin, solo restaban las preguntas finales. Casi por accidente, el tema de la timidez y la mala relación que uno puede llevar con su voz salió a la luz. Fue ahí cuando Hugo y su compañera nos dieron uno de los más grandes -y quizás uno de los menos guardados- secretos: la respiración.

    Solo un poco de biología fue necesaria para que ambos hagan la perfecta presentación. Una larga y especial respiración dio paso a la cumbre de su experiencia… ssss… el sonido al inhalar era como tambores retumbando… mmmm… aumentaba la potencia… mmm ¡¡MA!! Y en menos de un segundo, esa potencia volvió a su estado natural: “¿Qué he hecho?” decía Hugo, mostrando con total destreza que él y su voz manejaban completamente a su cuerpo, cada músculo, cada hueso, cada parte de sí mismo.

    Unos cuantos minutos pasada la una de la tarde. Con estruendosos aplausos, oficialmente, se daba por concluida la charla. Ni siquiera las palmas de más de veinte personas eran suficientes para igualar la elegancia y la potencia de minutos atrás. Hugo y su voz llevaban 67 años juntos, tiempo suficiente para llegar a una complicidad inigualable y una sabiduría digna de respeto.

    Ambos salieron por aquella puerta azul característica de las aulas de la Facultad de Letras, con la satisfacción de haber hecho, nuevamente, un espléndido trabajo. Hugo Viladegut y la voz de América.

La carne se hizo voz

Por: Jesús Huaman Durand

Qué sería de la vida sin la radio y sin la imaginación ininterrumpida que muestra con coraje aquellas fantasías que solo el hombre puede representar en su pensamiento. La radio es uno de los pocos medios que hacen explorar nuestra imaginación, más aún si aquel que está atrás del micrófono es capaz de hacer sentir emociones profundas. Hugo Viladegut, locutor de radio, lo vivió en “carne propia” y dio testimonio de ello en la clase que expuso.

Cálido sol hubo aquel martes 28 de octubre que iluminaba con furor la ciudad universitaria de San Marcos, al interior de la Facultad de Letras y Ciencias Humanas se encontraban los estudiantes del curso de Redacción Básica esperando la llegada de la profesora quien, al aproximarse al aula, mostraba su característica sonrisa, aunque en esta ocasión se le notaba más alegre de lo normal. Todos entraron al salón de clases y la profesora, de manera jubilosa informó que la clase del día iba a estar a cargo de Hugo Viladegut Bush, mejor conocido como “la voz de RPP”, locutor de radio que realizó sus estudios en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos (Educación) y de la Pontificia Universidad Católica del Perú (producción de radio).

Poco tiempo después, hizo su aparición en el salón un hombre de tez clara, cabello ondulado y castaño que se confundía entre las canas (comunes de un hombre mayor), alto y abotagado, sonriente y con una mirada profunda pero no intimidante, un porte de hombre maduro, experimentado y noble. Vestía un terno azul marino, sin corbata, una camisa blanca impecable y unos zapatos color café que combinaban muy bien con su atuendo. Además, llevaba unos lentes consigo para explicar su clase. En síntesis, es un hombre que inspira calidez, y una firmeza increíble.

Antes de empezar, se le dio la bienvenida con una pequeña y amena presentación, aunque un personaje de tamaña trayectoria no requiere de presentación alguna.

Empezó la clase saludando a los alumnos y explicando brevemente el objetivo de su clase. Me senté con bolígrafo en mano y un cuaderno de apuntes. El tema que desarrollaba trataba sobre el lenguaje radiofónico en las radios on-line, según sus propias palabras, la radio es “uno de los más difíciles y estresantes trabajos de periodismo”.  Tal y como, mis compañeros y yo escuchamos en la radio, su característica voz grave y peculiar fue aquella cualidad del locutor lo que llamó la atención de todos los presentes en el salón. Viladegut explicaba los tópicos de la comunicación radial con un desenvolvimiento digno de admirar. Los nervios no se hacían presentes ni las muletillas, más bien, su manera de explicar la clase, la notable y perfecta dicción hacía parecer que estuviera una historia y no una clase.

La voz, cualidad característica de todo ser humano, es la principal herramienta de trabajo de todo aquel que incursione en el mundo de la radio, además de un correcto uso de esta y acompañado de una dicción prodigiosa, y como una suerte de predestinado, Hugo Viladegut posee estas cualidades que lo han convertido en voz símbolo de RPP, y de la radio nacional.

Pero las palabras no serían profundas si no existe pasión para esparcirlas por el mundo y Viladegut derrocha pasión en cada escrito que lee, en cada palabra que expresa, y no solo eso, sino que logra transmitir esa pasión a los oyentes con una naturalidad difícil de igualar. Una persona humana que recorrió en algún momento los mismos pasillos que ahora recorremos nosotros. En síntesis, un ejemplo vivo de la superación y de la felicidad.

Después de una larga y entretenida clase, se me quedó una frase de Bernard Shaw que Viladegut citó dentro de su exposición:

«Escribe corto para que te lean, claro para que te entiendan y entretenido para que te recuerden»

Y con esta frase cierro mi crónica. Más allá de lo que se pueda apreciar en el mensaje, considero que dentro de aquel está inmersa una pasión implícita, la esencia de la frase, cualidad indispensable de personajes celebres como lo es Hugo Viladegut, un hombre, de los pocos predestinados, que nació con el talento para ser lo que es, y encontró la pasión en el camino.

El hombre de la voz grave nos visitó

Por: Jorge Huaynapomas Gonzales

Sin duda alguna Hugo Viladegut es la imagen representativa de Radio Programas del Perú (RPP), este hombre con su imponente voz impacta en los oyentes como ningún otro locutor puede hacerlo. Y es que al margen de su apretada agenda se tomó la molestia de venir y dictar un clase magistral en su tan extrañada Facultad de Letras y Ciencias Humanas de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, su alma máter. 

(Foto: Hugo Viladegut / Twitter)

Eran las 11:00 am y el invitado de honor aun no llegaba, la mayoría de alumnos ya se encontraban sentados en sus sillas esperando con ansias la llegada de Hugo Viladegut. Pasaron más de 15 minutos y recién el invitado llegó al salón acompañado de su esposa, tal como lo mencionó, la tardanza no era parte de él pero por una cuestión externa lamentablemente no pudo llegar a tiempo. 

El hombre era alto, de tez blanca, un poco robusto y con una voz que podías escuchar por más lejos que te encontraras. 

Inició su clase magistral contando una pequeña anécdota sobre el diario La República y la inserción de las computadoras, las cuales generaron un cierto rechazo en algunos periodistas. La conclusión final de su pequeña anécdota fue “ El que se queda en el camino, el solo hecho de quedarse inmóvil ya está perdiendo porque el tiempo avanza” con esto Viladegut deja bien en claro que él es una persona que se encuentra en constante cambio, y es que para la voz representativa de RPP el cambio es la constante.

Continua y continua la clase magistral, lo pequeño del salón le da mas potencia a la voz del expositor. En un momento cuenta otra anécdota y recuerda a uno de los grandes, una luminaria, Luis Alberto Sánchez, quien en palabras del mismo Viladegut fue político, historiador, periodista, escritor y mentor de la profesora Jacqueline Oyarce.   

Con una explicación clara y concisa el hombre de la potente voz exponía como la radio se diferencia de otros medios y como esta tiene ese poder para llegar a la gente de manera directa.

Al final dio un par de tips de redacción, los cuales nos podrían servir mucho en nuestra carrera como comunicadores, con toda esta exposición más parecía que nos estaba dando una clase de redacción super avanzada, de hecho durante su exposición él mencionó que en su trabajo el tiempo que le otorgan para hacer una redacción es sumamente mínimo y que ese es el mundo al que nos enfrentaremos cuando terminemos la profesión.

Palabras sabias, anécdotas, reflexiones y datos muy interesantes, estas son las cosas que podrías presenciar si alguna vez Hugo Viladegut se anima a dictar una clase magistral para ti y todos tus compañeros. Y es que sin duda la voz de RPP es y será siempre un icono de la radio en el Perú. 

Voces que no se olvidan

Por: Orlando Lloclle Huillca

Cada palabra expresa un significado, pero cada voz da sensaciones que resultan significativas. Porque las palabras se entienden, sin embargo, las voces nos llegan al alma. Fue la impresión que dejó un locutor que acompañó a varias generaciones.

La mañana del 29 de octubre, un poco antes de las 11de la mañana, los pasillos de la Facultad de Letras y Ciencias Humanas de la UNMSM recibían a un hombre cargado de experiencias, ansioso de contar mil y una historias, sin embargo, también deseoso de escuchar las anécdotas de los estudiantes.

Hugo Efrain Viladegut Bush es periodista y locutor, pero algo que habíamos soslayado es su formación en enseñanza. Sí, es profesor. Hace varios  años, él también pasó por la Decana de América. Corriò, estudiò, conversò en los mismos pasillos que hasta hoy hacen historia. Así como muchos personajes ilustres que hicieron de la universidad, su càlido hogar. Arguedas, Vargas Llosa, entre otros. Sin embargo, algo por lo que es recordado hasta nuestros días, es su papel fundamental como narrador de noticias en RPP. Sus palabras evocaban pensamientos, empero su voz despertaba sentimientos. Era una especie de alegría y sorpresa. con varias sonrisas porque al fin se develò el rostro de una voz que durante años fue anònima. Una voz que cautiva con una marca  y estilo único. Esa que le da presencia a la radio hasta hoy.

Entre pasillos, una sombra imponente se aproximaba, ascendía por la escaleras. Se dirigía al aula, 17B. Por un segundo, las  miradas del público se congelaron. Sus rostros denotaban asombro, pues frente a ellos se posicionó alguien. Un sujeto prominente, circunspecto. Con una mirada minuciosa, detenida en el público. Un traje azul que daba más volumen a su presencia. Y fue allí que todo empezó. Sus palabras explicaban historias y se escuchaba una voz firme que se regulaba de   acuerdo a lo que decía. Así cautivó la atención del público asistente. Las palabras iban y venían. Él se desplazaba de un lado a otro. Sus manos parecían dirigirlo. Había calma en él. Su voz mudaba de acuerdo con lo que contaba. Nuestros ojos los seguían en su andar, y es que en nuestros interiores recordábamos esa voz de la radio. Un viaje fugaz al pasado. Ahora esa voz tenía un rostro que nos estaba observando, tal vez evaluando porque también parecía esperar una respuesta de nosotros. Algunas voces se sintieron intimidadas, sin embargo otras se animaron a intervenir.

Entre muchas miradas, había una que era diferente. Su voz parecía hipnotizarla una y otra vez. Era ella, su compañera de vida. Fiel acompañante a cada una de sus presentaciones, quien lo observaba con detenimiento. Como esperando alguna señal para poder asistirlo. Lo seguía con la mirada aunque sus manos se frotaban  entre sí. Había algo de ansiedad en ella. Estos síntomas se reconocen a distancia y solo había una explicación: admiración. Hubo momentos en que sus miradas se conectaban. Eran cómplices.

Y así, entre risas y alegría, la charla estaba acabando. Nadie se ocupó del tiempo. Y es que fue entretenido escucharlo. Entre cálidos aplausos lo despedimos. Una emotiva despedida representada en una fotografía. Para llevarnos en la memoria su presencia. Prometimos volvernos a ver para escucharlo una vez más. Para sentarnos nuevamente a apreciar esa voz que durante años nos ha acompañado y que aùn tiene mucho por contar.

Fue entonces que Hugo salió junto a ella, su fiel acompañante. Dejando atrás esa aula azul, tan común de la Facultad de Letras. Se alejaban por los pasillos llenos de satisfacción porque habían sido escuchados. Sentían que lo habían conseguido de nuevo: cautivar a sus oyentes con una voz tan particular. Todos hemos oído muchas historias desde la mirada del otro, pero aquí, él nos decía lo que hizo y parecía revivirlo. Sus labios iban moviéndose en cada palabra y se regulaba con un tono diferente. Usaba una modulaciòn diferente para explicar cada materia. Fue una más de las muchas batallas que él tendrá, sin embargo desaparecía a lo lejos con ese sabor a victoria de haber hecho un buen trabajo nuevamente.

