«Las más acuciosas pesquizas no han logrado todavía ubicar a la mujer en la literatura peruana prerromántica. No obstante de que la tradición refiere que la Colonia tuvo una época de galantería y pispiriteo, nada hay en la literatura que trasluzca delicadeza, erotismo. A lo sumo, cierta forzada admiración ante las bellezas femeninas—que no se precisan— como las que aparecen en la Mitología grecorromana. Y, sin embargo, la Tradición recoge la fama de una edad galante, en que mozas de trapío y linajudas damas lucieron donaire, coquetería, seducción, belleza y lisura».
«Parece, al juzgar el contenido femenino de la literatura peruana prerromántica, que la mujer hubiese vivido ausente de la vida de los escritores y que, por consiguiente, los casos de Amarilis y la «Limana Musa», doña Josefa de Carrillo y Sotomayor, hubiesen constituido,más que casos de femenil sensibilidad y conatos de Safos, nada más que nuncios de feminismo galopante y pankhurstiano. Pero, al seguir más de cerca el fenómeno, que tan definitiva y tristemente condenaba a los peruanos pre 1815, se olvida que la literatura traduce quizás más que hechos, anhelos; de modo que, a través de las obras literarias de una época o un país, se advierte tanto lo que hicieron como lo que desearon por lo menos sus grupos intelectuales».
La Facultad de Letras y Ciencias Humanas de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos presenta este 14 de octubre, a las 3:00 p.m., la colección digital emblemática de la histórica revista indexada de humanidades ¨Letras¨ (1929-2020). Sus 133 números divulgan el quehacer científico interdisciplinario en el ámbito de los estudios humanísticos en la última centuria en el país.
¨Letras¨ se alista a celebrar su nonagésimo primer aniversario con esta noticia que ha causado revuelo en el mundo académico nacional. Su actual director, Alonso Estrada Cuzcano sostuvo que ¨la Facultad de Letras ha adquirido escáners de libros de última generación, unidad marca Fujitsu – modelo ScanSnap SV600 / PA0364, para digitalizar sus publicaciones originales, revistas, tesis y trabajos de investigación, acorde con su plan de transformación digital¨.
¨La Biblioteca de Letras busca poner en valor nuestro acervo documental al servicio de la comunidad académica global con esta publicación indexada en las más importantes bases de datos como Proquest, Scielo, Google Scholar, Open Acces Map, Latindex, E-Revistas, Directory of Open Access Journals (DOAJ), Redib y WoS (Web of Science), registros que incrementarán sustantivamente la producción científica de la Universidad San Marcos. Y muy pronto estaremos en Dialnet¨ puntualizó Estrada Cuzcano.
Fundada por el decano de entonces, José Gálvez Barrenechea, ¨Letras¨ contó con la participación de prominentes autores de la intelectualidad peruana como Luis Alberto Sánchez, Jorge Basadre, Santiago Antúnez de Mayolo, Luis Jaime Cisneros, Carlos Cueto Fernandini, Honorio Delgado, Alejandro Deustua, José María Eguren, José Gálvez Barrenechea, Ventura García Calderón, Arturo Jiménez Borja y José Jiménez Borja.
También José Matos Mar, Francisco Miró Quesada Cantuarias, Alejandro Miró Quesada Garland, Mariano Felipe Paz Soldán, Jorge Puccinelli, Federico Schwab, Alcídes Spelucín, Augusto Tamayo Vargas, Alberto Tauro del Pino, Horacio Urteaga, Hermilio Valdizán, Pedro Zulen y el Nobel Mario Vargas Llosa, entre otros.
En el marco del VII Encuentro de Jóvenes Investigadores del área de Humanidades a realizarse el miércoles 14 y jueves 15 de octubre, los estudiantes de pregrado miembros de MediaLab UNMSM expondrán el desarrollo de sus investigaciones conducentes, en unos casos, a obtener el grado de bachiller mediante el modelo Trabajo de Investigación (TI), en otros casos los estudios son elaborados al interior de proyectos en curso que desarrollan mediante la tutoría de los docentes investigadores miembros titulares del GI.
En estas fechas y mediante el intercambio, debate y difusión en este espacio creado por la Facultad de Letras y Ciencias Humanas, los jóvenes investigadores presentan sus avances de investigación. Las temáticas están en relación con las líneas de investigación que se trabaja en este Grupo de Investigación. El Encuentro de este año 2020 será virtual y se transmitirá en vivo a través del canal de Letras TV: https://www.facebook.com/letrassanmarcos/ .
Yesenia Coronel Caballa trabaja el tema Mensaje político: proclamas universitarias digitales frente a la estigmatización recibida con miras a obtener su bachillerato mediante la modalidad de Trabajo de Investigación. El estudio propone analizar las prácticas discursivas digitales (afiches, fotografías, imágenes, publicaciones textuales, etc.) que los movimientos estudiantiles de la UNMSM difundieron como respuesta a la estigmatización recibida que busca vincularlos con grupos subversivos.Es decir,a través del estudio de las proclamas universitarias, emitidas en Facebook, se investigará cuál es la respuesta que los jóvenes activistas sanmarquinos propusieron frente a los prejuicios que, desde diversos sectores de la sociedad civil, y en pleno escenario posconflicto, los vincularon con agrupaciones subversivas; esto, debido al rol que la universidad San Marcos cumplió durante el periodo de violencia política peruana (CVR, 2003).
Evelin Meza Capcha presenta su trabajo titulado Familia, medios y escuela en la construcción de la memoriahistórica adolescente con miras a obtener su bachillerato mediante la modalidad de Trabajo de Investigación. En este se interroga por las representaciones que los adolescentes poseen sobre el conflicto armado interno desde una mirada generacional. El fenómeno se ubica, según la CVR, entre 1980 y 2000, pero lo que se quiere analizar son las representaciones posconflicto, específicamente en estudiantes universitarios en el 2020. Es decir, esta investigación se propone analizar la memoria heredada, la influencia que los medios de comunicación, el entorno familiar y las escuelas han ejercido en la consolidación de un recuerdo sobre algo que no ha vivido directamente.
