el arte puede cambiar al mundo. Y es que el arte debería estar al alcance de todos, ya que puede hacernos felices.
Volar no como el acto en sí mismo, sino como la representación de la libertad que nos dan los sueños, esa libertad que corre por nuestras venas y permite movernos, la libertad de la naturaleza, de formar parte de ella y de ser humanos.