Lima, 23 de diciembre de 2019

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Un poeta escribe sus obras escogiendo delicadamente cada una de las palabras que va a utilizar, un cantante maneja el tono y la potencia de su voz para producir armonías y melodías que capturen a los oyentes. El Dr. Hugo Efraín Viladegut Bush maneja ambos conceptos para realizar su trabajo como narrador de noticias en RPP. El martes 29 de Octubre el maestro Viladegut brindó una charla sobre el “lenguaje radiofónico en las radios online” a estudiantes de la UNMSM y nos dejó sorprendidos con una ponencia que cumplió nuestras expectativas.

El día de la ponencia yo llegué algo tarde, me acerqué lentamente a la puerta y desde afuera podía escuchar a un expositor con la capacidad de llenar todo el salón con su voz.

Previo a la charla, ya había investigado un poco al personaje que nos iba a visitar ese día, se trataba de un egresado sanmarquino que lleva trabajando por más de 20 años para RPP como locutor principal. Al principio me parecía un personaje desconocido, pero cuando entré al salón y escuché su voz se me evocaron recuerdos de algunas propagandas que habré escuchado inconscientemente y la peculiar voz que decía la hora en alguna radio que habré sintonizado alguna vez.

Era un hombre que proyectaba una imagen de confianza en sí mismo, con un buen porte, bien parado. No se movía mucho al momento de exponer, pero igual demostraba dominio en conceptos de oratoria. A pesar de tenerlo al frente y de que estaba hablándole a todo el salón, se sentía como si estuvieras escuchando algún podcast y te daba la sensación de que estaba conversando contigo.

Nos mostró verdadera pasión por su trabajo, refiriéndose a esta como “la amante perfecta”. A pesar de que su esposa también estaba presente, él continuaba hablando de su trabajo como si fuera una persona con la que está teniendo una aventura. Pude darme cuenta que la señora ya estaba acostumbrada a eso, aunque entiendo que cuando se casaron, ella estaba consciente de que iba a compartir el corazón de su marido con un micrófono en una estación de radio.

El maestro Viladegut continuó hablando sobre su experiencia en la radio y compartió algunas anécdotas que compartía con la profesora del curso que también había sido colega suya. Nos dejó en claro que sus conocimientos se debían más a la experiencia que a cualquier otra cosa.

Como profesional se dejaba ver como una persona completamente preparada, con cualidades para trabajar en cualquier lado y experiencia para enseñar en cualquier universidad, pero como persona dejó ver algunos huecos que dejan un poco de qué hablar. Como ya mencioné antes, él se refería a su trabajo como la “amante perfecta”, y podía dejarse entender que incluso preferiría a su trabajo por sobre su esposa.

Realmente no soy nadie para hablar sobre su vida personal ya que desconozco como será su vida en el hogar, pero el maestro Viladegut mostró ciertas inclinaciones algo machistas que podrían darnos algún indicio de infravaloración femenina ya que, a mitad de una conversación que estaba teniendo con su ex-colega, soltó un comentario hacia el público diciendo que no se le podía discutir nada a una mujer, lo cual causó un poco la incomodidad de la profesora pero no reclamó nada en el momento, el salón también se conmocionó un poco por ese comentario.

Aunque se entiende que hizo el comentario de manera jocosa para amenizar un poco la ponencia, igual deja entrever que posiblemente tenga una inclinación por un pensamiento más conservador, manteniendo la imagen de un hombre completamente dedicado al trabajo y  un poco descuidado en su vida familiar.

Al final, a pesar de todo esto, nos dejó una muy buena impresión de un hombre profesional y dedicado al trabajo el cual, ahora admiro. Es un artista que canta sin música y que recita sin declamar, que te conversa personalmente a pesar de estar hablándole a miles de personas, un artista que a hecho que su propia voz se convierta en un emblema y que se ganó, a base de esfuerzo y dedicación, el título de “la voz del Perú”

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El silencio gobernaba el salón de clases cuando él ingresó. Con una sonrisa amplia y genuina, el hombre de traje azul se dirigió al frente de la clase y se situó en medio del salón. La profesora le dio la bienvenida y explicó el motivo de su presencia: aquel personaje que daba “El Gran Resumen de la Hora” en RPP iba a realizar una conferencia para los alumnos de la escuela de Comunicación Social en una pequeña y cálida aula de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos.

El reloj marcaba las 11:22 am. cuando la grave voz de Hugo Viladegut Bush comenzó con un agradecimiento a la profesora por la invitación. Su desplazamiento y los ademanes que realizaba con las manos eran seguidos por las miradas de los alumnos, quienes escuchaban atentamente lo que decía. Cuando inició la conferencia de la radio, empezó a hablar de manera alta y pausada, impostando su voz.

“Allá por los años de 1990, el periódico hizo un cambio radical: desechó las máquinas de escribir y las reemplazó por computadoras” relató. La enérgica introducción del tema se manifestaba a través de pliegues en sus mejillas: singulares expresiones faciales fluctuaban sobre su rostro mientras su tersa voz narraba ese episodio. “Periodistas con mucho talento no triunfaron porque se rebelaron contra el cambio” señaló, su mano elevada reforzaba la declaración. 

Hizo una pausa para conectar las diapositivas y el silencio en el aula terminó. El personaje de cabello castaño claro configuraba la computadora mientras se oían murmullos de los estudiantes. El inconveniente se resolvió y el locutor continuó la conferencia. “El periodista debe saber adaptarse. El periodista que no se adapta…. ha perdido” señaló con voz profunda, su mirada recorría los rostros de los estudiantes.

Durante la conferencia, se desplazaba por el salón de paredes brillantes, cuyo amarillo envolvía la pasión azul del locutor en una esfera alegre. Explicó la situación actual del periodista y la permanencia de la radio con una voz tranquila y serena, pero llamativa y vivaz a la vez. Sus largos silencios mantenían a los alumnos concentrados y las expresiones de su rostro, acompañadas de un desplazamiento sutil y algunas referencias a las diapositivas, creaban el ambiente académico perfecto para la introducción al universo sonoro de la radio. 

Sacó algunas risas en ciertas ocasiones. Su carisma era evidente y su cálido sentido del humor rompía el silencio en el aula. Afirmaba su pasión exacerbada por la radio mirando a su esposa, quien asentía con una sonrisa. Todo el amor y entusiasmo eran transmitidos a los alumnos por medio de sus cautivadoras palabras y su apasionado discurso.

Poco antes de finalizar, el locutor de mentón prominente se percató de la inquietud del alumnado y preguntó por la hora. La pantalla de un celular indicaba que eran las 12: 49. En una hora y media, aquel traje azul sin corbata había sembrado una semillita radiofónica en los corazones de los alumnos. Muchos afirmaron querer verlo de nuevo en otras conferencias, incluso pensaron en qué clase les podría brindar. 

Luego de risas y comentarios afines, la profesora miró a la delegada: era necesario hacer algo más antes de que el gran personaje se retire. “Los alumnos tienen un regalo para usted” mencionó la profesora. Una sonrisa se implantó en el rostro de Hugo, quien aceptó gustosamente el presente. Aquel salón que antes se había inundado en silencio, estallaba en aplausos. El ambiente y la mirada de Hugo Viladegut se habían rodeado de cariño. Sus ojos miraban con ternura a los estudiantes y a la maletita negra con un gran símbolo de San Marcos que le habían entregado como regalo. La sesión terminó con una foto grupal. 

En una de las fotos que le tomaron, se ve claramente el logo de la Facultad de Letras y Ciencias Humanas en el presente, la voz icónica de RPP se llevaba un recuerdo de la clase que brindó a los entusiasmados estudiantes, quienes recordarían esa experiencia con el hombre de ojos caídos, pero de hombros firmes, quien más que una voz, es una persona que habla detrás de la radio.

El hombre detrás de la voz

Por: Valeria Flores Gamero

Una voz ronca y profunda, suave y potente que, cada día, emite el tan conocido “Todo lo que es noticia en el Perú y el mundo está aquí, en RPP”. Pero, ¿conoces al hombre de la voz más reconocida de la radio nacional?

Una clase maestra, organizada por la profesora Jacqueline Oyarce, se daría durante su hora de Redacción Periodística. ¿Quién iba a ser el invitado para esta cátedra? 

Supuestamente, a las 11 am comenzaría. Para ese entonces, el salón se llenaba de a pocos. La profesora llegó casi cinco minutos después de la hora fijada, trayendo un maletín de la FLCH entre las manos, muy emocionada por la sesión próxima. 

Cuando ya marcaban las 11:25 am, con la mayoría de los alumnos presentes, ingresó al salón el Doctor Hugo Viladegut, más conocido como la “Voz de RPP”. 

Con una cálida presentación, por parte de la profesora Oyarce, le dio la bienvenida a Hugo, tal como ella se refería al locutor. Él procedió con un saludo hacia los alumnos, que se encontraban entusiasmados por el personaje que se encontraba delante de ellos. 

Antes de continuar, cabe mencionar que Hugo Viladegut es periodista, locutor del Grupo RPP y profesor de radiofonía, que realizó sus estudios en la UNMSM y la PUCP. Esto es para tener en cuenta su historial profesional y académico.

Hugo Viladegut tenía una presencia imponente ya que era mucho más alto que el promedio. Tenía el cabello oscuro, un poco canoso y era colorado. Vestía un terno azul, camisa blanca y zapatos marrones. 

El tema de la clase sería: “El lenguaje radiofónico en las radios online. Así que comenzó la charla dando una introducción del tema. Ni bien comenzó a hablar, enganchó rápidamente con su familiar voz. 

La charla era una combinación de su gran conocimiento de la radio como medio de comunicación y sus experiencias trabajando en ella. Mencionaba, en varias ocasiones, a Alberto Sánchez, quien fue una “Lumbrera del país” y  el “periodista que todos quisiéramos ser”. Con esas mismas palabras, Viladegut se refirió al ya fallecido personaje. 

Se mostró como un excelente orador: se expresaba con las manos con gran naturalidad, manejaba bien el tono y el ritmo de la voz, realizando pausas y énfasis cuando debía. Realmente la voz era su mejor herramienta a la hora de dirigirse a cualquier tipo de público.

Por momentos, se dirigía a la profesora para recordar y compartir anécdotas sobre sus años trabajando en la radio. Entre risas y experiencias, les explicaban a los alumnos cómo era trabajar ahí. 

Sin embargo, el momento más emocionante para los alumnos, fue cuando Hugo Viladegut comenzó a hablar como si estuviera locutando para la radio y, él mismo, mostraba satisfacción al ver a los alumnos fascinados por la magia que emitía su voz. 

Finalizó su presentación, un poco más de las 11:30 am, con una cita de Bernard Shaw que decía:“Escribe corto para que te lean, claro para que te entiendan, entretenido para que te recuerden” .

Después prosiguió con la ronda de preguntas, mientras se repartía unos cuestionarios sobre la radio. Mientras los alumnos respondían la ficha, unos cuantos le formulaban preguntas sobre el tema tratado. 

Al último, la delegada le entregó el regalo al profesor, en nombre de todo el salón y como forma de agradecimiento por la charla dada. Él se mostró amable y conmovido por el presente, tanto que abrazó a la joven y procedió a tomarse una foto con ella. Para concluir esta clase, se tomó una foto del maestro con todo los alumnos. Para ese rato, ya marcaba la 1 pm, hora exacta de la finalización de la clase de Redacción Periodística. 

Hugo Viladegut demostró ser un recordatorio de la infancia de muchos, ya que crecieron escuchando su voz por la radio. Además de una persona muy tranquila, amable y con vocación de enseñanza. Con ello, ya se pudo conocer más de la persona que solo el simple hecho de escuchar su voz.

La evolución de dos grandes: La radio y Hugo Viladegut

Por: Ariana Vila Cordero

La voz de RPP y su experiencia en el mundo de la radio, dos historias que se contaron en un aula de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos.

Ese martes 29 de octubre Sergio decidió ponerse un polo manga corta, un pantalón negro y sus zapatillas rojas, pues era una mañana un poco soleada. Tomó su carro como todos los días y se dirigió a su clase de Redacción periodística, este día no sería una clase cualquiera, pues en esta ocasión habría una presentación de la voz principal de una de las radios más conocidas del Perú, RPP noticias, se presentaría Hugo Efraín Viladegut Bush.

Cuando llegó al salón, lo notó más lleno que nunca, amigos que rara vez asistían a la clase estaban sentados en primera fila con sus cuadernos listos para hacer apuntes y esperando al invitado de su profesora Jacqueline Oyarce.