Jesús Huamán Duránd, Milagros Otárola Ccochachi y Genjy Simon Ríos presentan la ponencia Estado del arte de los fact-checkers en el Perú. En ella se aborda el caso de Los verificadores, también conocidos en la literatura especializada como fact-checkers (Vazquez-Vizoso, 2019), cuya labor consiste en la verificación del discurso periodístico —orientado principalmente al ámbito político—, en los últimos años están trabajando en la verificación de información que circula por redes sociales y servicios de mensajería. En el Perú, diversos medios de comunicación han puesto a disposición de la ciudadanía plataformas intuitivas enfocadas en la verificación de discurso y de bulos. Por ello, se ha visto conveniente realizar un estado del arte de la literatura en los últimos cinco años (2015-2020) sobre la labor de los fact-checkers en Perú y de los mecanismos y herramientas que posibilitan la interacción e intervención de la ciudadanía en el proceso de verificación de bulos.
Kelly Cárdenas Ortega y Sergio Crispín Buiza trabajan en torno a Líderes de opinión en redes sociales en contexto de pandemia en el Perú. Un estado de la cuestión. Se estudia los trabajos que se centran en el análisis de los mensajes emitidos por líderes de opinión peruanos a través de las redes sociales durante la cuarentena establecida por el gobierno nacional a consecuencia de la pandemia ocasionada por el SARS-CoV-2, que paralizó el país entre el 16 de marzo y el 30 de junio de este año. Durante este tiempo el Perú, en confinamiento, estuvo atento a las noticias que circulaban por las redes sociales, las que se convirtieron en el recurso informativo por excelencia y también en los conductores de opinión de la audiencia, por ende, la producción académica alrededor de esta cobra relevancia en estos tiempos de infodemia.
Miguel Carrasco Bonifacioexpone Cantar y contar el pasado: memoria y representación del conflicto armado interno peruano en la música rock y metal contemporánea se propone analizar una muestra de canciones de rock y metal contemporáneas cuyos contenidos hacen referencia al conflicto armado interno (1980–2000), sea en sus orígenes, actores involucrados, pasajes históricos y/o demandas del presente. Por tal motivo, las preguntas que guían este trabajo estriban en cómo estas canciones del posconflicto representan la violencia en su contenido textual, qué aspectos del conflicto se aceptan o cuestionan, cómo nos identificamos como sociedad a partir de aquella tragedia y qué narrativas de la violencia se transmiten en estos discursos.
Paul Tuesta Vargasestudia El discurso del rechazo: la significación del sujeto subversivo en redes sociales con miras a obtener su bachillerato mediante la modalidad de Trabajo de Investigación. Esta investigación se propone analizar ese contexto, en relación con un espacio emergente para el campo académico: las interacciones digitales en la red social Facebook. ¿De qué manera? A partir de dos casos altamente simbólicos, que en su momento captaron el interés mediático: el de Gladys Espinoza y el de el camarada Tito. En el primero se trata de una mujer sentenciada por terrorismo, que obtuvo en el año 2014 una sentencia a favor y una reparación civil de 105 mil dólares en su denuncia al Estado peruano ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH). En el segundo, se trata de Eduardo Cruz Sánchez, alias ‘Tito’, quien a partir de otra sentencia de la CIDH fue reconocido como una de las personas asesinadas extrajudicialmente en la Operación Chavín de Huántar el año 1997. Para ello, a través de una etnografía digital, se recolectarán las interacciones (publicaciones, comentarios y reacciones) que los internautas han mantenido con los medios de comunicación que informaron sobre estos temas. Por otro lado, se empleará el Análisis Crítico del Discurso -que propone, según Zavala (2012), abro comillas, que «el uso del discurso está siempre inscrito en prácticas sociales históricamente situadas donde participan, «no individuos en abstracto», sino sujetos con identidades cargadas de estereotipos»- para estudiar las identidades, representaciones y relaciones que se proponen sobre los sujetos de Gladys Espinoza y de el camarada ‘Tito’.
Johanna Perleche García realiza una investigación que le permitirá obtener el bachillerato bajo el modelo Trabajo de Investigación. El título es Repensar el género en los medios de comunicación: análisis del contenido y la producción noticiosa de la sección género del diario La República. Se plantea realizar un análisis de contenido y de la producción noticiosa de la sección Género del diario La República edición digital. El análisis incluirá los procesos productivos, desde la elección del hecho noticioso por parte del periodista, la redacción de la nota y el mensaje que difunde. Así, se investigará cuáles son los criterios que utilizan los periodistas para considerar el hecho o suceso como una noticia que deba estar dentro de esta sección. Además, al ser género el término que se ha tomado para denominar este apartado, cabe preguntarse en quiénes se enfoca, cómo se representan a los actores sociales y a qué fuentes recurren.
Esta entrevista forma parte de nuestra serie sobre desinformación en tiempos de pandemia.
#ContraLaDesinformación
El fact-checker del diario La República, Verificador La República, es el primer proyecto peruano de fact-checking en ser avalado por la International Fact-Checking Network (IFCN) y en pertenecer a la red de verificadores oficiales de Facebook. En el contexto de la pandemia, se unió al proyecto de Latam Chequea Coronavirus, una asociación de verificadores de hechos formada para hacer frente a la desinformación relacionada con la Covid-19 que circula en la red.
