La “Obertura 1812” fue realizada en 1880 por Piotr Ilich Tchaikovsky, quien fue un compositor ruso nacido el 8 de mayo de 1840. Además, realizó otras composiciones como: El lago de los cisnes (1877), la ópera Evgeny Oneguin (1878) y Capricho italiano (1880).
Esta composición musical surge tras el interés del zar Alejandro II por rememorar la victoria rusa frente a las tropas napoleónicas en 1812, para lo cual se propone la construcción de la catedral de Cristo Salvador en Moscú. Este hecho conllevó a la realización de una pieza que conmemore los hechos suscitados durante la guerra y así poder ser interpretada el día de la inauguración de la catedral.
En un principio, los planes de Tchaikovsky para su composición incluían una interpretación al aire libre en la plaza de la catedral, además del sonido de campanas y cañones que coordinen con la música; pero, lamentablemente, no se pudo realizar de esta manera.
Esta pieza posee una gran carga significativa en la historia de Rusia, pues es una especie de narración de la campaña militar llevada a cabo por la Grande Armée de Napoleón Bonaparte en su invasión a tierras rusas y que, para desgracia de las tropas napoleónicas, terminaron en total fracaso.
La magnífica obra musical de P. Tchaikovsky comienza con una melodía rusa titulada “Dios proteja a su pueblo” que, como se puede apreciar, es de índole religioso y simboliza el hecho de cómo se dio a conocer al pueblo, en las congregaciones religiosas, la noticia de la guerra declarada entre Francia y Rusia, para ello se hace uso de violas y violonchelos.
Posteriormente, la armonía cambia con la incorporación de flautas y oboes, además de un ligero aumento en la intensidad del ritmo como representación de la angustia vivida por el pueblo ruso frente a la guerra.
La armonía cambia nuevamente con el sonido de los timbales acompañados por las rápidas frecuencias de las cuerdas que, además, están complementados por los demás instrumentos del resto de la orquesta. En esta parte se simbolizaría el llamado a la preparación de la defensa del pueblo ruso.
La invasión de los enemigos franceses se representa con una melodía de armonía intensa y tétrica bajo la implementación de bajos y violonchelos.
Con el sonido de los tambores se introduce un fragmento del himno nacional de Francia, La Marsellesa, como símbolo de Napoleón Bonaparte e indicio del avance victorioso de sus tropas, pero hay que precisar que se utilizó por su vigencia durante el año de la creación de la pieza musical en 1880, puesto que el año de la guerra este se encontraba prohibido.
Por un momento, la rápida frecuencia y la mayor intensidad en las cuerdas representan el contraataque ruso; sin embargo, vuelve a imponerse La Marsellesa que va disminuyendo su intensidad como representación de una breve pausa de las acciones bélicas.
Se hace un llamado a la unión para la fortaleza del bando ruso mediante una armonía alegre conocida como “u vorot”, la cual rememorará la vida alegre del pueblo ruso lejos de las guerras a través del uso de flautas, clarinetes, panderetas y violonchelos, siguiendo un timbre agudo y ameno.
La melodía de las cuerdas como representación de los rusos y la melodía al ritmo de La Marsellesa como representación de las tropas de Napoleón chocan una y otra vez como simbolización del enfrentamiento, pero una vez más se impone la melodía francesa.
Pese a todo, un momento crucial de la composición musical es el sonido de los 5 disparos de cañones como símbolo del avance y desafío de los rusos frente a las tropas napoleónicas en representación de la batalla de Borodinó el 7 de setiembre de 1812. A pesar de las constantes victorias de los franceses, comenzaron a decaer por la precaria condición que habían adoptado teniendo al clima de invierno ruso en su contra.
Nuevamente se escucha la melodía religiosa del principio, “Dios proteja a su pueblo”, pero esta vez con una armonía de carácter triunfante como representación de que las plegarias hechas por los rusos fueron escuchadas, para ello se hace uso de los sonidos de todos los instrumentos de la orquesta, así como el de las campanas.
Por último, ya al final de la composición, se escucha la melodía del himno “Dios salve al Zar” que es acompañado del sonido de las campanas y de 11 disparos de cañón que simbolizan el contraataque ruso que les permitió derrotar a los invasores franceses. Aquí cabe precisar también que dicho himno se utilizó en la composición de esta pieza por su vigencia el año de creación y no cuando sucedió la guerra.
Bibliografía:
Olguín Álvarez, J. (2020). OBERTURA DE 1812 OP. 49, BREVE RESEÑA HISTÓRICA Y UNA GUÍA DE AUDICIÓN. Revista de Marina, 137(977), 43-48.