Después de un par de minutos entró Viladegut, con un porte inigualable y un saco azul marino que combinaba con sus pantalones color beige, no llegó solo, estaba con su esposa quien siempre lo acompaña a sus actividades fuera de la radio. Sergio quedó fascinado desde la primera palabra que salió por la boca de aquel hombre que debía medir un poco más de 1.80 metros, su presencia imponía respeto y los alumnos prestaron atención a su breve historia introductoria. 

Empezó hablando de los años 90’ (1992-93), mencionó al diario La República y cómo este hizo una transformación importante, pues quitó las máquinas de escribir y puso computadoras, debido a este cambio salieron un 90% de los periodistas. Terminó por decir que el cambio es la constante en este siglo. La introducción continúo con la mención de los radioprogramas, donde la estrella era el locutor, después la estrella se volvió la noticia, luego los protagonistas de la noticia se vuelven las nuevas estrellas. «El periodista que no está en constante cambio/mutación va a morir como profesional», cerró con esa frase.

Su presentación tituló Grandes formatos de la radio y de la radio en internet, estuvo basada en una ponencia del año 2007 presentada en una Convención Internacional en Quito – Ecuador. 

Sergio prestó atención desde el inicio, pues la voz de Viladegut embelesó sus oídos y al parecer, también a los de todo el salón. Una de las partes que más llamó su atención fue: 

“la radio trae al mundo al receptor, porque la radio explica los problemas (analiza), transmite los acontecimientos circunscritos al ámbito del que viene y a dónde va, sus innovaciones tecnológicas descolocan a los agentes que hacen posible la radio (se ha ido adaptando a los nuevos tiempos). Se estudia la radio, existe un lenguaje caliente (naturaleza del discurso radiofónico) no se puede repetir, se transmite de boca a oído, el frío va también a través de los ojos”.

Hugo Viladegut

En una parte de su discurso habló de la televisión y los celulares, como la primera era considerada un medio frío, mientras que la radio uno caliente y cómo el celular reinventó la radio y crea grandes formatos de prensa para el medio, las escuelas de periodismo incluyeron al medio radio en su currículo, se convirtió en una forma alterna de hacer prensa.

Al terminar la presentación, todos, sin excepción, aplaudieron a Viladegut, pues su presentación fue impecable, sus tonalidades de voz cuando daba los ejemplos fueron las idóneas para captar al público. La delegada de la clase se paró para entregarle un presente en nombre de la base 18 de la Escuela de Comunicación Social, agradeciendo su visita y reiterándole la invitación a la universidad.

La profesora insistió en tomar una foto grupal, Sergio posó en cuclillas junto con sus amigos. Cuando ya todos se estaban yendo, se quedó para ver cómo algunos de sus compañeros le pedía una foto al hombre detrás de la radio, a la voz principal de RPP.

En síntesis, la radio ha tenido una evolución constante, pese a los nuevos inventos. Hugo Viladegut es un representante del periodismo radial, él ha atravesado los diversos cambios y se ha adaptado a estos, la radio al ser un medio caliente, es vivo, preciso, es un medio que existirá y perdurará por mucho más tiempo.

Una voz particular

Por: Alejandro Toyco Suárez

Hugo Viladegut Bush, considerado la voz emblemática de RPP, ingresó el martes 29 de octubre nuevamente a las aulas de la Facultad de Letras de la Universidad San Marcos, pero en esta oportunidad … para contar sus experiencias en el ámbito de la locución radial.

La voz es la particularidad de las personas. No existen dos voces iguales. Aunque se intente imitar solo se llega a asemejarse, es un sello personal. Hugo tiene una amante … y su esposa lo sabe, lo respeta y lo motiva cada día a mejorar su relación con ella. Los dos hablan un lenguaje caliente, existe una química casi perfecta entre ambos, como si hubieran nacido uno para el otro.

Hugo ingresó al salón alrededor de las 11 de la mañana, los alumnos desde el fondo lo observaban sin decir una palabra. Probablemente  si nos cruzamos con él en la calle no sabríamos su importancia, pero su primera palabra fue suficiente para saber de quién se trataba. Alto, robusto, con saco y pantalón azul, con camisa blanca que representa elegancia. Era martes, uno normal de primavera, los rayos de un sol  se filtraban por las pequeñas aberturas que poseía un saloncito de la Facultad de Letras de San Marcos. La  profesora Jacqueline Oyarce presentaba con una gran sonrisa la experiencia que Hugo posee.

Entre risas, realiza un comentario acerca del campus universitario: “No tendrán jardines bonitos pero si un lugar en donde estudiaron muchos personajes importantes en la historia de nuestro país”. Recuerda que el patio de Letras cuando evoca aires de un pasado. Aquellos pasillos donde muchos estudiantes, con sueños en mente por cumplir, llegaban a estudiar cada día. Esos salones que en sus cuatro paredes guardan los recuerdos de risas, tristezas de años de historia. Junto a él lo acompañaba su esposa, se sentó en la primera carpeta delante de Hugo, mientras hacía unas anotaciones de su exposición, escuchaba como se refería a su amante ―como Hugo la denomina―, quien ha estado con él muchos años de su vida, la radio.

Una voz inconfundible se escuchó durante una hora por todo el salón, muchos recordaron cuando eran pequeños y mientras ellos jugaban en el hogar, sus madres sintonizaba RPP obviamente, contadas por Hugo. Algunas noticias que marcaron la historia de nuestro país eran recordadas y comentadas por los estudiantes así como anécdotas y curiosidades.

“Nuevamente estoy en mi casa” mencionó Hugo, después de muchos años pisaba aquel lugar que lo acogió, cuando la Escuela de Educación todavía pertenecía a la Facultad de Letras.  Los estudiantes escuchaban cada palabra de este curioso personaje. Con el avanzar de los minutos, se podría observar la gran admiración que poseían ante Hugo, algunas preguntas al finalizar la clase y una frase memorable: “Escribe corto para que te lean, claro para que te entiendan y entretenido para que te recuerden” y esto es lo que representa Hugo en los medios de comunicación del Perú, un joven que comenzó practicando en el diario La República, adentrándose poco a poco en el medio. Se convirtió así en la voz característica de RPP, o viceversa.

Lima, 23 de diciembre de 2019

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Hugo Viladegut Bush

El hombre que con la voz cautiva

Por: Nabi Velásquez Fabian

Cuando uno es pequeño y oye la radio suele imaginarse la altura, la edad y la contextura de las personas que están detrás del micrófono. Si la voz del locutor es grave y expresa cada palabra con seguridad, uno suele imaginar a una  persona alta y seria. Solo en este caso la imaginación no difiere mucho de la realidad.

El dia martes 29 de octubre Hugo Viladegut, el renombrado locutor de una de las radios más sintonizadas del país, dio una clase maestra a los estudiantes de Comunicación Social de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos.

Eran las 11:00 de la mañana y los estudiantes puntuales y a la expectativa esperábamos, en el pequeño salón de clases, con ansias su llegada. Entonces, recordé haber visto una entrevista en la que Viladegut contó que entre la radio y él existió una relación por vocación. “Comencé a hacer radio a los diecisiete. Yo todavía no había iniciado una carrera universitaria, pero me encantaba estar ahì, una vez que cogí el micrófono no quise despegarme, se hizo mi amigo, hasta ahora” mencionó aquella vez.  

A las 11:20 de la mañana ingresó un hombre muy alto, tenía el cabello castaño, vestía un terno azul claro y usaba una camisa blanca sin corbata. El color de su piel era blanca, usaba unos lentes casi transparentes y llevaba una gran sonrisa tímida que achinaba sus ojos. Nos saludó con esa amigable sonrisa que rompiò la tensiòn al instante,  miró todo lo que le rodeaba y después de su presentación comenzó la exposición.

Inició el discurso contándonos una anécdota de esos tiempos en los que a los periodistas tradicionales se les dificultó adaptarse a las computadoras y dejar las máquinas de escribir porque temían malograrlas. El profesor Viladegut se movía de un lado a otro tratando de captar nuestra atención que sin duda ya la había logrado con esa voz tan atractiva y cautivadora. Durante la clase alzaba sus brazos para recordar con exactitud lo que quería narrar y con un rostro serio y un tono de voz grave mencionó “ Para un periodista el cambio es la constante”.  Aludiendo a todos los ajustes a los que ha incurrido la radio durante su larga trayectoria de más de treinta años como locutor.

Casi al finalizar la exposición, un poco cansado, algo sudoroso y después de beber un poco de agua, complacido calificó a la radio como “La amante perfecta”. En una entrevista dijo: La radio te exige que estés todo el tiempo con ella, es como una amante que te cautiva no la puedes dejar ni te puede dejar, se necesitan mutuamente.

En medio de aplausos culminó la tan ansiada visita de Hugo Viladegut. Los estudiantes emocionados de conocer a la famosa voz que resuena en la radio cada mañana. Nos unimos a él para inmortalizar la visita en una fotografía vociferando  “radio”. Viladegut, con la humildad y la sonrisa que lo caracteriza, aceptó.

Hugo Viladegut es un gran hombre en altura y en sencillez. Es un profesor con una gran pasión por la locución y la radio a quien considera su  amante perfecta … y no quedan dudas después de conocerlo.

La evolución de la Radio: adaptarse o morir

Por: Milagros Otárola

Imaginarse una cena a las 7:00 pm en una morada del centro de Lima, una familia reunida en torno a un aparato obsoleto, que ellos llamaban radio, a escuchar una radionovela o una lectura de poesía. Probablemente algunos recuerdan con añoranza dicha época, pero para los denominados “millennials”, quienes han nacido en entornos tecnológicos con una radio portátil en el celular o acostumbrados a oir radios de internet, les resultara un panorama lejano.

Para el Dr. Hugo Viladegut Bush, la radio fue creada para reunir a la gente entorno a ella, pero la inmersión de nuevos medios provocaron a inicios de siglo una descolocación en los agentes propios de este medio. La radio tuvo miedo. Los periodistas clásicos aún más.  “Cuando apareció la televisión, se creyó que la radio y el periódico desaparecerían”, menciona Viladegut con un tono de añoranza.

Ante el problema evidente y bajo un instinto de supervivencia, era adaptarse o morir. La radio escogió adaptarse, se volvió un medio más ágil y utilizó toda las herramientas posibles para capturar la atención del oyente. En este conjunto de herramientas, trabajo en un nuevo formato, que Viladegut denomina “conversando con el público”, este formato que permite una mayor interacción entre los medios radiales y el público rescato a la radio de una muerte anunciada.

La creación de la pila seca supuso un cambio enorme en la forma de oír radio, las personas solían juntarse en familia para oir el programa radial en un aparato condicionado por un enchufe para su funcionamiento, pero con la pila seca, arribó la radio transitoria, que se podía llevar a cualquier parte. La radio le llevaba ventaja a la televisión.

Años más tarde, la masificación de los teléfonos celulares reinventa la radio y crea formatos de prensa. La radio pasa a ser entonces un medio de prensa y a dejar de ser considerada como un medio solo de entretenimiento. 

La inclusión de la radio en el entorno periodístico, supuso una transformación en las empresas mediáticas. Los periodistas debían trasladar las cualidades de un periodismo escrito a un entorno radial. Uno de los principales conflictos fue con respecto a qué debía predominar: si la forma o el contenido. Por un lado los periodistas acostumbrados a escribir gacetillas para un periódico plantean que se debía decir la verdad, es decir, un predominio del fondo, mientras que por el otro, se afirmaba que la forma era lo que iba captar la atención del receptor. ¿El acuerdo? Un punto medio entre forma y fondo.

A fines del s. xx, la llegada del internet, supuso un nuevo temblor en los medios de comunicación, entre ellos, la radio. En la red, el usuario puede visitar los links, blogs y podcasts cuando lo desee, en la radio, se limita su acceso a lo que escuchaste en un momento. No se puede repetir. Tiene, como diría Marshall McLuhan, un lenguaje caliente.

¿Es el internet, el fin de la radio? A primeras cuentas pareciera que sí, pero como en la naturaleza, en el mundo mediático, sobrevive el más apto y la radio quería hacerlo. La guerra inició como una lucha por la instantaneidad, en donde el medio ganador era aquel que daba las noticias de forma más rápida y completa. El trabajo periodístico en la radio ya no podía estar limitado las paredes de una cabina, tenía que salir. De esta forma, en palabras de Hugo Viladegut, se consolidan dos formas de trabajar dentro del entorno radial: la noticia, con el locutor desde cabina; y el reporte, con el periodista desde la calle.