Sobre el tema entrevistamos a Irene Ignacio, coordinadora de contenido de Verificador LR. Habla sobre su trabajo de fact-checker, el proyecto Latam Chequea Coronavirus, la infodemia, el contenido falso y el papel que todos jugamos en el proceso de desinformación.
¿Por qué decir desinformación y no noticias falsas?
Nosotros decimos “accidentes de tránsito” pero en realidad deberíamos decir “acontecimientos de tránsito” porque un accidente es algo que no tiene responsables, pero un acontecimiento de tránsito sí los tiene. Entonces, cuando dices “accidente de tránsito” todo el término completo puede resultar confuso. De igual manera cuando utilizamos el término “noticia falsa”. Si es algo falso no es noticia, porque este hecho que se está informando no existe. Nosotros preferimos llamarlo contenido falso o desinformación.
¿Cómo fue el proceso para que el Verificador La República sea parte de la Red Internacional de Verificación de Hechos (IFCN)?
En el 2019 recibí la invitación. En ese momento fui la primera o la única redactora para iniciar este proyecto. [Verificador] Comenzó como un tag, que es como una clasificación de las notas que nosotros tenemos y luego evolucionó hasta convertirse en una sección independiente. Una vez que pasó eso, enviaron las notas a la IFCN, eso fue en la época de los incendios en la Amazonía, donde se difundieron fotos falsas. Es decir, se presentaban como nuevas o recientes cuando en realidad no lo eran. […] Luego, Verificador se convirtió en el primer medio peruano en ser parte de la Red Internacional de Verificación de Hechos.
¿Qué cambió en la verificación de noticias con la aparición de la infodemia en el contexto de la Covid-19?
Cuando hablamos de verificaciones nos referimos tanto al fact-checking como al debunking. Es decir, a la verificación de las afirmaciones de personajes públicos o a lo que es desmontaje de bulos, que se difunden normalmente a través de redes sociales. Nosotros buscábamos estos bulos que podrían ser noticias falsas, datos sin contexto y lo que hacíamos era hablar de eso a través de notas.
Con la desinformación que surgió en medio de la pandemia, La República concretó un convenio con Facebook. Eso nos ha permitido acceder a una plataforma de fact-checking de Facebook y nos muestra contenidos que pueden ser verificables, que se difunden a través de la red social. Digamos que es más fácil y agiliza el proceso de revisión.
¿Qué han aprendido con la unión y vinculación a Facebook? ¿Qué experiencias les deja?
Tantas cosas (ríe), creo que en resumen sería que el tema de la desinformación viaja a través de varios países, es muy fácil que se repita, salvo temas locales muy específicos. Normalmente puede circular desde África, pasar por Europa y llegar a Perú. En Sudamérica básicamente nos llega desde México, más o menos por ahí viaja la desinformación […]. Digamos, si un médico aquí dice que el dióxido de cloro va a curar, otro médico va a ver la información que está al otro lado del mundo y lo va a repetir sin haberlo comprobado.
Verificador LR pertenece a Latam Chequea Coronavirus, el cual ha juntado a varios verificadores de Latinoamérica, Iberoamérica y el Caribe. ¿Cómo ha sido la experiencia?
Nosotros llegamos un poco tarde. La vinculación con Facebook creo que ocurrió después de que se armara el grupo de Latam Chequea, pero sí nos ha ayudado más que nada en el tema de las redes sociales […]. Es decir, organizar y compartir publicaciones sobre las notas de fact-checking o llamar la atención sobre la labor de verificación que se hace.
¿Considera que la pandemia ha ayudado a generar interés en la población sobre la verificación de datos?
No sé si exactamente por las notas de fact-checking. No conozco las cifras de los otros medios que también realizan verificación, pero sí creo que generó una demanda de información responsable. Más allá de las notas de fact-checking, implica que los medios hagan su trabajo, que los periodistas verifiquen la información y no sean simples repetidores de lo que tal o cual persona dice, sino que (observen y) le den un sentido crítico.
En este caso, por ejemplo, nosotros pensamos que la desinformación no nos va a hacer daño. Si fuera épocas electorales, lo que podría pasar es que de alguna manera afecten nuestra decisión y dañe la democracia. Pero ahora, en épocas en las que la enfermedad del nuevo coronavirus se desarrolla, lo que puede pasar es que la desinformación puede afectar nuestra salud y en consecuencia nuestra vida.
Claro, como la supuesta antena 5G…
Exacto, se difundió supuestamente que a través de una antena de tecnología 5G se podría transmitir la Covid-19, lo cual es falso. Digamos que cuando no hay un medio, es el Estado u otro organismo externo quienes deberían atender estos temas, de lo contrario, al final quienes se ven afectados es la población: la sociedad.
En su experiencia ¿A través de qué medios, aplicaciones de mensajería o redes sociales ha visto que se difunden más este tipo de desinformación?
El punto está en que en Facebook y Twitter tú puedes ver cuánto se difunden. Hay una herramienta que se llamaCrowd Tangle que es de libre acceso y cualquiera lo puede descargar, te permite ver cuántas veces ha sido compartida una publicación y entonces la información es visible, digamos, la cantidad de veces que un viral se ha difundido en Facebook y Twitter es visible.
En WhatsApp es diferente, no tienes manera en como saber que un audio, un vídeo o una imagen está siendo difundida, porque es una red social privada y la información la recibes —supuestamente— de personas en las que confías: familiares, amigos, profesores, etc. Lo estás recibiendo de personas en las que has depositado tu confianza, pero las personas en vez de detenerse antes de continuar esa cadena de desinformación, lo que hacen es: “lo reenvío por si acaso” y debería de ser al revés: “si no estoy seguro no lo reenvío”.
¿Se podría decir que hay una falta de responsabilidad de los mismos usuarios?
