Existen ocasiones en la vida donde tratar de describir ciertas situaciones resultan complicadas. No necesariamente por estar relacionadas a lo trágico sino más bien por las gratificantes emociones que se ven involucradas. Pues bien, ‘Vuelos: los sueños de Da Vinci’, producción de la compañía de danza contemporánea Aracaladanza, es de esas puestas en escena que genera un gran impacto de inicio a fin y reúne toda clase de emociones en un solo espacio.
En esta oportunidad, Enrique Cabrera-fundador y director de la compañía-nos muestra a través de esta entrevista a cargo del Club de Jóvenes Críticos, la magia que hay detrás de su propuesta que tiene como esencia el lado creativo de Leonardo Da Vinci.
Danza contemporánea
¿Cómo surge la idea de crear «Vuelos» y de tener a Leonardo Da Vinci como un personaje importante?
Enrique Cabrera: para empezar la compañía es de danza contemporánea y esto es importante para saber con qué lenguaje nos comunicamos con el público. Asimismo, es importante mencionar que la compañía se creó hace aproximadamente 25 años y las producciones están dirigidas exclusivamente a niños y niñas, con lo que cabe resaltar que ello no le quita la calidad creativa y escénica que una obra dirigida a público adulto posee. Acerca de ‘Vuelos’, a mí me gusta la plástica y – en especial – la pintura, pero sobretodo el movimiento. Cuando me inicié como coreógrafo, encontré una relación muy estrecha entre la pintura y el movimiento, por ejemplo, en el mundo han existido pintores que dibujaron y pintaron bailarinas, así como artistas plásticos que decoraron vestuarios de danza tales como Picasso, Dalí o Miró.
Esta producción es del 2015 y la idea surge porque a mí me agrada el personaje de Da Vinci en todos sus aspectos, más que por lo que habitualmente se le conoce. Él fue una persona del Renacimiento, creativo, animalista y que estaba en constante descubrimiento, sin olvidar que era un amante de la naturaleza.
Para mí, Leonardo era mucho más que eso. Todo ello se encuentra en ‘Vuelos’ y ,en especial, mostrar su mayor obsesión: hacer posible volar al hombre. Además, plasmamos ideas que él creó como el tratado de la cocina y las buenas formas de comportarse en la mesa, el trabajo que hizo con los espejos-como un elemento importante en su vida-y a los poliedros. Asimismo, todas las obras de la compañía no tienen dramaturgias narrativas. Más que contar una historia se busca sugerir al público a que reflexione. Una dramaturgia de los sueños. La gente no tiene que tener la necesidad de entender algo, lo importante es el momento que va a disfrutar.
La planificación
Podríamos decir que Da vinci estudió el vuelo todo su vida, a ustedes ¿cuánto tiempo le tomó crear y plasmar la idea una producción sobre su vida?
Enrique Cabrera: sin tomar en cuenta mi admiración por Da Vinci desde los 13 años, la idea siempre estuvo. Ahora que tengo 58 años, es habitual que yo ensaye con los bailarines cuatro meses antes de la presentación, de lunes a viernes. Previamente a ello, unos ocho meses antes tengo reuniones con los encargados del lado artístico. En todas las reuniones que tenemos, las ideas se van transformando.
Una obra de danza que no está creada es como un lienzo blanco, donde todo vale pero también es muy peligroso lo que se puede llegar a plasmar. Al principio empezamos jugando con objetos y pautas, eso sí, con un constante feedback para resolver cualquier inquietud. El segundo mes ensayamos con objetos que se pueden o van a ser utilizados. El tercer mes con la música que va a armar la obra y ,a su vez, cada coreografía. Para el último mes viene lo complicado, ya que no sé el orden de las escenas. Lo único que tengo bien claro es el inicio y el fin, ya que son momentos importantes en cualquier obra.
Mencionó que hay muchos implicados detrás de la producción ¿Cuántas personas son las que se encuentran involucradas en este proyecto?
Enrique Cabrera: Muchas. En escenario son cinco bailarines. Luego, están los chicos del equipo creativo. Sinceramente, hay bastantes personas involucradas que se me hace difícil recordar el número exacto por lo mismo que es una obra del 2015. Pero hay algo que siempre recalco, y es que nadie es más importante que otro, puesto que todos los que apoyan en la producción aportan de alguna manera. La gente detrás del escenario ayuda a tener una mejor producción.
El final
Mencionó que la obra se estrenó en el 2015 y hoy 500 años después de la muerte de Da Vinci sus obras han dejado un gran legado. ¿Cómo cree que aportan sus creaciones y creatividad al mundo?
Enrique Cabrera: De varias formas. En mi caso, creo realmente – aunque suene utópico – que el arte puede cambiar al mundo. Y es que el arte debería estar al alcance de todos, ya que puede hacernos felices. Asimismo, enseñarnos que el éxito es relativo y lo podemos encontrar en cualquier lado o momento de nuestra vida.
Entrevista realizada por el Club de Jóvenes Críticos
Edición: Jefferson Liñan Ponte. jeffersonlinan@unmsm.edu.pe
Lima, 2 de junio de 2019
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El Club de Jóvenes Críticos es un programa que trabaja en conjunto el enfoque de Educación del Área de Públicos y @MediaLabUNMSM. Estudiantes de Comunicación Social se entrenan en la crítica de artes escénicas a partir de la investigación, observación de procesos creativos y entrevistas con artistas y elencos que se presentan en el @Gran Teatro Nacional.