¡Levante la mano quien tenga un cuerpo!

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¿Recuerdas la última vez que saliste con tu familia? Quizás al cine, a la playa o al parque. A veces es necesario desconectarse del celular, del trabajo, de la cotidianidad y simplemente disfrutar de esos momentos únicos en familia.

Por ello, el Enfoque de Comunidad del Área de Públicos del Gran Teatro Nacional (GTN) brindó un nuevo taller “Movimiento y danza en familia”, cuyo objetivo es fortalecer los lazos familiares mediante un breve acercamiento a las artes escénicas. Esta actividad nos invita, por unas cuantas horas, a concentrarnos en disfrutar de una buena tarde llena de música y danza.

Pero, ¿cómo un taller de danza y movimiento puede acercarme a mis parientes?  Clara María Rodríguez, coordinadora del Enfoque de Comunidad del Área de Públicos del GTN detalla que la finalidad de estos talleres es acercarse a audiencias no institucionalizadas como los adultos mayores, personas con discapacidad motivadas a venir al teatro.

Por esa razón, los sábados abren actividades llamadas “Familias escénicas” como las Visitas guiadas en la mañana para que no solo conozcan el teatro sino también las artes escénicas y a partir de ellas, vincularlos en familia.  “El propósito es estimular los vínculos familiares. Si bien nos vamos a vincular a través de la música o la danza, en este caso, el fin último es que tengan un espacio que, probablemente, no tiene en la semana para verse y hacer algo juntos. Se busca estimular un grado de bienestar entre ellos”, comenta  Clara María.

Aquí no aprenderemos pasos o figuras complicadas sino exploraremos los diferentes estilos de movimiento que existen en cuanto a dirección e intensidad del movimiento, al ritmo de géneros peruanos como el vals, el huayno o la marinera. Además reconoceremos las partes de nuestro cuerpo, aquellas que parecen imposibles de mover como la cintura o cadera pero todo en familia.

Probablemente te consideres duro como una piedra pero hay que entender que no se trata de ser el mejor bailarín. La idea es pasar un agradable momento y que mejor teniendo la libertad de mostrar nuestros mejores movimientos sin miedo a hacer el ridículo.

Imagínate que eres una piedra muy pesada o una pluma muy liviana. ¿Cómo te desplazarías? Tal vez eres un soldado que tiene una sola dirección al marchar o una tortuga, caminando muy lento. Con ejemplos y juegos muy didácticos y divertidos, los animadores culturales rompen la idea de que la danza solo es para algunos.

Aquí todos son protagonistas desde el más pequeño hasta el más grande. Ellos siguen las indicaciones y vuelven a ser niños, moviéndose por todo el espacio con la misma emoción, saltando o corriendo. En esta parte, hay un cambio de roles, la dinámica consiste en que el niño no puede perder a su adulto, de esta manera, se evita el desorden.

No hay cansancio alguno, uno puede continuar con esta dinámica una y otra vez; sin embargo,  el taller llega a su fin y como muestra final, todos hacen gala de sus mejores pasos de baile con un festejo, un huayno y una pandilla de la selva

Así, las familias van saliendo de la sala tomados de la mano, conversando entre ellos y sonriendo. Parece haber sido una experiencia grata. Ahora saben que pueden bailar juntos, es más, aunque suene gracioso y hasta evidente, todo aquel que tenga cuerpo puede danzar.

Por: Silvia Andrea Cáceres Huamaní

silvia.caceres1unmsm.edu.pe

Fotografía: Cortesía Gran Teatro Nacional

 

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