Es que no es solo de los propios usuarios, sino también de nosotros, los periodistas y de los mismos medios de comunicación. Creo que hay poca responsabilidad al manejar la información en general. Nosotros somos actores: usuarios, periodistas, los medios de comunicación, las plataformas y también el Estado y los organismos particulares.
Ante ello ¿la labor de los fact-checkers se vuelve imperativa?
Técnicamente, el fact-checking debería ser un proceso que el periodista incorpore a su trabajo. Es decir, estoy haciendo una nota y en vez de sencillamente recoger la afirmación de este político que dice que 50.000 personas se han recuperado, debería irme a la base de datos y ver si efectivamente es el número que me está diciendo. No siempre van a ser datos, también en reportería es algo que se deja de lado sobre todo en las redacciones web, pero es importante en el proceso. Porque tú me dices algo, pero yo voy al hospital y veo otra cosa. Entonces, digamos que ahí la comprobación tendría que ser importante dentro del proceso de cualquier producto periodístico.
¿Qué retos le espera al Verificador LR?
Creo que el proyecto más cercano se dará en las próximas elecciones. Por ahora sigue surgiendo desinformación sobre la Covid-19, estamos viendo, más que nada, temas de salud, nutrición, entrevistas con químicos y otros temas relacionados; pero pienso que el próximo año va a ser una agenda política más que nada.
Irene Ignacio resalta la importancia de la práctica del fact-checking dentro del periodismo, más aún cuando la sociedad está pasando por una situación crítica como lo está ahora por la pandemia de la Covid-19. Al respecto, el Verificador La República cumple la función de brindar información verificada a la sociedad. Sin embargo, la responsabilidad de difundir información verdadera la tienen tanto los periodistas como los ciudadanos.
Escrito por Alonso Estrada Cuzcano y Joel Alhuay Quispe, este artículo publicado en la Revista de Comunicación de la Universidad de Piura «presenta un análisis de visibilidad e impacto científico de los artículos aplicados por la Revista de Comunicación entre 2002 a 2019. Los métodos y técnicas empleados son de enfoque bibliométrico a nivel de autor (Lotka, índice de colaboración), artículo (co-ocurrencia) y revista (h-index, citas). Se emplean las fuentes de datos de citas Scopus, Web of Science y Google Scholar, y dos herramientas de análisis: Publish or Perish y VOSviewer».
«Los resultados encontrados muestran un desempeño óptimo de la Revista de Comunicación que evidencia su posicionamiento como una de las mejores publicaciones seriadas indizadas de América Latina y España que integra un selecto segmento de revistas de comunicación».
Palabras clave
revistas científicas, revistas peruanas, indicadores de evaluación, bibliometría
Esta entrevista forma parte de nuestra serie sobre desinformación en tiempos de pandemia.
#ContraLaDesinformación
¿Cuál es el futuro de los verificadores post pandemia? En esta tercera entrega, la periodista coordinadora de Chequeado y de la red Latam Chequea, Olivia Sohr, nos habla de la infodemia, el papel que juegan los medios de comunicación en la difusión de desinformación, los avances tecnológicos y la automatización de procesos en la verificación de información.
¿Qué papel deben jugar los medios de comunicación en el actual contexto de infodemia?
En este contexto, creo que el rol de los medios es sobre todo aportar información clara y confiable sobre los temas relevantes y separar qué cosas no son confiables o relevantes. Por ejemplo, mucha de la desinformación que circuló en un primer momento no era necesariamente gente mal intencionada que quería distorsionar la evidencia o presentar información sin evidencia. Sino, que todavía muchos estudios científicos estaban en proceso de elaboración sin haber sido revisado por pares, sin todas las medidas para que sean evidencia confiable y como había una avidez por saber todo lo que había sobre coronavirus, muchos medios reproducen estos estudios sin los cuidados necesarios para señalar que no se trataban de estudios confiables y que eran estudios preliminares. Eso también suma a la confusión en un momento así.
Uno de los grandes problemas que tenemos es que no sabemos muchas cosas y es difícil para los periodistas que queremos hacer títulos categóricos y claros, decir: “esto es lo que se sabe y esto es así”. Tener que comunicar hasta donde sabemos con la evidencia disponible según lo que se estudió en tal lugar. Nos cuesta porque va en contra de lo que tratamos de hacer, pero en este caso la verdad es la medida responsable en la forma en la que vamos a comunicar, porque no podemos dar certezas sobre cuestiones que están en plena investigación.
¿Cómo afecta el avance tecnológico en la verificación de la información?
Nosotros estamos trabajando en Chequeado hace años en automatizar parte de nuestros procesos para hacerlos más eficientes y más rápidos. Hoy tenemos un sistema que se llama el Chequeabot, que es un bot que toma las cosas que se publican en muchos medios de comunicación: discursos presidenciales, versiones taquigráficas del congreso y un montón de otras fuentes. Revisa todo eso y nos dice que hay cosas —que circularon en los últimos días, en la última semana, el periodo de tiempo que sea — que son chequeables (…).Estamos trabajando en otras partes del proceso, por ejemplo, uno de los grandes temas que tenemos es WhatsApp porque, como saben, no hay estadísticas por buenas razones: son comunicaciones privadas (…). Por ello, estamos trabajando en nuevas formas y tenemos una línea de WhatsApp donde recibimos mensajes de nuestra audiencia, nuestra comunidad y estamos trabajando en mejores formas de sistematizar esa información para trabajarla mejor y tener una idea más clara de qué es lo que está circulando.
(Con respecto a la automatización) No creo que los humanos nos quedemos sin trabajo en esa línea, porque una vez que se identifica, después viene un montón de trabajo periodístico a hacer. Pero sí, sobre todo, en las primeras fases de identificación de las desinformaciones y en algunas partes de la búsqueda de fuentes nos puede ayudar un montón la tecnología para hacer mejores nuestros procesos.