La pugna por la instantaneidad tenía los días contados. Durante la primera década del siglo XXI, las grandes empresas mediáticas comprendieron que la única forma de salvar a los medios clásicos, entre ellos, la radio era uniéndose al enemigo. Si no puedes contra ellos, únete a ellos, fue la frase que salvó a la radio de un destino fatal y transformó a la radio clásico en la radio 2.0.

Una mañana tranquila, una joven de 15 años, presurosa, enciende su ordenador y coloca en su buscador favorito: “radios online”. A continuación escoge su emisora preferida y escucha el noticiero matutino, al tiempo que el locutor menciona el hashtag del día. Lo soñó McLuhan, lo vivimos nosotros. La radio 2.0 llegó y arrasó con todo, se complemento con las páginas web y redes sociales tanto que al día de hoy, es difícil imaginarse una radio sin este tipo de interacción.  

Se volvió normal, entonces, oír entre noticia y noticia, la publicidad de la nueva bebida de moda o el spot de un nuevo modelo de teléfono, las llamadas del público o la lectura de comentarios usando el hashtag en distintas redes sociales. De alguna forma, la radio, se hizo un lugar en el entorno digital y al parecer, no tiene intención de dejarlo. 

La segunda década del S XXI sorprendió a muchos con la web 3.0, una nueva forma de entender el entorno digital, por lo que supuso también una nueva forma de entender los medios de comunicación, entre ellos, la radio. Surge así, la radio 3.0, hecha de internet para internet y que según menciona Viladegut se compone como una “nueva forma de hacer radio”.

El propósito de todo medio, así el de la radio, has sido y es impactar, llegar al oyente, para que esté, en una suerte de zapping radial no cambie de emisora. A pesar de las transformaciones tecnológicas, la radio aún mantiene su cercanía con la gente, su interactividad que ahora se ha prolongado más que a llamadas telefónicas o redes sociales, al uso de aplicaciones como whatsapp, que están implicando una participación ciudadana más activa en el entorno periodístico. La radio 3.0, en este entorno, no ha logrado aún configurarse dentro del ámbito periodístico. Lo logre o no, está en manos de los propios periodistas.

Como menciona Hugo Viladegut Bush, locutor periodista y voz emblemática de RPP, “está en el periodista adaptarse al tiempo”, de ello depende estar acorde a la evolución de los medios y llegar a ser periodistas 3.0. 

El invitado que cautivó con su voz

Por: Eitham Javier Canchari

Un personaje inolvidable, cuya voz puede ser identificada por niños, jóvenes y adultos. El hombre de la voz se movió de su hábitat de trabajo para estar frente a estudiantes de Comunicación Social de la Base 18 y así dar una clase magistral en la Facultad de Letras de la UNMSM sobre su “amante perfecta”: La radio.

Transcurría el martes 29 de octubre, día especial para los estudiantes de Comunicación Social ya que llegaría como invitado y ponente magistral un personaje que con su voz había creado a una leyenda en el periodismo radial peruano. La base 18 tendría como convidado por la profesora Oyarce a Hugo Viladegut.

Pasadas las 11:00 am él llegó: alto y con un terno que desprendía formalidad y firmeza en su presencia. Mientras que la profesora Oyarce lo presentaba, el profesor preparaba su material en el ordenador para comenzar su clase maestra.

Luego de unos minutos de arreglos, empezó la clase magistral: Una lección entretenida en la cual habló sobre la radio, sus características y, además, recordó el trabajo de Luis Alberto Sánchez como “hombre de radio”. Sus explicaciones causaban que los alumnos al cerrar su ojos se imaginen cerca a una radio escuchando RPP y que recuerden esos momentos en los cuales eran pequeños y que a través de los años crecieron escuchando su voz.

Durante su exposición, llegó en momento de “lucir” su capacidad vocal con ejemplos de publicidades de productos como Coca Cola, el aula echó unas risas y se notaba el júbilo que traía su presencia para los estudiantes que veían en él un ejemplo a seguir como periodista radial.

Ya era casi la 1 de la tarde y concluyó su exposición, el aula estalló de aplausos por tan magnifica cátedra que dio un personaje icónico de radio, los alumnos procedieron a hacer una encuesta mientras él contestaba las inquietudes de la clase. Posteriormente, se registró su visita mediante una foto que fue tomada por la docente Oyarce.

Un visitante que sin duda logró flechar a más de uno con su exposición y que gracias a su trayectoria y técnica desarrolló una clase clave para los educandos que escucharon cada palabra que decía con atención para su crecimiento personal.

Escuchando a la experiencia

Por: Diego Rivera Ratachi

Mi relación con la radio cada vez va a menos, no soy tan asiduo como lo fui antes pero sé reconocer lo importante que es para la población. Entiendo a la radio como el medio cuya característica es la de hacer sentir compañía al oyente. Y en el Perú no se puede hablar de radio, sin mencionar a Radio Programas del Perú. Y tampoco se puede hablar de RPP; sin Hugo Viladegut Bush, locutor de RPP por 30 años.

Sin embargo, cuando me enteré que vendría a San Marcos para dictar una clase en el mismo salón que semana tras semana frecuento para las clases de Redacción Periodística no me generó ninguna sensación. Quizá la pregunta a hacerse es ¿por qué? y la verdad es que no sabía quién era él con solo escuchar su nombre. Pero algo que es inconfundible en él, es su voz.

Me pareció interesante la idea de tener una clase que nos acerque a lo radial. Me había quedado con las ganas de saber más tras las clases modelo de Taller de Producción Radial II. 

En el momento que ingresó al salón 17B de la Facultad de Letras y Ciencias Humanas, y pronunció un simple saludo de buenos días, varios de mis compañeros sonrieron al igual que yo al reconocer aquella voz personalísima que posee.

Comenzó su exposición hablando de los cambios que han venido sucediendo en cuanto a los medios de comunicación en el Perú y de la necesidad de adaptarse a los nuevos contextos de producción informativa. Mientras avanzaba la clase se podía notar su experiencia y soltura con sus palabras y cómo es que logró captar nuestra atención. Era desbordante su pasión al hablar de un tema conocido por él, como lo es la radio. Eran notorias las ganas que le ponía a cada una de las explicaciones, argumentos y anécdotas.

Tener que hablar al oído del radioescucha, tener que seducirlo con las palabras, la entonación y demás trucos para poder captar su atención y no llevarlo a que cambie de dial fueron lecciones importantes. 

La sesión finalizó tras la entrega de un presente hacia el locutor, y una foto grupal como recuerdo de una clase magistral.

Viladegut, de amable apariencia, terminó la clase de manera tranquila frente al pesar de varios de mis compañeros que no querían que acabase aquella clase. Se repartió unas encuestas para llenar mientras la ronda de preguntas se iba desarrollando. No podía concentrarme en la encuesta. Se confirmaba lo que había dicho durante su clase, la voz ha de enamorar al oyente. Tanto así que ni podía concentrarme en otra cosa que no sea escucharlo. Escuchar a ese hombre que tenía mucho por enseñar a este grupo de jóvenes con ganas de comerse el mundo.

La innovación explicada por una resonante voz.

Son pasadas las diez de la mañana. Uno tras otro, ingresan los alumnos al Salón . Este día se dará una clase magistral bajo el tema  “El lenguaje radiofónico en los medios online”. Los estudiantes están inquietos, conocerán a la voz que creció con ellos. 

Las agujas del reloj indican que ya casi son las 11 de la mañana, con su robusta y alta figura, Hugo Viladegut Bush irrumpe el bullicio del salón, trae puesto un traje azul, que resalta con las claras paredes. Hugo, quien trabaja desde hace 30 años en RPP como locutor principal, es la voz emblema de la emisora. 

Empieza con su exposición, nos menciona varios temas relacionado al lenguaje radiofónico, poco a poco avanza con las diapositivas. Paulatinamente  se acerca a una temática diferente y la conferencia se enfoca en cómo las innovaciones tecnológicas repercuten en la radio. Este tema es discutido ampliamente por profesionales y conocedores de la radio, aunque esta ha sabido adaptarse a todas las innovaciones.

La radio tuvo que dejar de ser un componente de la comunicación masiva, donde la familia se juntaba en una determinada hora alrededor de una radio; para convertirse en una comunicación personal, donde una persona escucha una emisión radial, a través de sus auriculares. 

Con la llegada de la tecnología, la radio ha tenido que cambiar, menciona Hugo. El periodista continúa: “la radio se ha ido adaptando a todos los tiempos, y no ha habido un tiempo en que la se haya caído y desaparecido”.

La radio explica los problemas de la sociedad, transmite los acontecimientos que nos interesan y/o afectan, nos dan un sentimiento de instantaneidad.Con la llegada de la televisión, se pensó en la desaparición del periódico y de la radio, porque esta tiene sonido e imágenes, pero a pesar de todo, la radio ha sobrevivido. La radio tuvo que transformar, adaptarse, intensificar sus características principales. Se acercó más a la gente, se volvió más informativo,  estuvo adaptando formatos del espectáculo para sobrevivir.

La radio tuvo que dejar su cordón umbilical, para poder sobrevivir a las innovaciones. Hugo afirma, “si se mete la radio tradicional a la radio online, se podría esperar mucho”, estas innovaciones han estado y seguirán transformando la radio, es cuestion de ella seguir adaptándose a los cambios. Hugo se detiene en su exposición, bebe un poco de agua, pregunta la hora, son casi la una de la tarde, con una gran sonrisa de por concluida la clase magistral. 

La innovación explicada por una resonante voz

Por: Ariana Viguria Peña

Son pasadas las diez de la mañana. Uno tras otro, ingresan los alumnos al Salón . Este día se dará una clase magistral bajo el tema  “El lenguaje radiofónico en los medios online”. Los estudiantes están inquietos, conocerán a la voz que creció con ellos. 

Las agujas del reloj indican que ya casi son las 11 de la mañana, con su robusta y alta figura, Hugo Viladegut Bush irrumpe el bullicio del salón, trae puesto un traje azul, que resalta con las claras paredes. Hugo, quien trabaja desde hace 30 años en RPP como locutor principal, es la voz emblema de la emisora. 

Empieza con su exposición, nos menciona varios temas relacionado al lenguaje radiofónico, poco a poco avanza con las diapositivas. Paulatinamente  se acerca a una temática diferente y la conferencia se enfoca en cómo las innovaciones tecnológicas repercuten en la radio. Este tema es discutido ampliamente por profesionales y conocedores de la radio, aunque esta ha sabido adaptarse a todas las innovaciones.

La radio tuvo que dejar de ser un componente de la comunicación masiva, donde la familia se juntaba en una determinada hora alrededor de una radio; para convertirse en una comunicación personal, donde una persona escucha una emisión radial, a través de sus auriculares. 

Con la llegada de la tecnología, la radio ha tenido que cambiar, menciona Hugo. El periodista continúa: “la radio se ha ido adaptando a todos los tiempos, y no ha habido un tiempo en que la se haya caído y desaparecido”.

La radio explica los problemas de la sociedad, transmite los acontecimientos que nos interesan y/o afectan, nos dan un sentimiento de instantaneidad.Con la llegada de la televisión, se pensó en la desaparición del periódico y de la radio, porque esta tiene sonido e imágenes, pero a pesar de todo, la radio ha sobrevivido. La radio tuvo que transformar, adaptarse, intensificar sus características principales. Se acercó más a la gente, se volvió más informativo,  estuvo adaptando formatos del espectáculo para sobrevivir.

La radio tuvo que dejar su cordón umbilical, para poder sobrevivir a las innovaciones. Hugo afirma, “si se mete la radio tradicional a la radio online, se podría esperar mucho”, estas innovaciones han estado y seguirán transformando la radio, es cuestion de ella seguir adaptándose a los cambios. Hugo se detiene en su exposición, bebe un poco de agua, pregunta la hora, son casi la una de la tarde, con una gran sonrisa de por concluida la clase magistral.

 Lima, 23 de diciembre de 2019

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Su voz persiste

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El 19 de octubre Hugo Viladegut visitaba nuestra clase de Redacción Periodística para hablarnos de la radio. El conocido locutor ingresaba al salón ante la mirada de los alumnos que probablemente reconocerían su voz pero que quizá, en cualquier otra situación, les sería difícil asociarla con la imagen de la persona a la cual pertenecía. Pese a que su voz es su característica más reconocible, Hugo Viladegut no descuidaba su imagen. Esa mañana se presentó con un terno azul desabotonado y una camisa blanca sin corbata, lo que proyectaba en él una imagen moderna. El color de su pelo también, distinto al natural, se correspondía a esa imagen. Ocultar el paso de los años (así trabajes en la radio) es un mandato tácito para alguien que trabaja en un mundo tan competitivo como el de los medios de comunicación. Como diría Cat Stevens, es un mundo salvaje. Quedaba reforzada sin ninguna intención la lección que nos quería transmitir ese día: hay que adaptarse al cambio.

