miércoles, 5 febrero 2025
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El arte en los murales: Elliot Túpac

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La estética del cartel «chicha» y los colores andinos de Elliot Túpac. El artista peruano en una entrevista concedida a estudiantes de la UNMSM.

Créditos: Eric Carrasco, Leonardo Ancajima, Gustavo Osorio, Luis Condolo, Patricia Basurto, Kevin Benites

 

Cuando lo eterno se vuelve más eterno

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Como de rutina, Rita se levantó a la misma hora de siempre; se bañó, se cambió, desayunó y salió de su casa a la misma hora de todos los días. Ella siempre salía temprano, pues era precavida por si algún accidente pasaba o quién sabe, como misma ella dice: “tantas cosas que pueden pasar”. Sin embargo, no imaginó que ese día sería diferente… y que a partir de ese suceso su rutina diaria cambiaría.

La construcción de la Línea 2 del Metro de Lima inició sus obras un 20 de mayo en la Carretera Central a la altura del Óvalo de Santa Anita. Este proyecto planea conectar a Ate con el Callao y se estima que el tiempo de recorrido entre la estación inicial y la final será de 40 minutos, ahorrándose casi una hora y veinte minutos de viaje. Sin embargo, muchos de los vecinos de este distrito desconocían cuándo iba a ser el inicio de las obras. Es más, muchos ni siquiera sabían que Ate era parte del proyecto de la Línea 2 del Metro de Lima. Por ello, el día en el que todo inició, fue un completo cataclismo para varios.

Rita vive en la Urb. “Las Cascadas” en el sector conocido como “Ceres” en Ate-Vitarte y su centro laboral se encuentra en el centro de Lima. Ese día, tomó una moto hasta “Ceres” y luego caminó hasta “Tagore” para poder tomar un chosicano que la llevaría a su centro de trabajo. Escuchó a un cobrador vociferar: “¡todo Grau, 2 de Mayo, Alfonso Ugarte…!”. Subió al vehículo, le esperaba un viaje de aproximadamente una hora o, en el peor de los casos, hora y media hasta allá.

Todo parecía ir como de costumbre; sin embargo, cuando estaba por el nuevo “mercado productores de Santa Anita, Josfel” (a diez minutos del Óvalo de Santa Anita), Rita se encontró con un embotellamiento extraordinario. “A esta hora de la mañana no hay tanto tráfico”, pensó. Se convenció de que probablemente algún camión haya estado interrumpiendo el paso o simplemente fuera un ligero accidente. Por ello, optó por dormirse, después de todo había salido con la adecuada anticipación para este tipo de casos y además, aún le faltaba un largo trecho por recorrer.

La despertó un estruendoso sonido de cláxones que tocaban al unísono. Medio somnolienta, escuchó varias voces quejarse, renegar, y gritar. Desorientada miró a su alrededor. Quería saber dónde estaba, qué pasaba, qué hora era. Se dio cuenta que ni siquiera llegaba al óvalo de Santa Anita. Sacó su celular y vio que eran ya 7:30 de la mañana y tenía que estar en su trabajo a las 8. No lo podía creer, se había demorado casi una hora en un tramo que normalmente se hacía en quince minutos. La ansiedad comenzó a apoderarse de ella. “Están desviando los carros” se oyó de una voz por allí.

“El carro se dio un sin fin de vueltas. El chofer no sabía por dónde ir” nos dice Rita. Los ojos se le desorbitan ligeramente y luego agacha la cabeza y la mueve como si negara algo. Inhala profundamente, exhala y continúa. “La gente se bajaba del carro y caminaba. Se veía cómo corrían para llegar a su trabajo o centro de estudios. Yo no podía bajarme, porque igual era. No había pase. Fue horrible”.

Rita llegó a su centro de trabajo, aun con la esperanza de brindar explicaciones sobre lo que había acontecido para que así la dejaran entrar. No obstante, en vano fue todo intento por cumplir su propósito. Ya era demasiado tarde. Era un día perdido.

