Cultura

Los panópticos modernos

El panóptico penitenciario ilustrado por Jenni Fagan.

A finales del siglo XVIII Jeremy Bentham diseñó una construcción a la que denominó el Panóptico. El término proviene de los vocablo griegoss “pan, opsis y tikos” los cuáles traducidos al español significan “todo, vista o ver, y relativo a”; entendiéndose como “relativo a verlo todo”. Este término fue utilizado para designar a las cárceles donde el vigilante podía observar a todos los prisioneros desde un punto de vista estratégico sin que estos pudieran advertir si eran observados o no.

El panoptismo desarrolla la idea de un ente que todo lo ve, que todo lo escucha pero que no puede ser visto ni oído por los otros. Contrario a lo que se podría pensar, hoy el panoptismo se encuentra cada vez más presente en nuestro entorno. Y también justificado en el mismo principio que el de sus incios: garantizar el orden público. Ejemplo de ello son algunos lugares físicos como los centros comerciales, las escuelas o los hospitales, donde existen cámaras que nos observan constantemente sin que muchas veces nosotros nos percatemos de que lo hacen.  Otro ejemplo de panóptico moderno serían las redes sociales y los dispositivos móviles donde estas se desarrollan. En estas tecnologías almacenamos recuerdos, pensamientos, deseos, mediante fotos, videos, mensajes e incluso likes. Los cuales en conjunto representan una parte significativa de nuestra privacidad, pero hoy transformados en archivos digitales. Es decir, nuestra intimidad se convierte en un lenguaje formado por textos e imágenes. 

Pero algo que diferencia a los mecanismos de vigilancia actuales es que son más sutiles en comparación a la torre panóptica diseñada por Henry Bentham. Estos mecanismos son más sutiles porque en lugar de hacer sentir vigilado al individuo, lo incentivan a actuar de determinada forma.  Es decir, las personas ya no son coaccionadas a actuar de cierta manera sino animadas. Y ya en esta sociedad panóptica todos somos conscientes de que podemos ser observados en cualquier momento por eso como respuesta actuamos de determinada forma. 

El panoptismo, pues, refleja el mínimo acceso y máxima exposición, lo que equivale inevitablemente a una anulación total de la privacidad de los individuos. Por eso hoy, con tan solo nuestro número de documento de identificación, nuestra tarjeta de crédito o nuestro número de teléfono, un desconocido puede tener conocimiento de nuestra vida social, financiera e incluso familiar. Por lo tanto nuestra capacidad para regular el grado de exposición y la información que ofrecemos a los otros se ve extramademente alterada por estos panópticos modernos.