¿Qué otros agentes de la comunicación son capaces de difundir desinformación?
Creo que el otro gran actor, aparte de los medios de comunicación y la ciudadanía, son las plataformas y redes sociales. Digo plataformas porque incluyo a YouTube que no necesariamente es una red social, pero es un lugar donde circula mucha desinformación. Facebook, Twitter, TikTok, WhatsApp, Reddit, Instagram y todos los lugares donde la gente intercambia mensajes —la mayoría personales— (…), se prestan para que circulen desinformaciones. Son actores “súper” relevantes y las políticas y las decisiones que ellos tomen sobre cómo circula la información en sus plataformas afecta un montón la circulación, o no, de la desinformación.
Pienso que otros actores importantes son los amplificadores, que pueden ser influencers, actrices, modelos, actores, cantantes, y en algunos otros casos periodistas y políticos como Trump o Bolsonaro. Estos son casos de políticos que han amplificado desinformaciones de forma muy clara, lo que los convierte en actores claves, ya que son los que llevan la desinformación de un grupo —relativamente pequeño— de usuarios que lo vieron en redes sociales, a un público masivo. Por lo tanto, puede ser muchísimo más dañino que quienes crearon la teoría conspirativa o la desinformación en su origen.
Por supuesto, el Estado y la información pública también juega un rol en esto, porque muchas veces nosotros para desmentir esas desinformaciones necesitamos acceso a buenos datos y a información confiable. En eso también juega cuánta información confiable provee el Estado. No es el único actor, por supuesto hay otros más. No es solo el Estado el que debe responder a las desinformaciones pero es uno de los actores clave.
¿Crees que los medios especializados de fact-checking son el futuro del periodismo?
No necesariamente, porque el fact-checkinges un tipo de periodismo bastante específico que creo que es necesario, relevante e importante, pero no es el único. También hay mucho que hacer en crónicas periodísticas, en cobertura del día a día. El fact-checking se demora un poco más de tiempo en poder producir sus notas, justamente porque va a buscar las fuentes originales, va a buscar al detalle y hace el análisis más en profundidad, eso requiere más tiempo y no podemos esperar que todo el periodismo tome tanto tiempo en hacer una nota de fact-checking, sino no tendríamos cobertura diaria de lo que va ocurriendo. Con lo cual, creo que el fact-checking es un complemento a otros tipos de periodismo. Considero que sirve y ayuda: es un formato que sirve para comunicar rápidamente información, pero no necesariamente me parece que sea el único y el central en el futuro sino una forma más de periodismo que colabora a una mejor comprensión de la realidad.
¿Cuál crees que sería el futuro para los verificadores post pandemia?
Esto ya es predicción personal, pero probablemente lo que ocurra cuando acabe la pandemia —si es que algún día llega a acabar, esperemos que así sea—, es que vamos a volver a las desinformaciones más comunes, y de hecho es lo que hemos ido viendo. Por lo menos acá en Argentina cuando arrancó toda la pandemia mucha de la desinformación estaba vinculada al virus en sí, cómo se transmite, cómo se cura y con el tiempo lo que fuimos viendo es que las desinformaciones se fueron volviendo más políticas y más elaboradas: “vieron que acá el gobierno muestra que hizo un hospital, pero en realidad no lo hizo”, “vieron que acá es donde la oposición dice que se hizo una marca pero en realidad no” y muchos más vinculados al virus, pero también bastante partidarias en la forma en la que se presentan, y probablemente lo que vaya a ocurrir es que las desinformaciones van a seguir existiendo, quizás bajen en volumen, ojalá, pero lo más probable es que simplemente cambien de forma.
Esta entrevista forma parte de nuestra serie sobre desinformación en tiempos de pandemia.
#ContraLaDesinformación
En esta segunda entrega, la directora de Impactos y nuevas iniciativas del fact-checkerChequeado, Olivia Sohr, conversa con nosotros sobre los sesgos de confirmación, la propagación de desinformación y su impacto en los países democráticos.
¿Cómo nace y se propaga tan rápido la desinformación ?
Muchas de las desinformaciones […] nacen en pequeños grupos que, quizá, son relativamente marginales en Facebook, en WhatsApp o demás, pero uno de los problemas más grandes que tenemos con la desinformación es que de esos grupos salta a la población, muchas veces gracias a amplificadores que son artistas, cantantes, modelos y a veces medios de comunicación tradicionales que porque ven que algo está circulando mucho retoman esas desinformaciones y no son claros al desmentirlas y hacen que estas desinformaciones circulen más en la población, con lo cual hay también como un juego complicado en cómo cubrir las desinformaciones y, a la vez, no darles más aire y no darles más llegada. En eso nosotros tenemos todo un trabajo […], haciendo un equilibrio muy precario y revaluado todo el tiempo entre cuándo vale la pena salir a desmentir algo y darle más visibilidad y cuándo vale la pena no hacerlo para no darle más visibilidad justamente a algo que por el momento es marginal.
¿Por qué existe una gran cantidad de personas propensas a desinformarse?