Frustrada y decepcionada, Rita tomó otro chosicano para regresar a casa en la Plaza 2 de Mayo, se sentó y se puso a cavilar. No entendía por qué hubo tanto tráfico. Era cierto que la Carretera Central era una bomba de tiempo y que de vez en cuando ocurrían incidentes o embotellamientos, sobre todo en el óvalo de Santa Anita, pero esta vez era distinto. ¿Por qué los carros se desviaban? ¿por qué no había pase para llegar al óvalo? ¿cómo era posible haberse demorado casi dos horas y media hasta llegar a su trabajo?

Rita se encontraba en el carro de regreso a su casa. Estaba sentada en uno de los asientos individuales de los “chosicanos” con la cabeza recostada en la ventana. Se sentía cansada a pesar de no haber laborado, quizás fue solamente frustración. Se encontraba por la Clínica San Juan de Dios, que está antes de llegar al puente Santa Anita, cuando una señorita con una cantidad considerable de volantes subió al carro, y con una voz potente, pero delicada a la vez, dio un anuncio que provocó más de un rechinar de dientes y suspiros.
“Señores, buenas tardes, el motivo de mi subida a este vehículo es para anunciarles que la carretera central estará cerrada por dos años debido la construcción de la Línea 2 del Metro de Lima…” Rita no llegó a escuchar el resto del discurso de la señorita con chaleco del ministerio de transporte, ya que en su cabeza quedó retumbando repetitivamente el “por 2 años”.

Créditos: Xenia Martínez

El poder divino de información

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Recibí un volante a la salida de misa con la esperanza de encontrar un mensaje distinto al sermón apocalíptico del Padre Juan Leopoldo. Pero fracasé.

“Pueblo Libre defiende su museo”, ¿qué?, “Atentado cultural contra Pueblo Libre”, ¿terrorismo?, “No permitamos que se lleven sus piezas a Pachacamac”, ¿cómo?, “de modo ilegal y soterrado“, ¿quién?, “el Ministerio de Cultura”, ¿Estado Islámico?, “Atentamente, el frente de defensa”, ¿Francia?

Al término de la lectura, las palabras en negrita cobraron el verdadero sentido que las colocó en el papel y que yo desconocía. Comprendí que se aproximaba una acción lesa cultura contra el patrimonio que se conserva en el Museo de Arqueología, Antropología e Historia del Perú, ubicado en la zona histórica de Pueblo Libre, desde los tiempos y esfuerzos de Julio César Tello. ¿Pero qué más?

Entonces, prometí prepararme a conciencia para que cuando llegara el día del juicio final-traslado de las piezas del museo- Dios me encuentre confesada. Mi primer paso se direccionó hacia las reuniones de convocatoria libre, que realizaba y realiza el Frente de defensa del museo todos los martes para dar más información sobre este problema a más vecinos, desinformados como yo, de Pueblo Libre.

*

Cuando entré a la Villa de los libertadores, una de las casonas más antiguas de Pueblo Libre, vi un trono grande y espléndido como en el último juicio. Después vi a los siete trompeteros que conformaban el Frente de Defensa, sentados alrededor de Daniel Azurín, el director y de su secretaria Aurea López Reyes. Al momento que sintieron mi presencia, todos dieron un giro brusco y saludaron al unísono. Les devolví el gesto con una sonrisa nerviosa y procuré sentarme rápido para no interrumpir la sesión.

―Le damos la bienvenida, ¿señorita…?

―Carolina. Buenas tardes a todos, mi nombre es Carolina Flores y quiero saber qué sucede con nuestro museo.

―Muy bien, nos alegra y sorprende que personas externas al frente también se interesen por el tema. Continuemos.

