Las nuevas medidas dictadas por el Gobierno para contrarrestar la pandemia de la Covid-19 podrían ocasionar nuevamente un impacto negativo al turismo por las restricciones que conlleva tras apenas tres meses de haber iniciado la reactivación económica de este sector.
Luego de estar cerca de siete meses inactivo, el sector turismo empezó con la reactivación de sus actividades como parte de la fase 4 del plan de Reactivación Económica mediante campañas gestionadas por el Ministerio de Comercio Exterior y Turismo (Mincetur), a través de la Comisión de Promoción del Perú para la Exportación y el Turismo (PromPerú).
Sin embargo, este último martes, a través de un mensaje a la nación, el mandatario Francisco Sagasti anunció que se aplicarán nuevas medidas para contrarrestar la ola de contagios de la covid-19. Dentro de la nueva normativa, está la aplicación de una cuarentena en 10 regiones del país consideradas como zonas de nivel extremo.
Dentro de estas medidas también se aplican restricciones en el transporte aéreo y terrestre, el aforo en los centros culturales y de entretenimiento, centros de abastecimiento, por consiguiente, los sectores que están dentro y forman parte de la actividad del turismo interno en el país en las tres zonas identificadas.
Si bien en las zonas consideradas como nivel alto aún estarán permitidos los viajes interprovinciales tanto terrestre como aéreos, las que se encuentran en nivel extremo tienen restringido el transporte interprovincial y mantendrán sus centros culturales cerrados hasta el 14 de febrero lo cual generaría un descenso con respecto a los ingresos del turismo en dichas ciudades.
Un ejemplo de cómo pueden afectar las nuevas normas y restricciones está en el Cusco. Machu Picchu, atractivo turístico que obtuvo el reconocimiento como la mejor atracción turística de Sudamérica en los World Travel Awards 2020, es uno de los destinos que vuelve a cerrar sus puertas por 15 días. Este cierre puede llegar a generar pérdidas de hasta 700 mil dólares por día. Además, según la Cámara Nacional de Turismo (Canatur) se estima un aproximado de pérdida de 300,000 empleos directos y 500,000 indirectos.
Sin duda alguna, este panorama podría pronosticar una lenta recuperación del sector y afectaría especialmente a los trabajadores que se enfrentarían nuevamente a un futuro incierto que podría agravarse al volver a aplicarse las medidas que dejaron al sector inhabilitado por siete meses.