El sitio arqueológico, Garagay, se encuentra ubicado en el distrito de San Martín de Porres en la mitad del área de Lima urbana. Pertenece al periodo del Formativo Andino hace más de 3.500 años. Fue estudiada, investigada y excavada por el arqueólogo Rogger Ravines en 1975. Se conforma por tres estructuras en forma de terrazas dispuestas en forma de “U”. Dentro del centro ceremonial construido sobre el valle del río Rímac, sobresalen altorrelieves de barro al estilo de la Cultura Chavín, posiblemente representando a sus dioses.
En este centro ceremonial, durante los años setenta se desarrollaron excavaciones arqueológicas que dieron a conocer la notable calidad arquitectónica de los complejos y de los cada uno de los espacios que la constituían. Este monumento como muchos otros que se encuentran en la ciudad, fueron en un principio dejados a su suerte debido al avance de la ocupación urbana y la constante invasión de sus áreas. Incluso, llegó a albergar en 1961 una torre eléctrica de alta tensión en la cima de la principal pirámide de la huaca, esta fue retirada luego de cincuenta y tres años en 2014. Durante el conflicto armado interno en los 80’ fue dinamitada tres veces por terroristas de Sendero Luminoso. Pese a que fue protegida con un cerco, en 1985 fue invadida y saqueada.
La ciudad de Lima, según datos del Ministerio de Cultura, posee un total de 431 huacas a nivel provincial. 377 de estas han sido declaradas como patrimonio cultural de la nación. Sin embargo, solo 27 de ellas han sido acondicionadas y sólo 14 de ella puestas en valor. Las huacas, en su mayoría, se encuentran en un estado de vulnerabilidad constante, debiéndose al uso de la población de forma inadecuada como botaderos de residuos o “fumaderos” por personas de mal vivir, convirtiéndolos en inseguros e insalubres, impactando de una manera irreversible en estos patrimonios.
En su origen, las huacas se encontraban en zonas estrategias, ejercían controles en aspectos religiosos, económicos y administrativos de cada una de las culturas que las edificaban. Sumado a ello se encontraba la interconexión en una red de rutas que abarcaban márgenes comerciales y de producción de los pobladores, en ese sentido, la sinergia y funcionamiento de las huacas con la ciudad, está en un profundo vinculo estrecho.
Para lograr una verdadera preservación de este y muchos patrimonios no solo hace falta comprenderlos como la revaloración de nuestra identidad, el auto reconocimiento como peruanos y peruanas, u orientar nuestra mirada en perspectiva, sino que debe haber un cambio de enfoque donde las huacas formen parte del tejido urbano. De esta manera formará una parte significativa del imaginativo e identidad colectiva de forma que represente valores positivos. La realización de un plan específico para cada zona que se encuentre dentro de la influencia de una huaca y su relación a nivel local y metropolitano podría ser un inicio, de esta forma poder tomar las decisiones más acertadas respecto al plan de intervención del monumento y la normativa correspondiente a su preservación.