Los trompeteros no eran como los ángeles de las iglesias. Todo lo contrario, en su mayoría eran vecinos vitalicios de Pueblo Libre sin expresiones ambiguas y que, aparte de su función en el frente, desempeñaban profesiones que idealizaba mucho cuando era pequeña: un cineasta, un abogado, una antropóloga, un profesor, un doctor y una madre.

Cada uno tenía un turno para hablar, y se debía respetar el plazo, con temporizador en mano, para dar alcances u opiniones:

―El 10 de noviembre, se realizó una charla en el congreso. Lástima que solo fue informativa y no se pudo tomar ninguna decisión, manifestó Daniel. Puesta la idea en la mesa, todos hablaron en torno a ella.

El hecho que el tema haya sido discutido en el congreso, me alarmó al principio, pero no debía exteriorizarlo, ni menos pensarlo, debía escuchar.

―De los 13 congresistas miembros de la comisión de Cultura, 4 estuvieron presentes entre ellos: Kobashigawa y Marielena Lopez. También asistió Elias Závalos como congresista observador, acotó la secretaria que al igual que yo tenía un papel y lo apuntaba todo.

―Por parte del frente expusieron Hilda Vidal, la antropóloga; Feliz Tomás Farfan, el abogado y Daniel Azurín. Hay que felicitar a los tres ya que expusieron lo pertinente sobre el problema en cada una de sus especialidades y en el plazo de tiempo establecido, destacó el cineasta.

Aplausos.

―Sin embargo, es reprochable que los señores congresistas no muestren interés. La falta de quórum extiende el estado de ilegalidad con que procede el dichoso proyecto del Museo de la Nación (MUNA) Querer actuar bajo una norma de menor grado…

El cineasta interrumpió al doctor, que con frecuencia dejaba que su emotividad desplace soluciones por intervenciones destructivas y reiterativas.

―Bueno, es cierto, no se llegó a ningún acuerdo pero ya es del conocimiento de varios congresistas. En todo caso, podemos continuar con lo supuestas soluciones que nos propuso el Lic. Farfán.

―Había dos posibilidades: la primera era que la ministra puede emitir otra resolución de cancelación y la segunda nos ofrecía el camino de La ley expresa, la cual deja sin efecto la resolución ministerial, recordó el profesor.

La media hora restante discutieron las posibles próximas acciones que el Frente tomaría si es que la comisión de Cultura no proponía algún camino de solución .Mientras hablaban, parecían estar supeditados a una disciplina militar, entusiasmo y estrategia juntos para una sola causa. Llevaban el mismo uniforme y yo también quería ponérmela.

De rato en rato me sentía observada o me parecía, tal vez sería porque Aurea no solo estaba anotando los acuerdos del Frente sino también estaría registrando mis movimientos, no lo sé, era un personaje peculiar que me llamó la atención desde que entré. Y fue justamente ella quien se me acercó al término de la reunión.

―Lo narrado solo fue un episodio de esta lucha, señorita, sería bueno que revisaras esta hoja memoria con los antecedentes y vengas el próximo martes.

―Por supuesto, la otra semana habrá más quórum.

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Todos podemos llegar a identificar y eliminar las plagas con el conocimiento de sus causas, la desinformación es el verdadero anticristo, pensaba mientras intercambiamos la ayuda memoria por la lista en la que firmé mi asistencia. Me retiré alegre de haber encontrado un discurso menos pesimista del que se vale el padre Leopoldo y de saber que nada estaba perdido para el Museo de Arqueología, Antropología e Historia del Perú.

*

Para la semana entrante, ya habré leído la hoja memoria así como el capítulo 21 del libro Apocalipsis para refutar, con base, el sermón del domingo. Amén.

