La Guerra del Pacífico no fue una guerra contra Chile, en realidad, fue la guerra de los peruanos y de los intereses de quienes buscaban su propia conveniencia.
A pesar de la brutalidad, la supremacía armamentista del enemigo y la poca preparación militar de los peruanos, tuvimos una oportunidad, un pequeño rayo de luz en la temible tormenta.
La resistencia de los montoneros liderada por Andrés Avelino Cáceres pudo haber culminado con nuestra victoria y la permanencia de Tarapacá y Arica en territorio peruano; pero ¿Cómo esto no logró su propósito?
Mientras la Resistencia ocurría en la sierra, las haciendas del norte sufrían ataques chilenos, esto ocasionó una separación aún mayor. Los hacendados del norte velaron por sus intereses económicos, dejando de lado los del país. Ellos, en conjunto, eligieron a Miguel Iglesias como nuevo presidente para lograr el objetivo de finalizar la guerra.
Se firmó el Tratado de Ancón, con el cual se entregaba Tacna y Arica por un tiempo de diez años, Tarapacá de manera permanente y una suma de diez millones de pesos.
Según algunas investigaciones, Chile pensó que con el apoyo que recibía de Inglaterra ganaría la guerra en un año y que el Perú entregaría Tarapacá, Tacna, Arica y Moquegua para siempre, además de la suma de veinte millones de pesos por su rendición; sin embargo, esto cambio en gran parte por la Resistencia de los montoneros.
Pero, ¿Qué hubiera pasado si los del norte se hubieran aliado con los de la sierra?.