 El cambio en la radio

Era la importancia de la adaptación el mensaje que nos quería transmitir cuando el locutor nos contó que en el año 92 o 93 varios de los periodistas de La República se fueron porque no querían adaptarse al cambio de las máquinas de escribir por las computadoras. Así como los otros medios, la radio también presentó importantes cambios, varios de ellos presenciados por Viladegut. Primero, como cuenta el también periodista, la estrella era el locutor; después, ese rol pasó a ocuparlo la noticia misma, la cual se contaba desde el lugar de los hechos; al final, las estrellas pasaron a ser los protagonistas de la noticia, los que nos pueden contar qué pasó, qué está pasando y qué sucederá. En un breve paréntesis, recordando que nuestra profesora había trabajado con Luis Alberto Sánchez en la radio, nos empezó a hablar un poco de él y de cómo éste se adaptaba constantemente a los nuevos tiempos, aunque quizá en el fondo estaba rememorando aquella etapa en la que el locutor todavía era la estrella.

 La clase

Después de eso Viladegut empezó a darnos una clase propiamente académica. Habló de la naturaleza de la radio, de cómo el lenguaje de la radio era caliente y el de la televisión era un lenguaje frío, de las nuevas tecnologías que irrumpían en la radio, de la internet y de los formatos de la radio. En ese sentido, estaba mostrando una de sus otras facetas, la de profesor universitario. Sin embargo, el ambiente del salón cambió cuando el locutor empezó a tocar el último punto de su exposición: la frase radiofónica. Es que en ese momento pudo demostrar su rol más conocido, el de locutor. Inmediatamente escuchamos esa voz tan familiar a nuestros oídos, una voz tan aferrada al día a día de las personas que nadie discute su presencia, simplemente la damos por descontada. El periodista empezó a narrar ejemplos de frases radiofónicas, como la que utiliza en RPP y la que ya se había convertido en una marca distintiva en esa radio. Además, comenzó a demostrar su habilidad narrativa leyendo algunos comerciales de marcas conocidas, los que probablemente haya realizado como trabajo en algún momento de su carrera.

 La despedida

Como ya se había extendido un buen tiempo, se dio pase a las preguntas mientras su esposa, que había venido con él, nos repartía unas encuestas sobre la radio para que podamos llenarlas. Un par de alumnos se aventuraron a preguntar, lo hicieron en una mezcla entre pregunta y confesión de cuánto había significado la radio para ellos (muy en particular el programa “Mi novela favorita” en el que colaboraba Vargas Llosa). Claro que también estaban un poco emocionados por escuchar en vivo al personaje detrás de la radio, el que los había acompañado desde muy temprana edad, solo que ahora podían asociar finalmente esa voz inconfundible con la persona a la que le pertenecía.

Su voz

Varios años de carrera en la locución han hecho de Hugo Viladegut no solo una persona reconocida tanto en el medio radial como en todo el Perú, sino que su voz se ha vuelto también una marca registrada en la señal de RPP. El paso del tiempo, cruel para muchos otros, no ha dañado en lo más mínimo su calidad interpretativa. Su voz ha sido una presencia constante en la vida de millones de peruanos a lo largo de los años. Parafraseando un poco a la fenecida cantante Lucha Reyes nos viene a la mente una frase que resume su recorrido profesional a lo largo de los años y su presencia en el mundo cambiante de la radio: “su voz persiste”.

La voz radial del Perú

Por: Kelly Cárdenas

La Universidad Nacional Mayor de San Marcos (UNMSM) ha sido cuna de grandes personajes ilustres e influyentes del país, desde Hipólito Unanue hasta Mario Vargas Llosa.

Casi todos conocen a estos personajes, pero nadie se pone a pensar que ellos ocuparon un lugar en la universidad, facultad o aula, imagínate estar sentado en el mismo lugar donde se sentaba César Vallejo o estar en el mismo aula de Abraham Valdelomar. ¡Que increíble, verdad!

Hugo Efraín Viladegut Bush, periodista y locutor de una de las principales radios del Perú – Radio Programas de Perú (RPP), se encontraba en su alma mater, la UNMSM, dando una clase magistral a los estudiantes de Comunicación Social en la Facultad de Letras y Ciencias Humanas (FLCH).

A las 11:00 a.m. todos los estudiantes se encontraban súper entusiasmados por la clase dictaría, la subdelegada se encontraba nerviosa porque no sabía qué palabras decir para entregarle el obsequio y el delegado corrió hasta el quiosco a comprar un par de botellas de agua pues aquella voz tan valiosa que levanta a todos los peruanos se gastaría con un grupo de estudiantes de 4to. ciclo.

El reloj daba las 11:15 a.m. y se murmuraba en el salón su llegada, ingresó al aula un hombre alto, de contextura gruesa, y cabello claro que vestía un terno azul con una camisa blanca y llevaba unos anteojos que lo hacían lucir intelectual. Supuse que sería él, la profesora Oyarce había hablado, la semana anterior, del hombre que se encontraba detrás de la radio.

No llegó solo, llegó con una hermosa dama quien era su esposa. Ella se sentó en uno de los primeros asientos, al lado de la pared.

Hugo Viladegut Bush inició su clase diciendo que quería captar al máximo la atención de los estudiantes y que trataría de traspasar todo lo que ha ido aprendiendo a lo largo de su carrera de locutor y periodista. Al decir estas palabras, ya había captado la atención de todos con su voz grave y aquella entonación que lo caracteriza.

Su introducción, quedó en la memoria de todos los estudiantes, contó que en el año 1992 el diario “La República” hizo una transformación, quitaron  todas las máquinas de escribir y en su lugar colocaron las computadoras. Con este hecho, todos los periodistas fácilmente se asustaron, el 90% de los periodistas salieron de sus puestos de trabajos porque no quisieron coger las computadoras.

Este pequeño anécdota tuvo una gran reflexión detrás, él mencionó las siguientes palabras “El cambio es la constante de este siglo, no hay posibilidades de poder quedarse. El que se queda en el camino, solo el hecho de que se quede inmóvil, está perdiendo. El tiempo está pasando, nos estamos poniendo más maduros o nos estamos volviendo más viejos.” Cada vez que  quería enfatizar algo, levantaba aquella voz grave, como en la frase anterior.

Posteriormente mostró y explicó uno proposición que hizo en el 2007 en la Universidad de Quito y en la CIESPAL, que fue modificándose y perfeccionándose hasta la actualidad. Ese fue el tema central, que llevó como título “El lenguaje radiofónico en las radios online».

Casi para culminar mencionó que la radio hace una labor de orientación y educación, y respondió con una sonrisa algunas inquietudes de los estudiantes. Una de las preguntas tuvo como respuesta las siguientes palabras de Hugo: “En la radio no se admiten tardanzas, no se admiten faltas, no se admiten enfermedades, como les decía la radio es la amante perfecta porque esclaviza y estás ahí, no puedes moverte. La radio es fregada como las amantes”.

Tras un  “muchas gracias” de su gran amiga, la profesora Oyarce, los estudiantes aplaudieron la visita de Hugo Viladegut Bush a su centro de estudios. Finalmente aquella clase magistral terminó con una fotografía que inmortalizó el momento para el recuerdo de todos los presentes.

Hugo Viladegut Bush es dueño de una gran voz que lo caracterizará en cualquier lugar. Ama lo que hace. Mi recomendación es que si algún día te enseña, da una conferencia o una clase magistral, ten por seguro que tratara de pasar todos los conocimientos adquiridos que tenga, no faltes o llegues tardes porque realmente te perderás minutos muy valiosos, que solo la voz de la experiencia puede hablar.

Una voz de otro planeta

Por: Sergio Bustamante Abad

La voz de RPP, Hugo Viladegut brindó una charla en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, donde explica la evolución de la radio y la transformación de texto a voz, llamada “El lenguaje radiofónico en las radios online”. 

Comienza el día y una voz reconocida suena por los aires de la Facultad de Letras y Ciencias Humanas. Hugo Viladegut llegó con su esposa, el tipo no es muy conocido por su apariencia física, en el momento en el que entró al salón era imposible no mirarlo, media al menos 1.84m, era muy grande y su rostro era colorado como si viviera sonrojado. Estaba listo a para exponer a los alumnos de la Base 18 de Comunicación Social.

La explicación comenzó con la evolución de la radio. “El periodista que no se adapta a los cambios, muere” dijo el ponente con una voz formidable. El cambio de la radio a la radio 2.0 y luego a la radio 3.0 ha significado la pérdida de casi 90% de los periodistas de RPP, . Esto debido a que no pudieron adaptarse en cada cambio, pasar de la máquina de escribir a la computadora, y de la computadora al internet a pesar de eso ya había dicho que trabajar en la radio no es sencillo y la profesora Oyarce confirmó la experiencia. 12 horas de trabajo duro y constante, no es admisible las tardanzas y uno crece porque crece o está fuera. Viladegut no se quedó atrás, soportó los cambios y mantuvo la elegancia de su voz y con esa misma elegancia explicó por qué la mantuvo: “el insumo de la radio es la palabra” y con cada palabra que pronunciaba desde la boca del estómago se escuchaba asombrada a varios alumnos de la clase. “¡Qué tal voz!”. Continuó con su explicación y la profundidad de su voz hacía resonar su garganta. Para mejorar su explicación lo ejemplifica con una frase como: “Coca cola, destapa tu felicidad” y los graves llenaron el aula y resonaron por las paredes dejando una sensación de satisfacción auditiva.

La charla continuó con “la temperatura de los medios” según Marshall Mcluhan: “La radio es un medio caliente a diferencia de la televisión que es un medio frío”, añadió. Fue resolviendo las dudas una a una conforme avanzaba en las diapositivas, no hubo problemas en entender lo que intentaba explicar. Sin embargo, tenía una mirada tan pequeña que era difícil distinguir a dónde se dirigía esa mirada, como si no sintieras que observa a los alumnos. 

Algo interesante que dijo fue que él en la radio leía con constantes puntos seguidos, las pausas son sumamente importantes para una dicción precisa. No más de 20 palabras por frase para que el mensaje se entienda perfectamente en la mente de los oyentes. Además habló de la diferencia de guión y libreto: “el guión solo guía tu idea y el libreto se narra tal cual está escrito”. algo que para muchos fue novedoso. 

Acabada la exposición, continúa la ronda de preguntas y algunos entusiastas preguntaron inmediatamente. El ponente respondió con la claridad que amerita, no quedaron dudas después de ello y si quedaron algunas, no se atrevieron a preguntarle.

La clase magistral fue todo un éxito, los alumnos quedaron encantados, no solo por la encantadora voz, sino por sus conocimientos. La alumna Valeria Flores fue a entregarle un presente como recuerdo de ese momento. Compartir su experiencia en la radio sirvió como modelo para muchos alumnos que van para la especialidad de periodismo, ahora entienden que les espera un mundo de trabajo apasionado y a la vez duro. Antes de irse, Hugo Viladegut se ofreció a tomarse una foto con los estudiantes, una imagen que quedará marcada para la memoria. Además, prometió regresar a dictar otra charla, una cita que está pendiente. 

Una voz, un recuerdo al cerrar los ojos

Por: Carlos Bonifacio

 La sensación que se genera al cerrar los ojos y poder tener un recuerdo de infancia es satisfactorio, Hugo Viladegut Bush, el dueño de la voz  radial que siempre nos acompañó, compartió sus conocimientos en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos con los alumnos de Comunicación Social, ¿qué dijo?, ¿cuál fue la reacción de los estudiantes?

Fotografia: Carlos Bonifacio

El tema presentado fue «El lenguaje radiofónico en las radios Online», Hugo nos presentaba su exposición como si fuese un relato y daban ganas de seguir escuchándolo, al cerrar los ojos se podía tener recuerdos de las veces que uno escuchaba la radio en familia a lo que Hugo llamaba tribalización (reunión en familia frente a la radio).

