En los últimos años la ropa vintage ha tomado gran importancia en el mundo de la moda, cada vez son más las personas que se interesan por esta tendencia. Algunos no solo ven esto como una moda, sino también como una oportunidad para reducir la huella de carbono en el planeta, ya que la mayoría de prendas vintage se suelen vender en tiendas de segunda mano.
La historia de la ropa vintage se remonta a la época del crack del 29 donde muchas de personas empezaron a dejar de usar prendas ostentosas, entre ellas sus abrigos de pieles, los cuales fueron llevados a un almacén y dejas en el olvido. Tiempo después, Sue Salzman se encargó de comprar estos abrigos en tiendas para personas necesitadas y abrió una tienda en Nueva York, donde empezó a venderlos y promocionarlos en prestigiosas revistas. Fue así como inició el furor por las prendas vintage. Cuando ya se había agotado todo el stock, intentaron realizar imitaciones, pero no tuvo acogida.
Algo que se debe precisar respecto al concepto de “ropa vintage” es que esta no es la ropa nueva inspirada en la antigua, sino que es la ropa confeccionada y usada en años o décadas anteriores y que cobraron valor con el tiempo. Una prenda vintage debe mantener todas o casi todas sus características intactas, es decir, botones completos, mismos acabados y colores , entre otros que la harán lucir reluciente y podrá competir con una prenda nueva del mercado.
Como se recalcó en un inicio, la ropa vintage está ayudando a reducir la huella de carbono y a mantener un armario sostenible. Arjen Hoekstra, impulsor del concepto huella hídrica, calcula que
«para fabricar una camiseta de algodón de utilizan unos 2.900 litros de agua y en unos vaqueros gruesos unos 11.800»
Hoekstra, 2002
Con frecuencia, las prendas que compramos en las tiendas por departamento solo las usamos entre siete u ocho veces y después las desechamos, según Laura Bech en la revista “Hola”.
A raíz de esta nueva tendencia, se han originado las “tiendas de segunda mano” o “thrift shop” que se encargan de vender ropa, en su mayoría, vintage. La ventaja de estas tiendas es que los precios suelen ser súper accesibles. Acá en el Perú, específicamente en Lima, tenemos a Tacora, un lugar donde consigues de todo, desde electrodomesticos hasta prendas de vestir desde un sol. Si bien no son tiendas “formales”, debes de saber que muchas otras tiendas que se encuentran en internet, inflan los precios de estas ropas, rompiendo con una de las características de una tienda de segunda que es tener precios accesibles.
A pesar de que esta es una tendencia que ayuda a reducir el impacto medioambiental, existen muchos prejuicios respecto a la ropa de segunda “de dónde vendrá”, “quién la habrá usado” o “podría contener enfermedades”. Sin embargo, todos estos prejuicios fueron tomados por los hippies y fueron ellos que a manera de rebelión empezaron a usar estas prendas, no solo por moda, sino para mostrar su posición contra el sistema capitalista.
Con todo esto, no se busca que las personas no compren ropa nueva, sino que reduzcan su consumo y dejen de hacer compras innecesarias, y en la medida de lo posible que compren en tiendas que salvaguarden el medio ambiente, como es el caso de las tiendas con ropas vintage.