Créditos: Carolina Flores Mormontoy

Bienvenidos a la Línea 1 del Metro de San Juan de Lurigancho

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Sucede a veces que sólo percibimos las

calidades secretas o entrañables de

una ciudad por el amor (necesariamente

público) que algunos le profesan. Por

medio de ese interés, de ese trato

vigilante, nos allegamos determinados

estímulos psicológicos, ciertas

compensaciones visuales o sociales

que, de pronto, revelan trasfondos

o apariencias de la ciudad

(Carlos Monsiváis – Salvador Novo)

La Línea 1, en el tramo que recorre San Juan de Lurigancho (SJL), es una estructura moderna de transporte masivo. Sus instalaciones son antisísmicas, seguras y amigables al usuario. El trabajo que implicó tamaño sistema de transporte fue bastante arduo. Es indiscutible su rapidez y la relativa tranquilidad en el transporte, pero en ‘hora punta’ es una odisea abordar los vagones. Se debe sortear mochilas, codazos y empujones de las personas. El darwinismo social se renueva de vitalidad: el más hábil aborda el tren.

Al entrar o salir de las estaciones, los negocios, con olfato de lobo, se acomodan alrededor de las instalaciones­­. Mototaxistas, ambulantes, e incluso vendedores de empresas de telefonía móvil, son bienvenidos por la necesidad del pasajero de complementar un viaje, donde no importa si gastan más que en su pasaje electrónico. Los pasajeros caminan, como peregrinando hacia la estación, entre golosinas, smartphones, cañas de azúcar, discos piratas, panchos y teléfonos alquilados para comunicarse, con solo cincuenta céntimos. El mito es realidad: San Juan de Lurigancho es cuna de emprendedores.

Joao, un joven de 19 años que vende CD’s y Blue Ray’s pirata, cuenta que la mayoría de vendedores empezaron desde la génesis del tren. ‘Muchos estuvieron aquí desde el inicio, yo recien llevo un año’. Y no se queja, de viernes a lunes se encarga de destruir el copyright, ‘esos días siempre me compran más’, así construye el caudal de su negocio fuera de la estación Bayóvar. (Los fines de semana despegan de las lejanías de esta estación hacia el Centro del Distrito: supermercado Metro).

Pero Joao y los demás pagan un precio. ‘Serenazgo no nos molesta porque ayudamos, entre todos pagamos cincuenta céntimos para que limpien todo’. Compleja situación. Por un lado, es un indicio de corrupción por parte de los serenos al no cumplir con el deber de retirarlos, por dos motivos: son ambulantes y están cerca a la salida de los pasajeros, generando caos.Pero, ¿y su derecho al trabajo? Tienen la sensación de ganárselo, la cultura de la ‘china’, moneda simbólica del limeño, los posiciona en el podio (y el defecto) del emprendurismo: todo vale con tal de ganar dinero.

El tren y sus instalaciones se convierten en una extensión de la idiosincracia limeña.

***

Caja de Agua, Pirámide del Sol, Los Jardines, Los Postes, San Carlos, San Martín, Santa Rosa, Bayóvar. Lúdicos nombres de las estaciones que recorren gran parte de la av. Próceres de la independencia.

Casi siempre repletos, los vagones intentan brindar un servicio confortable. Frenan con cautela, recuerdan las normas de uso e, incluso, brindan aire acondicionado. También ofrecen una vista agradable de los cerros y de las casas multicolores de San Juan de Lurigancho. No se pelea con sus homólogos por atraer más pasajeros. No se estaciona por más de treinta segundos. No lo dirige un vulgar dictador de reglas de comportamiento. No contamina y no usa papel para registrar su trayecto. Es (o debería ser) el transporte idílico de Lima.

Desde Bayóvar hasta Los Jardines hay tan solo diez minutos de viaje. Suenan las alarmas y deben bajar para que los demás pasajeros aborden el tren. El administrador de la estación ayuda a una joven. Su celular se cayó en las vías, cuyo ingreso está penado.