Talvez en ese entonces la televisión no fue lo que es ahora y sí se podía pasar tiempo con los nuestros. Tras escuchar la exposición pude escuchar algo interesante y cierto para mí. «El periodista debe mutar o morir», una frase con mucho sentido pues tras la llegada del televisor, y los periódicos se daba por hecho que la radio tendería a desaparecer y no fue así, está se fue adaptando a los cambios y se supo mantener a flote, con características más informativas, más amenas y menos radio novelescas. Y es lo que el periodista debe hacer. 

Todos en el aula escuchaban su voz particular, redactando, observando, sorprendiendose de sus palabras. Se podía percibir una ambiente con “épocas” distintas, por un lado compañeros redactando a mano alzada sobre el papel y por el otro la tecnología hacía su aparición, celulares y laptops ahora formaban parte de nuestra memoria a largo plazo. 

Todos, solo, escuchaban al gran icono de la radio, tal vez maravillados por lo que decía no se generó un feedback hasta que…la profesora Jacqueline Oyarce intervino para defender a la universidad, pues se había mencionado que si bien el campus no era hermoso, como las universidades privadas, lo más resaltante son sus conocimientos. Comentario que la docente, tal cual madre que defiende a su hijo, no dejaría pasar por alto, se dio un pequeño “debate” de aquel punto de vista.

Sin duda algo gracioso para los alumnos que no escatimaron en guardar sus sonrisas.

Poder presenciar a un icono de los muchos que pasaron por nuestra Alma Mater fue un espectáculo, donde se pudo aprender, recordar y soñar. Jamás olvidaré lo dicho por Hugo: la radio debe “embrujar al oyente”. Una frase curiosa ya que el pudo “embrujar” a su público con esa voz tan particular. 

Antes de la despedida era imposible no dejar un retrato para el recuerdo, alumnos sentados frente a la pizarra posando para la foto, sonrientes y fue así como terminó la espectacular «narración» de Hugo Viladegut, con un hermoso recuerdo grabado en una fotografía. 

Una Voz de Radio Fuera de la Radio

Por: Ivan Alcántara

Una sencillez al caminar, un aspecto muy jovial, una mirada que irradia confianza y una voz muy peculiar son algunas de las características que deja en su actuar diario Hugo Viladegut, voz oficial de RPP, quien tuvo la amabilidad de presentar una charla para los alumnos de la UNMSM, he aquí un poco de aquella mañana del 29 de octubre.

Siendo las 11 de la mañana, ingresó a una aula en el 2do piso de la Facultad de Letras y CCHH en la universidad que, en algún momento de su vida, fue su alma máter. En el aula se encontraban alumnos que esperaban el momento en el cual podrían conocer a aquella persona que solo podían escuchar a través de la radio, pero que en esta oportunidad podrían tener frente a frente. 

Hugo entró al salón, y comenzó a hablar de manera tan relajada y tan tranquila que el salón, en su mayoría, escuchaba y observaba con atención y detenimiento cada uno de los gestos y gesticulaciones que el señor Viladegut realizaba. Luego de una breve y amena presentación del tema, Hugo Viladegut comenzó su charla acerca de el lenguaje radiofónico en la radio on line. 

Mostraba un amplio conocimiento y desenvolvimiento del tema, que a su vez reforzaba con las experiencias y las anécdotas que, junto con la profesora Jacqueline Oyarce, había obtenido en toda su experiencia como locutor y narrador de noticias de RPP. Junto con esto, aprovechó una de las herramientas que esta profesión le había otorgado como un don: su voz. Con esa voz pudo captar toda la atención de los estudiantes; a su vez, la usó como ayuda para poder hacer más didáctica la charla con los ejemplos que había llevado para exponer a los alumnos. Frases cortas, Frases largas, notas informativas, narraciones breves de cuentos, todo el tema preparado a exponer fue encapsulado junto con su voz para poder tener una exposición amena junto con los estudiantes.

Quizá esto fue lo que le hizo sentirse más cómodo frente a su público, el poder usar su recurso sonoro vocal como apoyo en beneficio tanto de él como para los estudiantes. Terminada la charla invitó a una ronda de preguntas mientras los estudiantes llenaban una encuesta acerca de la radio que él había llevado. En este momento llegó una pregunta muy controversial acerca si la radio era similar al podcast, a la cual Hugo respondió con todo su experiencia que igualar el podcast al nivel de radio sería una completa equivocación por ciertas formas o criterios que solo se pueden encontrar en la radio mas no en el podcast. Junto con esto, él escuchaba atentamente y con una expresión de confianza en su rostro todos los comentarios acerca de él y de su labor periodística narrativa, la cual era reconocida por este grupo de estudiantes.

Finalizada la charla el personaje invitado recibió un presente por parte de los alumnos en agradecimiento a la charla otorgada en la UNMSM, su expresión de felicidad se dejaba notar en su rostro. Junto con esto accedió a tomarse una foto grupal con todos los estudiantes presentes en esta charla, así como también un apretón de manos o una foto individual con algunos de los estudiantes que lo querían realizar, a nadie le dijo que no. 

Y así terminó su día o su mañana dentro de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos; a manera personal, fue muy gratificante conocer a una persona que por muchos años solo la había escuchado por radio, pero sobre todo, fue muy gratificante saber que a pesar de la fama o la buena vida que con su éxito logró no dejó de ser en todo momento una persona muy sencilla, humilde y carismática.

La radio nos cuenta su historia: Una voz conocida se hace presente

Por: Alvaro Horna

Hugo Viladegut dando la charla (Foto: Alvaro Horna)

Para asombro de muchos sanmarquinos, la voz sello de RPP, Hugo Viladegut Bush, se presentó en el salón 17B, a brindar una charla a los estudiantes de Comunicación Social de la UNMSM. 

En el transcurso de su discurso, se notaba que Viladegut  sentía el ambiente serio en el salón, pero siguió hablando y los estudiantes seguían escuchando en silencio. Posteriormente nos contó con su experiencia y la de la profesora Oyarce con el  gran Luis Alberto Sánchez (escritor, periodista, rector, boxeador, historiador, etc). Los rostros de Viladegut y Oyarce dibujaban una sonrisa de nostalgia.

Mientras se encendía el proyector, Viladegut nos mencionaba que el archivo PPT que iba a mostrar lo propuso en Quito en una convención internacional. Con emoción en su voz, Hugo nos contaba que va atrás de una radio, para qué servía y sirve aún, además que a pesar del avance tecnológico, la radio se adaptará y no perecerá.

La primera parte de la exposición de Viladegut trataba del lenguaje, el cómo seducir a los oyentes con las palabras, que el lenguaje se dividía en lenguaje caliente y lenguaje frío, además que cada medio de comunicación tiene uno de estos lenguajes que más resalta, en el caso de la radio, el caliente. No faltaron los estudiantes tardones, los cuales entraron con las caras rojas de vergüenza.

Por más buenas vibras que Viladegut mostraba, la clase seguía seria y silenciosa, por lo que él le hizo una pregunta al estudiante Sergio: “¿Qué universidad se acerca más a la verdad? . La respuesta fue predecible, pues era claro que sería “San Marcos”, a lo que Viladegut nos explicó el porqué de esto, el beneficio de estudiar en esa universidad, y la belleza que ésta irradia. Entre broma y broma con la profesora Oyarce respecto a la universidad, fue así como el ambiente del salón se volvió más tranquilo y jovial.

Siguiendo con su exposición, la segunda parte se trataba de cómo funcionaba un programa de radio y cómo era ser locutor. Hugo Viladegut, con sus 20 años de experiencia en RPP, nos explicó  cómo se debe hacer un programa de radio: ser breve en las palabras que se usa, ser precisos respecto al tiempo, las formas en que se puede hacer radio (desde un monólogo hasta radio-teatro). En los ejemplos, hacía gala de su gran voz para decir frases de comerciales, haciendo que gran parte de los estudiantes se emocionaran al oírlo.

Culminado su exposición con las PPT, agradeció la atención, sin antes oír las preguntas del público, como la del compañero Rafael, mencionando que no se apega a su voz pero le gusta que haya conquistado los corazones de muchos oyentes. 

Antes de que se retirara, la delegada del curso se levantó y en representación de la clase, le dio un regalo y luego la foto grupal. Luego los estudiantes pasaron a retirarse aunque se quedó alguno que otro, para pedirle a Viladegut una foto. Mostrando mucha empatía con todos los jóvenes, con mucho gusto pasó a tomarse foto con cada uno que se lo pedía, siempre tratando de hacer el saludo de manos juvenil.

Basta hablar con este personaje para ver lo profesional que es (sus años de experiencias lo demuestran) pero sin dejar de lado lo alegre, tranquilo y amistoso por lo que todo los estudiantes esperan una próxima visita.

[CLUB DE JÓVENES CRÍTICOS] El espíritu creativo en niños: construyendo historias

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Ellos no conocen de comienzos y finales, si ven colores y papeles, simplemente los agarran y comienzan a pintar. La sesión no había iniciado, pero los niños ya estaban sentados en esa alfombra roja (donde estarían casi toda la mañana), dibujando, acompañados de una animadora cultural que gustosa los ayudaba y guiaba.

Trabajar con un conjunto de niños de un determinado lugar muchas veces no ha resultado tan sencillo, pero para lograr lo que se quiere, se necesita de mucha iniciativa, dedicación constante y, sobretodo, tiempo. El programa Juegos Escénicos – Vecinos GTN a cargo de Clara Rodríguez, coordinadora del Enfoque de Comunidad del Área de Públicos del Gran Teatro Nacional, tiene como objetivo construir una comunidad a través de diferentes juegos escénicos entre los niños del lugar de San Juan Masías en San Borja (Lima, Perú). El taller se lleva a cabo desde mayo de este año.

INICIO DE LA SESIÓN

Formando un círculo y tomándose de las manos, todos los niños (algunos más pequeños que otros) y los cuatro animadores culturales dan inicio a esta última sesión del taller. La idea es crear una historia con los personajes que ellos mismos han construido en sesiones anteriores y representarla delante de todos. Primero, forman cuatro círculos pequeños, y mientras se ríen y juegan, los niños siguen la conversación que su animador les hace. Juntos crean un ambiente de confianza y alegría, de comodidad y entusiasmo por continuar con estos juegos escénicos donde logran divertirse.

Al observar esta escena, no tardé en recordar una idea que siempre creí con respecto a diferentes actividades artísticas y culturales: para que una persona fortalezca sus habilidades (ya sea de creatividad, imaginación y emociones), es necesario que desde pequeños desarrollen su capacidad creativa. Además, es importante que crezcan creando lazos entre ellos, que conozcan su entorno y se relacionen en espacios donde puedan compartir, esto para no ser ajenos a nuestra realidad.

¡A CREAR UNA HISTORIA!

A manera de ejemplo, los animadores realizan un pequeño divertido número escénico. Mientras ellos actúan y los niños miran con atención, escucho, a lo lejos, una voz entusiasmada que dice «ya quiero ver lo que los niños van a crear”. Estas palabras eran de Clara Rodríguez, coordinadora del programa, quien con una sonrisa registra los diferentes momentos del taller con la cámara de su celular.

Posteriormente, los animadores les entregan sus personajes a cada niño para que creen una historia. Entre risas y juegos, entre ensayo y error, los niños van construyendo y practicando su historia. El momento donde desarrollan su espíritu creativo ha llegado y cada uno lo hace de acuerdo a lo que siente y cree.

PRESENTACIÓN DE LOS NÚMEROS

La presentación escénica de cada grupo vino acompañada de voces y movimientos tímidos, de risas incontrolables entre los niños que se trataban de poner serios para continuar con el espectáculo. La alegría se contagiaba y era casi imposible no reírse con ellos. Salieron al frente casi todos vestidos con algo (máscaras, trajes), para darle más realismo a lo que iban a representar. Después de cada presentación se despedían como artistas, inclinándose ante al público y recibiendo aplausos.

Pero a estos juegos se le sumó otro número: la música. Un niño y una niña junto a sus guitarras, nos deleitaron tocando melodías que fluían al compás de sus dedos. De este modo, iba terminando el taller del día, con la presentación de cuatro escenas teatrales y tres números musicales.

NOS VEMOS LA PRÓXIMA AVENTURA

Tomados de la mano y formando un círculo grande, niños, padres, animadores culturales y todos los que formaron parte de este proyecto, se inclinaron tres veces y se agradecieron a ellos mismos (dándose aplausos) por todo este tiempo donde han compartido distintas experiencias y emociones. De esta manera, así como empezó la última sesión, así termina este programa, con la esperanza de haber cultivado en los niños ese interés por el arte y la cultura, y la ilusión de volver el próximo año para seguir construyendo.

