Muchos artistas musicales se han visto obligados a buscar la forma de reinventarse dado el contexto de pandemia y el insipiente apoyo del estado al sector musical.
Algunos de ellos optaron por migrar a medios virtuales y continuar en forma de streaming en redes sociales y otras plataformas de vídeo, esforzándose por rentabilizar su arte lo máximo posible.
Desde mediados de marzo que las actividades culturales se paralizaron y con ellas los conciertos masivos, las discotecas y los contratos por presentaciones en eventos.
El distanciamiento social caló gravemente en el sector, pues las masas de gente que se reunía a bailar mientras sus músicos favoritos tocaban y cantaban quedó en el ayer.
Las productoras musicales se han ido adaptando a estas nuevas plataformas virtuales, intentando imitar en lo mayor posible un show en vivo.
”Se utiliza el mismo equipo de calidad que un show presencial. A ello se suma la logística de las cámaras, implementos de bioseguridad y pruebas rápidas para los técnicos.”, afirmó para Perú21 Julio Neyra de M&M Shows, estudio que ha desarrollado streamings con Zen, Puro Sentimiento, La Gran Orquesta y Los Lagartos.
Además, el ingreso monetario ahora solo depende de la venta de entradas y alianzas publicitarias con marcas. Sin embargo, las ganancias no llegan ni a la mitad de lo que solían ser en tiempos de pre-pandemia, pues el costo para producir en mejor calidad para las plataformas virtuales es mucho más elevado por los nuevos equipos y protocolos de seguridad y limpieza.
Volver a bailar una salsa, cumbia o rock al ritmo de la música en vivo acompañado de amigos se ve muy lejano. Es adaptarse o desaparecer de los escenarios. Así como los artistas se ven obligados a ajustarse a la nueva normalidad, también lo está el público.