¿Cómo se percibe el servicio que ofrece la Línea 1? ‘La mayoría no está contenta con el servicio’, comenta el administrador de la estación Los Jardines. Muchos no quieren acatar las normas, ‘¿por qué ponen semáforos? No puedo llegar tarde a mi trabajo’, ‘ay, el tren mucho se demora ¡y encima viene lleno!, son algunas expresiones de quienes no se contentan con el servicio de trenes más barato de Sudamérica.

Pero yo te aseguro que las personas discapacitadas sí están felices’. Es otra historia para las personas que andan en silla de ruedas. Siempre un personal de Concar, concesionaria de la Línea 1, los ayudan a abordar el tren. Los derivan a otro personal en la estación de destino, y los llevan a la salida.

Es difícil cambiar rápidamente de usar combis, couster o microbuses, a usar un tren eléctrico. Quizá no nos hemos adaptado a unas políticas de uso tan correctas. ‘La gente es bruta’, otra frase del limeño promedio, curiosa manera inconsciente de diferenciarse de los demás ubicándose en un estrato más alto, ‘La gente [y yo no] es bruta’. Quizá estamos acostumbrados al maltrato, a las riñas con los cobradores, con los choferes, a ganar, a sentirnos más fuertes ante personas que nos ofenden. Quizá sea una actitud general del ciudadano. Quizá tales maltratos se han somatizado: nuestros problemas psíquicos se volvieron orgánicos, por eso no toleramos la tranquilidad que se nos impone en el tren, a pesar de no existir razón suficiente para romperla y empujar y gritar a toda costa a quien estorbe en la entrada o salida de los vagones, con tal de ganar un ínfimo espacio.

Créditos: César Zevallos

Granadas en un parque

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Cerca de las 11 de la mañana del día domingo 15 de noviembre en Ciudad Satélite Santa Rosa del Callao, acontecería un día que nunca habría de ser olvidado de la mente de los pobladores del parque Augusto Leguía, el almuerzo, la cena y hasta el desayuno mañanero del día siguiente, fueron sesgados por lo comentarios respecto a la presencia de un gran contingente policial y personal de la UDEX, quienes habían intervenido todo el recinto donde se ubica el restaurante Caprice de Don Ramón, al parecer, se habían encontrado una considerable cantidad de armas y granadas pertenecientes a una banda de delincuentes.

La testigo…

Una de las vecinas del lugar, identificada como Mely, señala que el local fue alquilado hace dos meses aproximadamente. La mudanza, dice ella, se realizó de una manera misteriosa a horas de la madrugada, a diferencia de lo que se emplaza convencionalmente, el equipaje resultaba en una serie de cajas embaladas sin ningún distintivo, como si fuera ser transportado de inmediato hacia otro lugar; es decir, bien protegidos y a la vez custodiados por las recelosas miradas de sus dueños.

Mely indica que no sabía nada de los ocupantes del espacio, no obstante, personas nunca antes vistas comenzaron hacer su aparición por los alrededores del parque, personas, que parecían cuidar de algo, vigilar algo que más adelante sería sorpresa para la gente de la comuna. Cuenta que en una oportunidad su hija observó cómo trescientos cincuenta soles pululaban en el viento tras el paso de un automóvil en la avenida, incrédula del repentino hallazgo, la pequeña se acercó, recogió y llevó a su madre el dinero asombrándose las dos de la cantidad hallada.

-”Es para no creerlo, pero encontramos esa cantidad, creo que ese auto de alguna forma se vincula con lo que ha sucedido”-revela la mujer.

De don Ramón…

Muchas veces la ingenuidad se paga, y hay veces que la buena fortuna hace un salto parabólico de esta sucesión de la realidad, el precio es saldado o el mismo es menor. Para saber de qué manera sucedió en esta circunstancia, la testigo relata que Don Ramón alquiló la mitad de su propiedad a dos individuos desconocidos, naturales en su apariencia, debido quizá a la presencia de una mujer y la naturalidad forzada por los juegos de una pequeña agarrada de la mano de esta. Esta familiar escena, hizo al sexagenario víctima de la ingenuidad. Mely cuenta:

-”Dicen que le pagaron al anciano, de forma muy rápida, mil doscientos soles por dos meses”-

El día de la intervención, el disgusto y el susto se apoderaron de él cuando los policias lo sorprendieron con su repentina detención. El material encontrado en su propiedad, no le pertenecía, por lo que se aferraba a su inocencia y gracias a ella fue liberado más tarde.

