“Mucha gente, tal vez un número cada vez mayor, siente que nuestra vida despierta está tan repleta de acciones simbólicas como nuestros sueños y que se necesita un medio en el cual las acciones de este tipo puedan encontrar su expresión estética.” (Rudolf Laban)
¿Recuerdas cuál fue el ritmo musical que generó mayor libertad en su cuerpo? y si es así…¿qué sensación sintió en ese momento?
Scottish Dance Theatre, compañía de danza contemporánea de Escocia, presentó las coreografías Ritualia de Colette Sadler y Tutumucky de Botis Seva, por primera vez, en el Gran Teatro Nacional. Este performance que evidencia, de forma clara, la libertad que tienen los cuerpos al compás de la música, se circunscribe bajo la confluencia de dos sensaciones: la pasión y la sensibilidad.
Para los bailarines de Scottish, el poder del cuerpo no tiene restricción: sus movimientos no están limitados a piezas o composiciones específicas; sino por el contrario, exploran e incluyen diversas miradas de nuestra sociedad. Miradas que son evocadas y traídas a espacios visuales gracias al diálogo que la danza genera. Pero, ¿cómo se consigue explorar la sociedad a través de los movimientos?
La sociedad a través de Ritualia y TuTumucky …
Ritualia, precisamente, es un claro ejemplo; pues el elenco de danzantes toma de referencia la idea de la androginia para incorporar, al contexto contemporáneo, la composición tradicional de Les Noce de Igor Stravinsky. La androginia, en esta puesta artística, rompe el pensamiento conservador, que exige que tanto las mujeres y varones deben comportarse de acuerdo a su “género”. ¡Sí, son libres, y sus movimientos así lo reflejan!
Tutumucky, por su parte, sumerge al espectador- a través de los sonidos explosivos, rítmicos, misteriosos y frenéticos- a los procesos de transformación que el ser humano experimenta en la sociedad. El sonido misterioso y la percepción de los cuerpos en explosión conllevan a pensar en la lucha constante que experimenta, actualmente, la sociedad al intentar resquebrajar las reglas de la “cotidianidad”. En la danza, los cuerpos que estuvieron atrapados en el caos parecen encontrar la paz y tranquilidad, sin embargo, en nuestra realidad, esto aún es una búsqueda constante…
En general, las dos coreografías no solo ofrecieron una puesta en escena en la que se reflexionó y se comentó acerca de lo que sucede en nuestra realidad; sino, además, evidenciaron las formas en la que libertad y los movimientos encajan, perfectamente, en la danza contemporánea.
Por Yessenia Coronel (yessenia.coronel@unmsm.edu.pe)
Fotografía: Gran Teatro Nacional