Depende un poco del tipo de desinformación. Por ejemplo, en el caso de las teorías conspirativas, hay algunas cosas que a nosotros como humanos nos cuesta entender. Por ejemplo, que una mutación natural que se dio en una zona de China pueda tener bloqueado al mundo durante casi un año generando ciento de miles de muertos, y esa idea de que algo tan pequeño y azaroso pueda generar esto, nos cuesta entenderlo y, en consecuencia, como nos cuesta entenderlo mucha gente prefiere pensar que hay algo más planificado detrás; que esto no puede ser el azar y que hay un sesgo nuestro que nos cuesta entender que cosas pequeñas generen consecuencias muy grandes […]
En el caso de las curas, también son las ganas de creer que hay algo que lo resuelve y en eso, creo que todos alguna vez caemos, en querer creer en alguna nota esperanzadora que dice que ya se inventó una cura y demás. Mi primera reacción es creer en que es así, después uno lo mira y dice “mmm… la evidencia no está muy clara”, “no me parece tan categórico como parece decir el título” y así uno lo empieza a investigar y dice “bueno, tal vez no es así”. Pero todos en el fondo queremos leer noticias esperanzadoras sobre el fin de esta pandemia por razones muy humanas y muy lógicas. Y así, creo que hay distintas motivaciones que pueden llevarnos a entusiasmarnos, indignarnos o atribuir causas a cosas que no lo son para generarnos más certeza y tranquilidad, en un momento en el que además es de mucha incertidumbre: no sabemos bien cómo funciona la enfermedad y no sabemos cuándo esto va a terminar. Buscar este tipo de certidumbre en la desinformación, que son mucho más categóricas que las noticias, quizá ayudan a muchos a sobrepasar el momento.
¿Considera que la desinformación podría afectar la creencia de las personas hacia una futura vacuna contra el Covid-19?
Sí, y de hecho pasó antes del coronavirus. Las desinformaciones sobre vacunas son un tema grave. […] Hay círculos que creen muy intensamente en estas desinformaciones y que jamás vacunarían a sus hijos. Después, hay círculos de gente que tienen dudas y, si están expuestos a estas desinformaciones, pueden terminar cayendo a “ese lado”[…].
Por lo cual, estas desinformaciones alrededor de Bill Gates: microchip, 5G y todo lo demás; si uno lo analiza de forma lógica hay cosas que se contradicen muchas veces dentro de esa misma teoría. […] Cuando la gente cree en esos tipos de cosas no está reaccionando de manera racional, sino que es una cuestión mucho más emocional y también de grupo de pertenencia. Aunque las vacunas demuestran ser eficientes y seguras, pasando por todos los procesos necesarios que garanticen su seguridad, el hecho de que haya gente que decida no ponerselas, porque vio estas desinformaciones, podría generar consecuencias terribles. […]. No solo son decisiones individuales, sino que necesitamos que el resto también esté protegido para nosotros estarlo.
¿Considera que la penalización ante la difusión de desinformación es una propuesta de solución viable?
No, creo que con los antecedentes no tan democráticos de la región, es más claro todavía. Yo no le daría el poder a ningún gobierno para definir qué se puede publicar y qué no, y cómo penalizar a quienes publiquen falsa información […]. Me parece que eso es mucho más peligroso en términos de libertad y democracia a las consecuencias que podrían tener las desinformaciones. Creo que el camino para combatir las desinformaciones está más en una ciudadanía crítica que en un estado que regula la información que circula.
¿Considera que la desinformación está perjudicando la democracia de los países?
La desinformación sí menoscaba la democracia. Por ejemplo, en épocas electorales la desinformación puede colaborar a correr la agenda hacia cuestiones falsas y obligar a todo el mundo a tener que salir a desmentir algo falso y terminar discutiendo sobre eso, en lugar de discutir sobre otras cosas y embarra la cancha de la discusión democrática y hace que uno, como ciudadano, tenga que estar mucho más preocupado por saber si las cosas son verdad o no. No solamente estar informados, sino que una vez que se informa, saber si esa información es correcta o no. Lo cual hace que sea mucho más difícil para una persona que consume noticia quizá de manera más incidental, que no es alguien que esté siguiendo en el día a día lo que pasa, hace que sea mucho más difícil para esa persona estar informada y, por lo tanto, participar del debate público porque empieza a tener esta desconfianza normal, y está bueno que tenga esa desconfianza, de “¿será cierto esto que me mandan o no?, ah no sé, bueno, ya está” y que esa desconexión con la agenda pública sea mucho más fuerte porque la cancha está más embarrada porque ni siquiera puedes saber cuándo algo es cierto y cuándo no.
Esta entrevista forma parte de nuestra serie sobre desinformación en tiempos de pandemia.
#ContraLaDesinformación
En esta primera entrega la periodista, coordinadora de Chequeado y de la red Latam Chequea Coronavirus, Olivia Sohr, nos concedió una entrevista para conversar sobre desinformación, fake news, su impacto y la labor de los medios de comunicación en tiempos de pandemia por la Covid-19.
El término fake news se usa de manera indistinta y genera, muchas veces, confusiones, ¿a qué atribuye esto?
En Chequeado preferimos no usar el términofake news, en general hablamos de desinformaciones. El concepto de fake news tiene varios problemas. Por un lado, da la idea de que son siempre noticias cuando en realidad los formatos en que circula la desinformación muchas veces son audios de WhatsApp, videos trucados o son otro tipo de formato que no necesariamente corresponde a lo que uno generalmente llamaría una noticia. Por otro lado, también hay un uso intenso por parte de algunos actores para deslegitimar todo tipo de información que no les gusta —tildándolo de fake news— y eso hace que se desvirtúe un poco el término y no termina siendo muy exacto para lo que uno quiere transmitir.
¿Qué opina del uso del término bulo?
Bulo es muy español, nos encantaría poder usarlo, pero no estamos seguros de que se entienda bien en Argentina o en otros contextos. En general, hablamos de desinformaciones virales cuando comentamos, específicamente, de redes sociales. De hecho, hay una distinción que existe en inglés que no existe en español y que puede, digamos, complejizar nuestro trabajo. En inglés hay una diferencia entre disinformation y misinformation.
Disinformation es la desinformación que circula con cierta intención de desinformar, mientras que misinformation son las cosas que se compartirán más por ignorancia o sin saber que lo que se está compartiendo es algo falso. Nosotros no tenemos esa distinción en español y hablamos en general de desinformación simplemente, pero es un campo abierto a mejoras en cuanto a los términos que usamos, ya que es un fenómeno que está evolucionando todo el tiempo. Estamos siempre como corriendo para obtener las mejores definiciones a fin de poder describirlo y que sea útil para nuestro trabajo.