Escrito por Emanuel Zapata Tejeda: emanuel.zapata@unmsm.edu.pe

Fotografía: Diana Ortiz Chuquin: diana.ortiz@unmsm.edu.pe

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[CLUB DE JÓVENES CRÍTICOS] ¡Vayamos al teatro!

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Seguramente hemos escuchado la frase “si la montaña no va a Mahoma, Mahoma va a la montaña”.

Se podría decir que algo muy similar se cumple en Juegos Escénicos – Programa Vecinos GTN. En esta actividad, Clara Rodríguez, coordinadora del Enfoque de Comunidad del Área de Públicos del Gran Teatro Nacional, y un grupo de animadores culturales van a la urbanización San Juan Masías de San Borja y llevan las artes escénicas (a través de funciones y talleres didácticos) a los vecinos del lugar, principalmente a los niños. De esta manera, los acercan al teatro sin que tengan que acudir a él: si ellos no van al teatro, el teatro va a ellos.

Alegría que contagia

La atmósfera agradable se sintió incluso antes del inicio del programa. Al parecer la música alegró al equipo de Clara Rodríguez. No faltaron risas y algunos pasitos de baile durante la preparación de los últimos detalles. Mientras tanto, los niños fueron los primeros en llegar.

Durante el desarrollo de las actividades, el buen ánimo se vio reflejado en la cercanía entre los animadores culturales y los espectadores. Clara y sus colaboradores tuvieron presente que la interacción continua y la amabilidad son muy importantes para formar al público. Por ello, el diálogo fue constante y se le prestó la mejor de las atenciones a cada acción realizada por parte de los participantes. Probablemente, esa fue la clave para hacer sentir a la audiencia “como en casa” y lograr que muestren lo mejor de sí sin temores.

Compartamos nuestras historias

Los animadores culturales escenificaron una historia. Con esta presentación, además de divertir a los niños, se les enseñó a ser parte de una audiencia, tal como en una obra teatral. Posteriormente, los roles se invirtieron: los más pequeños pasaron de público a protagonistas. Se formaron grupos para la representación de historias, las cuales fueron previamente creadas por los mismos niños. Cada uno vistió y usó algunos instrumentos propios de la caracterización que realizaban para volver esta actuación más real.

Así mismo, para dinamizar las presentaciones, se intercaló cada historia con un número musical. José Gabriel e Yma Súmac, hermanos que tocan la guitarra desde muy pequeños, mostraron su talento. No se desaprovechó esta oportunidad para reconocer el tiempo de preparación y el trabajo de cada artista. De esta forma, se les enseña a los niños -y también a los padres- que las artes escénicas no son tan extrañas y que las practican personas como tú y como yo.

Rompiendo barreras

Muchas veces se concibe la idea de que ciertos lugares, como el teatro, están hechos para una audiencia determinada. Aún existe una representación limitada del Perú que hace que los vínculos con nuestros propios centros sean escasos. En ese contexto, Juegos Escénicos es una forma de romper esa lejanía simbólica.

Este acercamiento en la canchita deportiva de San Juan Masías fue un primer paso para incentivar a quienes estuvimos presentes a adentrarnos en el mundo artístico y -seguramente- servirá de ejemplo para seguir creando comunidad con los distintos públicos de nuestro país. Finalmente, ese es el propósito de este tipo de actividades: se busca que las personas se sientan libres de visitar sus instituciones culturales, que encuentren en ellas espacios cómodos para desarrollarse y que las perciban como cercanas a su realidad.

Por Diana Ortiz Chuquin: diana.ortiz@unmsm.edu.pe

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[CLUB DE JÓVENES CRÍTICOS] Wadaiko Sai: Tambores japoneses

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Wadaiko Sai es una compañía japonesa formada en el 2005 por Takayuki Kosai , su principal objetivo es la difusión y la práctica de los instrumentos tradicionales Japoneses.

Wadaiko Sai está conformado por jóvenes japoneses de entre 20 y 30 años, quienes ofrecen un espectáculo musical y corporal al tocar los diferentes instrumentos musicales.

El espectáculo

Todo comienza con el escenario en total oscuridad para luego revelar a los músicos que, desde un principio, tocan con gran energía y coordinación todos los instrumentos, demostrando la calidad del evento.

Para poder comprender mejor la música puesta en escena los artistas nos dan una pequeña presentación de los instrumentos vistos en la función y explican las particularidades de su uso.

El acto cultural cuenta con trece canciones divididas en dos partes. La segunda parte, que incluye seis canciones, genera interacción con el público asistente.

Energia y destreza

Al ser un evento cultural extranjero, su entendimiento se hace un poco complicado. Las tradiciones que alli se cuentan son completamente diferentes a las nuestras, pero eso no es problema ya que los artistas se encargan de guiarnos en el camino del disfrute de su música, con su energía y destreza, no solo rítmica, sino también física, que aplican a la hora de tocar los diferentes instrumentos.

Los instrumentos utilizados, en especial la flauta, se nos hacen familiares. Nos hace recordar a la quena, instrumento ancestral del Perú. Esto se evidencia más cuando el artista toca brevemente el Cóndor Pasa, haciendo levantar una ola de aplausos del público que se siente sumamente identificado.

Wadaiko Sai es un espectáculo imperdible, recomendado no solo para las personas amantes de la cultura Japonesa, sino para todos aquellos que quieran disfrutar de un espectáculo musical y corporal diferente. Además aprenderán de primera mano la cultura musical ancestral japonesa acompañada de sus trajes llenos de color y tradición. 

Por Cristhian Flores Rosales: christian.flores5@unmsm.edu.pe

Fotografía de Ronald Cueva Pariona: ronald.cueva1@unmsm.edu.pe

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[CLUB DE JÓVENES CRÍTICOS] Cuando se tiene la razón, mas no el poder

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El hombre más fuerte es el que está más solo.
Un enemigo del pueblo – Henrik Ibsen

Estamos rodeados de dilemas éticos en cada momento de nuestra vida. Muchas veces priorizamos los intereses de pocos frente al bienestar de un colectivo. ¿Hasta qué punto uno transgrede sus principios y valores por tener algo más de dinero? ¿Será que el goce de una minoría es la miseria de muchos?

Es así como Enemigo del Pueblo, adaptación de la obra de Henrik Ibsen, llega a encender las tablas del Gran Teatro Nacional bajo la dirección de David Gaitán y un reparto de actores de primera de la Compañía Nacional de Teatro de México que nos incitará a la reflexión sobre la ética excluyente. Término poco utilizado, pero que vemos reflejado en nuestro día a día.

La historia

Esta no es la típica historia en la que el personaje principal tiene el perfil de héroe; por el contrario, el Doctor Stockmann es una persona prepotente, machista y maleducada. Pese a ello, es un hombre respetable por el pueblo. Es quien ha descubierto un problema que terminará con la felicidad de muchos.

La inauguración de un Balneario, mejora la situación económica de este pueblito gobernado por el hermano del Dr. Stockmann, un hombre que -según apariencias- luce amable, atento y comprometido con su pueblo. Hasta el momento, la gente lo admira y está agradecida con este personaje, pues ha traído la prosperidad al lugar.

Sin embargo, la trama se desencadena cuando el Dr. Stockmann decide mostrar en público un estudio realizado por la Universidad en el cual demuestran que las aguas del Balneario, fuente de prosperidad, están contaminadas y esto traería consecuencias a largo plazo. 

En el pueblo el único medio de comunicación es el periódico “La Voz del Pueblo” perteneciente al sector privado, el cual realiza publicación de noticias según el mejor postor. Es así como la gente del pueblo se informa a través de este único medio. ¿Pero, cómo los ciudadanos pueden contrastar si la información publicada es verdadera? ¿Hay más medios de comunicación? Pues, no. Y eso es un punto a favor de “La Voz del Pueblo”, le otorga credibilidad absoluta en sus publicaciones.

Esta es la encrucijada en la que se encuentra el Dr. Stockman, ya que el Alcalde ha convencido al dueño del diario local de no mostrar los estudios sobre las aguas tóxicas del balneario.

El escenario

Un escenario que- si bien se resume en un par de escenografías- transmite mucho. Este tiene como fondo el mapa de México en donde la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM)  se encuentra ubicada en el centro.

En la trama se trata de desprestigiar el estudio de la Universidad respecto a la toxicidad del balneario. Sin embargo, el Dr. Stockman defiende la importancia de esta, lo cual le da un lugar respetable a la casa de estudios y a la investigación científica.

La segunda escenografía es el local de «La Voz del Pueblo», el medio de comunicación puesto en la mira de los espectadores. Aquí se observa la censura y corrupción donde el Alcalde y Aslaksen concuerda en que esos estudios no deben ser publicados.

Los involucrados

La puesta en escena muestra al personaje principal como un antihéroe, versión contraria a la obra original de Ibsen.

Por otro lado, el personaje de la Señora Stockman, muestra el papel de una mujer sumisa que aguanta los atropellos de su esposo. Lo cual invita a la reflexión del rol que tiene la mujer en la actualidad. ¿Aún existen este tipo de situaciones? De ser así, ¿por qué?

Muy distinto es el personaje de Petra Stockman, mujer de pensamiento liberal, leída y muy fiel a sus principios. Lo cual representa el paso de la mujer sumisa a una mujer libre.

Aslaksen, director de «La Voz del Pueblo», muestra un papel interesante respecto a la manipulación de medios. Además, te hace cuestionar lo que consumimos y si es verídico lo que nos muestran en las noticias del día a día. Algo muy peculiar de la obra, es que en una parte el Dr. Stockman llama censor  a Aslaksen por su negativa de publicar los estudios sobre el Balneario. Esto conlleva a cuestionar la transparencia de este medio, por lo cual, el Dr. Stockman dice una frase muy potente: “No puede llamarse «La Voz del Pueblo» y no hacerle caso al Pueblo”.

Burbujear lo reprochable

Para volver más dinámica la puesta en escena se hizo uso de pistolas que disparan burbujas. La indicación fue disparar cuando se evidencie alguna acción reprochable del Dr. Stockman, según el criterio del público.

A poco de terminar la obra, el Dr. Stockman hace mención sobre las pistolas que fueron utilizadas para sentenciar sus acciones y enfatiza el poco criterio que tienen las personas para seguir instrucciones y dejarse manipular. Esto dejó un silencio único en el Gran Teatro Nacional. Y si nos ponemos a pensar, es así. ¿Cuántas veces hemos contrastado información sobre las noticias que circulan en los medios? ¿Cuántas veces hemos dicho lo que pensamos frente a la presión social? Un monólogo que desencadena muchas interrogantes.

Ciudadanos con poder

Al igual que los personajes de la obra, somos ciudadanos, pero ¿realmente hacemos respetar nuestros derechos? Una puesta en escena que pone en tela de juicio conceptos como la verdad y si la democracia  es el sistema correcto para prevalecer en el mundo.

¿Debemos callar cuando tenemos la certeza que algo está mal? ¿Lo que hace una mayoría es lo realmente correcto? En esta sociedad, el señalamiento y sentencia a muerte de personas que defienden ideales, denuncian corrupción o  destapan irregularidades es frecuente.

«Enemigo del pueblo», obra de teatro que invita mucho a la crítica en todo momento, pero no es todo. Una vez más el arte del teatro se utiliza como una herramienta educativa en donde nos da la plena libertad de aprender y descubrir el camino hacia el conocimiento de uno mismo y del mundo.

Por Valeria Alexandra Mantilla Carranza: valeria.mantilla@unmsm.edu.pe

Fotografía: Cortesía del Gran Teatro Nacional

Edición de fotografía: Valeria Alexandra Mantilla Carranza

Obra de Henrik Ibsen

Adaptación y dirección: David Gaitán

Escenografía e iluminación: Alejandro Luna

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[CLUB DE JÓVENES CRÍTICOS] Juegos Escénicos: ¡Hagamos historias!

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Juegos Escénicos – Programa Vecinos GTN es un espacio en el que los más chicos crean sus propias historias para contárselas a los más grandes. La actividad está a cargo de Clara Rodríguez, coordinadora del Enfoque de Comunidad del Área de Públicos del GTN, incentiva a los niños y niñas a desarrollar su imaginación y transportarnos a un universo distinto. Tan cerca y tan lejos: Gran Teatro Nacional .

