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Ciudad de dios, una ciudad frenética

Es un drama del año 2002 dirigido por Fernando Meirelles y Kátia Lund, escrito por Braulio Mantovani y protagonizado por Alexandre Rodrigues, Leandro Firmino, Felipe Hagensen, entre otros. Una cinta brasileña que retrata con mucho realismo la violencia, la pobreza, la desigualdad social y el ambiente hostil de la Ciudad de Dios, donde se desarrolla el film, acumulando mucha carga emocional y escenas impactantes.

Escena de «Ciudad de dios» (2002)

Contada de forma no lineal, a través del flashback, montaje y rápidos movimientos de cámara. Posee un ritmo acelerado y escenas en las que agrupa muchos personajes, muchas escenas y sintetiza casi 2 décadas de crecimiento de la ciudad a la par de sus personajes. Lo que podría ser abrumador para el espectador, llega a ser atractivo y atrapante.

Otro punto importante es el entrelazado de historias; cada personaje posee relevancia en su contexto e influye en la realización de los demás personajes, esto se evidencia ya sea a través de giros narrativos o el efecto dominó que atrapa a los protagonistas mientras crecen y se degradan junto con la ciudad.

Por otro lado, tenemos el realismo fílmico que la asemeja con un documental, no solo por la cercanía y la suciedad arbitraria de la cámara, sino por el uso de no actores o actores que realizaban su primer papel. Este atrevimiento ofrecía una interpretación muy cercana a la cotidiano y esto armoniza claramente con el retrato citadino.

Esta no es solo una cinta del crecimiento de una ciudad y sus personajes, sino que es más una obra total que engloba un pequeño mundo con sus lados positivos y negativos. Toca fibra sensibles e invita a la reflexión a su manera. A pesar de que han pasado 19 años de su estreno, sus temas aún parecen estar vigentes.