¿La desinformación depende de la intencionalidad?
Sí. Nosotros en Chequeado, en general, no evaluamos la intención. No lo hacemos cuando chequeamos a políticos o a referentes públicos. No es que decimos “quiso mentir”. De hecho, no usamos en general la palabra “mentir” porque significa que tiene cierta intención, decimos que lo que se dice no corresponde con los datos por lo tanto es falso, pero no medimos la intención de quienes lo hacen. En redes sociales, lo más difícil es saber exactamente en qué casos se comparten a sabiendas y con mala intención, y en qué casos se hacen por ignorancia.
Hay algunos casos que son muy claros. Si uno ve, por ejemplo, los pseudo documentales que circulan ahora sobre el coronavirus, donde hay un trabajo de producción y presentan desinformación muy clara que no está basada en ninguna evidencia […] Hay algunos casos en el otro extremo, en los que probablemente nuestra tía, tío y demás nos compartió una de las supuestas curas para el coronavirus, pero que en realidad es una de las curas que se utiliza tradicionalmente para la gripe como tomar té con jengibre, comer ajo, todo ese tipo de cuestiones, pero cuando nuestro el tío nos lo mandó no estaba tratando de desinformarnos activamente, sino que pensó que quizá eso podría ayudarnos en el caso de que nos diera coronavirus o algo por el estilo. Ahí probablemente uno podría decir que no hay una intencionalidad, pero después hay una serie de grises en el medio, que es muy difícil determinar cuál es la intención de la persona que produce o comparte la desinformación.
¿Considera que desinformaciones, como la del dióxido de cloro, circulan más en Latinoamérica?
Hay muchas desinformaciones que circulan en Latinoamérica, la del dióxido de cloro es especialmente problemática por el daño directo que puede generar en la salud de la gente. Muchas veces, nosotros hablamos de la desinformación en términos, quizá, un poco más abstractos como los problemas que trae para la discusión democrática, en el caso del dióxido de cloro es un riesgo muy concreto y peligroso para la salud de las personas. Creo que hay especificidades en Latinoamérica en cuanto al tipo de desinformaciones que circulan, pero no estoy segura de que circulen más. Nosotros tenemos colegas en Asia, en África y en Europa, y no te podría decir que la cantidad de desinformaciones o la gravedad sea más acá, de hecho, en África la desinformación sobre temas de salud la vienen estudiando hace bastante (tiempo) porque son muy complicados, con lo cual no estoy segura de que sea una cuestión regional y, de hecho, nosotros tenemos una red que se llama Latam Chequea donde tenemos chequeadores de casi todos los países de América Latina. Y sobre el coronavirus hicimos una base en donde nos compartimos los chequeos para poder reaccionar lo más rápido posible, cosa de que si un colega había chequeado algo ya en México, nosotros pudiésemos retomarlo y no tener que hacer el trabajo de cero, de chequearlo nuevamente y si después aparecía algo en Brasil, nuestros colegas en Brasil pudiesen retomarlo.
¿Coincide en que cada vez es mayor la presencia de los fact checkers?
Sí, de hecho, Perú es uno de los países donde hay más chequeadores. Está Ojo Público, Salud con lupa, La República que tiene su área de verificación, y está Convoca, con lo cual hay un montón. Nosotros en Latam Chequea lo que tratamos de hacer es juntar esfuerzos con todos los chequeadores, eso incluye en muchos casos que la mayoría sean chequeadores que son medios nativos digitales que han aparecido en la última década como Ojo Público y Salud con lupa, pero también a medios tradicionales que han abierto su área de chequeo de información como La República. En distintos países tenemos distintas alianzas con distintos medios y distintos formatos, lo que a nosotros nos importa es tener acceso a la mejor información posible y si nuestros colegas del medio que están en Perú chequearon algo que después empieza a circular en Argentina nos sirve poder tener eso.
El ejemplo de Salud con lupa es súper interesante porque es de los pocos medios que antes de la pandemia tocaba en profundidad temas de salud y con una mirada regional. Para Latam Chequea fue importante la alianza con ellos para que pudiesen proveer notas en profundidad de temas que a veces son muy complejos de tocar como son los referidos a salud. Y ellos ya venían con una experiencia y una capacidad de análisis y profundidad que no necesariamente el resto de los otros chequeadores teníamos en temas de la salud.
Los miembros del grupo de investigación Medialab UNMSM, participan en el 3er. Congreso Internacional de Medios y Estudios de la Imagen(Democracia, Medios y Pandemia) que se llevará a cabo entre el 1 y 31 de diciembre de 2020.
Como se indica en la URL del congreso, que será virtual, el año 2020 estuvo marcado por una de las mayores pandemias de la historia de la humanidad. Los resultados de la pandemia, muchos de los cuales aún desconocemos, han sido lo suficientemente intensos como para transformar conceptos, valores e importancia en diferentes sectores, incluidos los medios de comunicación.
Se transforman la educación, la publicidad, el periodismo, las diversas
manifestaciones artísticas y las relaciones sociales y humanas; se suman a este proceso las instituciones democráticas. En este escenario, se organiza el III Congreso Internacional de Ecología de Medios y Estudios de Imagen, con el tema Democracia, medios y pandemia, que tendrá lugar a lo largo de diciembre de 2020. El evento también estará marcado por la realización paralela de IV Seminario Internacional Red ITC «Estrategias, iniciativas y retos de la docencia virtual en un momento de incertidumbre glocal», que este año se une a MEISTUDIES.