La comunidad San Juan Masías de San Borja, en Lima, Perú, es la escogida para realizar esta actividad. A pesar de la cercanía al GTN y al Ministerio de Cultura, las familias del vecindario se encuentran desconectadas de sus instituciones culturales. Esta fue una de las razones para abordar el programa y convertir a los niños en los protagonistas del espectáculo.

Con ayuda de los cuatro animadores, los pequeños dibujan, interpretan y narran su propia historia. De esta manera, los padres se convierten en el público expectante, el cual se adentra en las ideas de sus hijos. El objetivo es entablar lazos en la familia con el arte del teatro y la interpretación.

Érase una vez…

Sobre las tres hileras de alfombras rojas en medio de la cancha de fútbol, nacen las historias de tres princesas acechadas por fantasmas, superhéroes con el poder de lanzar mayonesa a sus enemigos, el robot espacial Proto Excel y sus ninjas guardaespaldas. Al finalizar cada presentación, Diego, uno de los animadores, guía al elenco actoral  a dar una reverencia al público; mientras los familiares gozosos aplauden con fervorosidad.

Mariano, uno de los miembros más entusiastas, se pasea jugando por todo el escenario sin interpretar personaje alguno, tan solo divirtiéndose en compañía de sus familiares y, al mismo tiempo, enterneciendo al público con sus ocurrencias. A Micaela, por otro lado, le cuesta desprenderse del brazo de su mamá para ir a preparar su actuación. Cada niño y niña presenta una personalidad distinta y contrapuesta. Sin embargo, éstas se complementan a medida que avanza la actividad. 

Intermedios Musicales

José Gabriel de 11 años e Yma Súmac de 13, ambos portando sus guitarras, son los encargados de traer la música al evento. El primero nos deleita con un vivacho, el cual lleva practicando desde los 6 años. La segunda presentación une nacionalidades con un vals venezolano, el cual Yma Súmac, nombre que rinde homenaje a la soprano peruana, practica desde los 8.

Al finalizar, ambos talentos se unen para interpretar una milonga en un dúo de guitarras. Un cierre sincronizado es el que da fin a esta actividad. Sin embargo, se espera que este evento tan solo sea el primer paso para despertar el interés hacia la cultura por parte de los más pequeños.

Por Marcia Urquizo Balboa: marcia.urquizo@unmsm.edu.pe

Fotografía de Diana Ortiz Chuquin: diana.ortiz@unmsm.edu.pe

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[CLUB DE JÓVENES CRÍTICOS] El enemigo del pueblo en el siglo XXI

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Así es Luis Stockmann: un hombre arrogante, desagradable, peyorativo, soberbio e  imponente.

Altura promedio, de ojos pequeños y mirada penetrante, cabello negro con chispas de nieve y una voz fuerte y enérgica.

Es médico de profesión y trabaja para el Estado atendiendo los males del pueblo. Goza de un gran respeto por todos. Un héroe para algunos y un villano para otros.

Tiene un hermano, pequeño, de nombre Pedro Stockman quien es un hombre orgulloso, galante a su conveniencia, precavido y gran orador.

De altura similar, delgado, con frondosa barba  y bigote negro, muy del siglo XIX, que cubre sus engañosas palabras. Es el alcalde del pueblo y disfruta de un gran respeto y poder entre los ciudadanos y la prensa local.

Los hermanos Stockmann están unidos por vínculos de sangre, pero separados por sus ideales; amados por el pueblo, pero odiados entre sí.

Llegaron al Perú y los conocimos el 9 de noviembre en el Gran Teatro Nacional en la obra Enemigo del pueblo, versión de Un enemigo del pueblo de Henrik Ibsen publicada en 1882. Después de más de un siglo -137 años para ser exactos- esta obra vuelve a ser puesta en escena por la Compañía Nacional de Teatro de México, con la versión y dirección del dramaturgo David Gaitan.

Una pequeña sorpresa

Desde el primero hasta el cuarto piso se esperaba la “tercera llamada”, pero esta nunca llegó. En algunas butacas se encontraba una pequeña pistola de burbujas con una tarjeta a su costado que te indicaba como usarla correctamente. Este pequeño objeto no estaba ahí por casualidad y pronto descubrimos su importancia en la historia.

Sin necesidad de abrirse el telón, el doctor caminó hacia el centro del escenario y se sentó, con mucha calma,  y esperó a que terminara las indicaciones de la voz en off.

—Presione la pistola cada vez que desapruebe una conducta del doctor Stockman —se escuchó desde el altoparlante—

La voz en off se silenció y el público acariciaba sus pistolas de burbujas. Ellos eran conscientes del poder que se les había otorgado, pero solo unas cuantas butacas del primer piso, escogidas al azar, gozaban de este privilegio.

Doctor Stockmann

El doctor Stockmann hace una broma pesada al cartero y las burbujas salen disparadas por doquier, dice palabras vulgares y algunas burbujas hacen un llamado de atención, maltrata verbalmente a su esposa, la señora Amanda Stockmann, y la sala comienza a burbujear de manera contundente.

Luis Stockmann tiene un público difícil. Un público que ve cómo los casos de corrupción golpean fuertemente su amada bicolor, un público que ve semanalmente en los noticieros situaciones de maltrato hacia la mujer que, en muchos casos, se convierten en feminicidio. Este público está harto de las injusticias, cansado de la violencia y si la obra le permite expresar su rechazo y frenar, aunque sea simbólicamente, actitudes que consideran inadecuadas entonces no les temblará la mano para presionar el gatillo de la pistola de burbujas. No tolerarán insultos, bromas pesadas, agresiones,  ni -mucho menos- el maltrato a la mujer.

El doctor Stockmann  nos observa y ríe, con esa risa chirriosa, con esa risa sarcástica que lo caracteriza. Nos mira, nuevamente, y sonríe para sí. Sabe que había encontrado  al público perfecto para esta obra llena de imperfecciones.

Burbujas por aquí y por allá, el público cumple su rol de justiciero a la perfección. Luis Stockmann mira de reojo y continúa con la función.

El doctor no solo tiene un hermano y una esposa, también tiene una hija llamada Petra, quién está en coqueteos con Hovstad, colaborador del periódico “La Voz del Pueblo”. Este último trabaja para Aslaksen, propietario y editor del periódico.

La voz del pueblo

“La Voz del Pueblo” hace  recordar al periódico francés “L’Ami du peuple” o, traducido al español, “El Amigo del Pueblo”.  Más allá de la semejanza del nombre, ambos son el único diario de su pueblo y gozan de una credibilidad absoluta. Quién ose a contradecirlos tendrá que abstenerse a las consecuencias.

El periódico del pueblo se ve envuelto en un dilema ético y moral al momento que el doctor Stockmann descubre la toxicidad de las aguas del balneario, espacio que congrega a muchos turistas y es la principal fuente de ingresos económicos del pueblo. 

Cuando Aslaksen se entera del problema del balneario inmediatamente muestra predisposición para hacerlo público a través del único medio de comunicación del lugar, pues “el pueblo tiene derecho a saberlo”. Pero el alcalde, con sus dotes alanisticos de orador, convence al dueño del periódico para que lo descubierto por su hermano no se publique.

—Esta máquina está muy vieja -dice el alcalde-

—Así es —manifiesta Aslaksen y añade— no tenemos dinero para comprar otra.

—De eso no se preocupe, señor, esa máquina tiene que ser repuesta cuanto antes. Yo me haré cargo, pero no se olvide lo que le había comentado.

Junto a Hovstad piensan en la situación y deciden no publicarlo, ya que sin el balneario no habría turistas y sin turistas los ingresos económicos del pueblo bajarían enormemente al igual que las ventas del periódico.

El doctor Stockmann, avalado en estudios científicos, está decidido a hacer público su descubrimiento y aquella tarde comenzó a difundirlo entre los pacientes que acudían a su consultorio. Para mayor credibilidad les dijo que revisaran la edición de la mañana siguiente de “La Voz del Pueblo”, pero esta nunca se publicó.

El pueblo respetaba al doctor y lo dicho por él también. Por ello comenzó una confusión, pues el descubrimiento no apareció en el periódico y, por el contrario, desprestigió al doctor. Por otro lado, el alcalde contradecía a su hermano y decía que el balneario andaba de maravillas.

El enemigo del pueblo

En medio del desconcierto, el alcalde convoca a una asamblea entre él y su hermano e invita al pueblo a que esté presente. Como en todo debate siempre tiene que haber un moderador imparcial, el alcalde escogió a su buen amigo Aslaksen, quien tenía un “concepto extraño de imparcialidad”.

Apareció el doctor Stockman frente a las miradas del pueblo. Contaba con el apoyo de su hija, más no el de su esposa, ya que ella sabía que si esta noticia se hacía pública la economía de su familia se vería perjudicada. Amanda Stockmann sienta una postura y habla firmemente con su esposo delante del pueblo. Quiere que se retracte, pues el dinero de su familia se invirtió  en el balneario y si este se pierde entonces ellos también lo perderían todo, pero el doctor se niega rotundamente. “Vete al diablo” es lo último que dice Amanda y toma la decisión de irse.

Luis Stockmann se pone de pie y comienza a hablar, pero poco a poco el pueblo ya no le da la razón. Ahora ya no es un conflicto entre hermanos, ni entre el periódico y Luis Stockman, ahora es la voz del pueblo contra la voz del doctor, considerado y tildado como enemigo.

El doctor nos observaba directamente, observaba al público que lo desaprobó en múltiples ocasiones mientras sus ojos amarronados se llenaban de ira y su lengua filosa se preparaba para la masacre.

Entre argumentos e insultos el ambiente se vuelve tenso. Las ofensas que un inicio fueron desaprobados de una manera burbujeante, ahora están en duda. Las manos sujetan las pistolas, pero los dedos no se atreven a presionarla.

—¡Son ganado que trata al ganado como delincuentes! —exclamó el doctor—

Stockmann hizo una pausa y esta vez ya no se detuvo.

—Basta con soltar a las gallinas del corral para que comiencen a cacarear y pedir “comunidad”, “justicia”, “progreso”, como si fuesen el único puto animal de la granja”. 

El alcalde, el dueño del periódico y el ayudante dejaron su personaje y comenzaron a echar burbujas con diferentes aparatos. Amanda y Petra se sumaron también. El escenario comenzó a burbujear, más no la sala.

—Ustedes no deberían tener derecho a votar, ¡el voto debería ser privilegio de la clase ilustrada, la única intelectual! 

La frase genera el desconcierto de muchos y un movimiento de cabeza de arriba a abajo en otros.

—Por favor, mantenga la calma —se escucha desde el altoparlante—

Esto no tranquiliza al irritado Stockmann, al contrario, lo enfurece más.

—Mírense, muéranse…ahóguense en las aguas que les dan de comer, ¡se las regalo! —y añadió— ¡Soñaré con sus tumores infectados con microorganismos!

—El asunto será resuelto en breve —declara la voz en off—

—El hombre más poderoso del mundo es el que está solo

Las manos del público habían dejado las pistolas de burbujas y sus 5 sentidos se concentraban en el doctor.

—Aquí está su enemigo, pueblo —dijo Stockmann imitando la voz de un robot y añadió con euforia— ¡Disparen, celebren, hijos de puta! ¡Aquí está su enemigo!

El telón se cierra lentamente y Stockman queda detrás, aún se ve su silueta, pero pronto desaparece. Suena una melodía calmada y tranquila y el público, aún en shock, reacciona. La sala burbujea de palmas. “Bravo”, “excelente”, “magnífico”, así el público describe lo presenciado y homenajea a los actores cuando estos salen a despedirse. Algunos, aún desconcertados, no sabían qué hacer y en su rostro se notaba un sinfín de preguntas que, en el fondo, ellos mismos tenían la respuesta. Al final de la función, cuando casi todas las butacas ya estaban desocupadas, un joven en saco y corbata dijo “estas obras son lo que el Perú necesita”.

Por Ronald Cueva Pariona: ronald.cueva1@unmsm.edu.pe

Fotografía cortesía del Gran Teatro Nacional

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Lima, 21 de noviembre de 2019

El Club de Jóvenes Críticos es un programa que trabaja en conjunto el enfoque de Educación del Área de Públicos y @MediaLabUNMSM. Estudiantes de Comunicación Social se entrenan en la crítica de artes escénicas a partir de la investigación, observación de procesos creativos y entrevistas con artistas y elencos que se presentan en el @Gran Teatro Nacional.