Foto: César Cahuana
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Planta de oxígeno en Manchay

    

La parroquia de Manchay en Pachacamac ha inaugurado la primera planta de oxígeno del distrito y tiene un costo de 150 soles

La zona más poblada de Pachacamac se llama Manchay y significa miedo, según el vocablo quechua. Es un pueblo joven lleno de migrantes que llegaron a Lima huyendo del terrorismo, y desde que fue fundado jamás sus vecinos sintieron un miedo tan real hasta la llegada del Covi19. Manchay no sufre de una delincuencia desbordante, no hay asaltos diarios noticiados qué resolver; al contrario, su juventud está abocada a los estudios y al voluntariado gracias al apoyo de la Iglesia católica.

La primera vez que Manchay estuvo en la televisión fue cuando el postulante a la alcaldía de Lima Luis Castañeda Lossio retó a un debate a su contrincante Alberto Andrade de esta forma: “Quieres debate, vayamos a Manchay”. La segunda, fue por la película La teta asustada, de Claudia Llosa, que se filmó enteramente en Manchay con pobladores de la zona y que fue nominada a los premios Oscar. 

En su historia la persona más importante ha sido el sacerdote católico José Chuquillanqui, sacerdote jaujino que llegó en 1994 cuando Manchay era un arenal. Con los años y gracias a su gestión el pueblo manchayno posee espacios educativos, colegios, institutos, asilos, lugares de retiro, iglesias, pistas, alumbrado, agua, desagüe, y hasta un estadio; pero cuando estaba por construirse el hospital, el sacerdote se fue. 

En los tiempos de Covi19 la población ha sido prudente, pero no ha podido contra el enemigo invisible. Hasta abril del 2021 el número de contagios en Pachacamac ha sido de 4770, que equivale al 0.69% de su población total, con una tasa de mortandad mínima. Sin embargo, para los casos graves la población se veía con las manos atadas, ya que no es una sociedad pudiente. 

A principios de año la Municipalidad de La Molina construyó una planta de oxígeno cercana a Manchay, pero por disposición municipal la recarga del oxígeno medicinal solo era viable para los residentes en dicho distrito, por lo que los pobladores de Manchay tenían que ir hasta Puente Piedra o San Juan de Lurigancho por una recarga de oxígeno. Era viajar o morir. 

Foto: César Cahuana

Pero el 10 de mayo del 2021 la Iglesia Católica le ganó a la Municipalidad de Pachacamac la carrera por instalar una planta de oxígeno medicinal en el distrito. Por gestión de la Iglesia y el párroco Cesar Valdivia, reemplazo del padre José, fue inaugurada la primera planta medicinal del distrito lo cual supone una vía de salvación para muchas personas que sufren las consecuencias del Covi19. 

La planta de oxígeno está ubicada en el Trentino Juan Pablo II, y el costo de la recarga es de 150 soles y para los bajos recursos se les da la posibilidad de entrevista previa para no cobrarles. Su capacidad es de 20 a 30 balones por día. Manchay debe ser de los pocos lugares del Perú donde la iglesia hace más obras y se organiza con mayor rapidez que cualquier gobierno municipal.