La Red ITC (Red de Investigación Interdisciplinar sobre Tecnología y
Comunicación, Cibercultura y Nuevos Géneros Audiovisuales) es una red creada mediante convenio en 2016, entre los grupos de investigación de la Universidad Complutense de Madrid, Universidad de Sevilla (España); Universidad Estadual Paulista (Sao Paulo, Brasil); Universidad Autónoma de Ciudad Juarez (Chihuahua, México) y Universidad Nacional Mayor de San Marcos (Lima, Perú). Representando a la Decana de América en este convenio está el Grupo de Investigación Medialab-UNMSM.
Anualmente, la Red ITC organiza los seminarios internacionales de
investigación, que, en los primeros dos años se realizó en la Facultad de letras y Ciencias Humanas.
El Congreso de medios e imagen, realizada desde la primera edición en un formato completamente virtual, la edición 2020 contará con 19 videoconferencistas maestros de 12 países, quienes presentarán sus aportes a través de videos compartidos en la plataforma del evento durante todo el mes de diciembre. Sin embargo, a partir de esta edición, también se realizarán videoconferencias presentadas en tiempo real por los académicos invitados. Además, se organizan 13 mesas de trabajo con diversos temas relacionados en estudios sobre democracia y medios en tiempos de pandemia. Las participaciones se llevarán a cabo a través de comentarios posteriores a la lectura de los artículos aprobados y videoconferencias enviadas por los autores.
Al finalizar el congreso, cada mesa (o conjunto de mesas) de trabajo se convertirá en un ebook, que contendrá los artículos de quienes deseen participar. El evento, organizado por GENEM – Grupo de Estudio sobre la Nueva Ecología de Medios (Universidade Estadual Paulista – UNESP, Brasil) y por el Departamento de Ciencias de la Comunicación de la Universidade Técnica Particular de Loja – UTPL (Ecuador), cuenta con el apoyo de la Cátedra Latina American Transmedia Narratives (con sede en la Universidad Nacional de Rosario, Argentina), del Programa de Posgrado en Comunicación Stricto Sensu (Universidade Estadual Paulista – UNESP.
Oferta universitaria y estudios de pregrado; planas docentes universitarias; investigación; condiciones laborales de los egresados y brechas de género, son los aspectos clave que focaliza el II Informe Bianual sobre la Realidad Universitaria en el Perú realizado por la Superintendencia Nacional de Educación Superior Universitaria, Sunedu.
El informe revela que en los dos años analizados hubo un elevado crecimiento de la demanda de matrículas en las universidades de gestión privada societaria (con sede en Lima Metropolitana y Callao), pero en ellas la selectividad para el ingreso es menor si se compara con la selectividad aplicada en las universidades públicas, en las que el ingreso promedio es 1 por cada 5 postulantes.
Respecto de la carrera docente
Las universidades públicas funcionan con el 70,2% de docentes ordinarios, es decir, con una plana docente en condición de nombrada. En las universidades privadas asociativas solo el 18,5% es nombrado. En las privadas societarias el panorama no es alentador: solo el 4,6% de sus docentes tienen la condición de nombrados.
En cuanto a la competencia profesional, el estudio examina el nivel educativo de los docentes y el grado de internacionalización de su formación de posgrado. A nivel nacional, el 49,3% de los puestos fueron ocupados por docentes con maestría y el 18,1% por docentes con doctorado.
La investigación
Para analizar este item, Sunedu toma en consideración las publicaciones en revistas indexadas, libros y patentes. Sobre las primeras, se revela un mayor número de publicaciones anuales con altos niveles de concentración institucional y temática en esta producción. Este comportamiento ascendente se inicia en el año 2015 y se registra que solo en el 2017 tres universidades concentraron el 56,0% de la producción nacional. En este punto el 68,1% de las publicaciones fueron de Ciencias Naturales, y Ciencias Médicas y de la Salud.
Condiciones laborales de los egresados
El cuarto capítulo del II Informe Bienal ofrece una mirada general acerca de las condiciones laborales de los egresados de la universidad peruana. El estudio analiza la situación de los jóvenes de 21 a 35 años con estudios universitarios completos. Se ha reportado variaciones en las oportunidades laborales a partir de indicadores como región de residencia, características de sus centros de estudios, sectores económicos de desempeño y también la carrera elegida.
Es asi que, al comparar los jóvenes de este grupo con el mismo grupo etario con estudios técnicos o sin educación superior completa, «el grupo de los egresados universitarios se caracteriza por enfrentar bajas tasas de subempleo invisible y de empleo informal, así como por percibir mejores remuneraciones» (Sunedu, 2020). Pero es necesario observar que se presentan variaciones de acuerdo al tipo de universidad: si se ha egresado de una universidad con producción científica alta o media disminuye (-8,8%) la posibilidad del desempleo. Aunque en el Perú aun es un desafio encontrar un empleo acorde con la cualificación obtenida.
Brechas de género
Las mujeres egresadas universitarias entre los 21 y 35 años registran una mayor tasa de desempleo y subempleo visible en relación con sus coetáneos hombres y su salario es 22,1% menor. De otro lado solo el 23,8% de los puestos directivos de la universidad peruana están a cargo de mujeres. De este porcentaje la mayor presencia está en las Ciencias Médicas y de la salud mientras que en las facultades de Ingeniería y Tecnología, solo el 12,2% de los puestos de dirección estuvieron a cargo de mujeres. En cuanto a la presencia femenina en las rectorías universitarias, el informe revela que solo un 8,9% están a cargo de mujeres.
EL II Informe Bienal sobre la Realidad Universitaria en el Perú es un documento de consulta obligada para todos aquellos quienes están trabajando en torno al tema de la universidad peruana, entendida esta como el centro del conocimiento de una nación y el espacio en el que se forman las generaciones que tendrán a su cargo la dirección y conducción de un país.