-”Estaba asustado el hombre, nunca antes le había ocurrido algo así”-declaró Mely.

Añade que ahora el hombre ya alquiló nuevamente el espacio, pero esta vez se ha asegurado en pedir identificación y antecedentes penales a los ocupantes. No quiere volver a verse envuelto en un escándalo así.

Ahora…

Al ingresar al local se percibe un silencio no acostumbrado en la zona, un sosiego que se disjunta de la actividad y bullicio que ostenta la canchita de fulbito, las bancas de cemento y las plantas alrededor del parque. Solo tres hombres hay en las mesas, dos en las de adelante y uno en la del fondo, y María, una mujer de unos cincuenta años encargada de la atención, la cual nos mira con tranquilidad. Ahora al restaurante ya no concurre mucha gente, los pocos comensales son visitantes de paso y los que se ausentan lo hacen por temor a alguna circunstancia de violencia donde corran balas o explosiones.

Finalmente, también se murmura que en las esquinas se ha vuelto ver gente desconocida, sospechosa que lleva a prejuzgar el lugar, sin embargo, dicen que son los policías quienes vestidos de civil vigilan el paraje ante alguna eventualidad. Dicen….pero nadie sabe, no se cuenta.

Créditos: Renzo Rojas

Vacunas antibacteriales para la sanación de truchas de cultivo

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La Yersinia Ruckeri es una bacteria Gram (-) que ataca a las truchas de cultivo al modificarse el equilibrio de su ecosistema. ¿Qué procesos deben seguir las truchas de cultivo para sanarse? ¿Existen vacunas que combatan dicha bacteria? El Dr. Alberto Manchego, especialista en Inmunología de la Facultad de Medicina Veterinaria de la UNMSM y cocreador de una vacuna para sanar a las truchas afectadas con Yersinia Ruckeri, nos explicará hoy acerca de ese tema.

 

Por: Noemí Melgarejo

Algas para no envejecer

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Las algas tienen propiedades antioxidantes que ayudan a combatir enfermedades degenerativas. En el Perú es rico en estos recursos que ayudan a mejorar la salud.
La ingeniera química de la UNMSM Dra. Norma Salas de la Torre explica más sobre el tema.

Por: Percy Vargas

Asaltante microscópico

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Hay un gran interés en el desarrollo de nuevas estrategias de control sobre las bacterias que, a cada instante, evolucionan y se vuelven más resistentes a los medicamentos. Estamos rodeados de una diversidad de tipos, beneficiosas y dañinas para el hombre; entre ellas se encuentra a los staphylococcus aureus, caracterizados por su alta incidencia como patógeno. ¿Existirán agentes capaces de destruirlos? El Dr. Juan Parreño Tipian de la Facultad de Farmacia y Bioquímica de la UNMSM y su equipo, trabajan en ello.

Producido por: Layla Arredondo

¿Qué es Media Lab UNMSM?

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Jacqueline Oyarce, responsable del proyecto Media Lab UNMSM explica en qué consiste el Media Lab. Este laboratorio explora temas en relación con la comunicación y la información con incidencia de la tecnología digital.

Truchas Arco Iris: preservación

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La investigadora sanmarquina Nancy Sandoval Chaupe y su equipo de investigación analizan la caracterización morfológica y molecular del sistema inmune de los principales peces amazónicos de cultivo. En este proyecto revela detalles sobre la trucha arco iris.

Por: Noemí Melgarejo