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FERIA CACHINERA 2020: Un reencuentro de marcas independientes y compras locales

Los pasados 18, 19, y 20 de diciembre, en Barranco, se llevó a cabo la edición “Feria Cachinera Navideña”, después de 9 meses de inactividad por la crisis sanitaria causada por el nuevo coronavirus.

Protocolo de ingreso a la Feria Cachinera 2020. FUENTE: https://www.facebook.com/feriacachinera

Hace 10 años, esta feria comenzó a raíz de la idea de generar un espacio de convergencia para las diferentes marcas de diseño independiente y moda sostenible de Lima (y posteriormente de provincias). Se arriesgaron en todo, y el resultado fue un total éxito. Con miras de organizar “Ferias Cachineras” en el 2020 en Trujillo, Chiclayo, Huancayo y Ayacucho, los bazares presentados sufrieron un brutal cambio. Además del paro laboral, el aislamiento social por Covid-19 fue lo más grave. Anualmente se organizaban de 2 a 3 eventos por año… exceptuando este. Golpeados por el coronavirus, se vieron obligados a crear un espacio web llamado “Mercado Cachinero”, dirigido exclusivamente a las compras online. Si bien se posicionó como la primera web peruana que apostó por la venta de diseño alternativo y moda vintage (moda sostenible), se notaba la falta de frescura al ir presencialmente a la feria.

Pero al fin… después de 9 meses de ausencia, llegó el momento. Obtuvieron todos los permisos de la municipalidad, siguieron los protocolos de seguridad, y se prepararon para el regreso de la “Feria Cachinera Navideña 2020”. ¿Hubieron cambios? De hecho que sí. Pero la esencia del evento siguió siendo la misma. El impulso hacia las compras locales ha crecido potencialmente desde el 2010. Ahora en los stands del evento se pudieron observar (además de tiendas de ropa vintage como las ya conocidas “Luk Xina” o “La Petaca”) marcas de cosmética natural como “Los jabones de Rocío” o “Warmi”, tiendas dedicadas solo a accesorios como “X-Tine” o “Macalú”, proyectos destinados a la reducción del uso de plástico y a potenciar el uso del bambú como “Bambú Biodé”, ilustraciones exclusivas de diseñadores o dibujantes como “El Arándano” o “Darla no está”, venta de interiores con estampados a elegir como “Moonlight” o “Fatcat”, tiendas de instrumentos musicales como “El grito” o “Tiki”, centros de moda ecológica para mascotas como “Ecota”, etc.

Todos los feriantes usaban mamelucos de protección. FUENTE: https://www.facebook.com/feriacachinera

Como medidas de seguridad tomaban la temperatura para el ingreso, los feriantes hacían uso de mamelucos protectores morados, habían botellas de alcohol desinfectante en cada rincón, y el aforo fue reducido. Como parte del evento, no pudo faltar el regalar girasoles a los visitantes, ni el hacer sorteos para aumentar el interés y, por qué no, la calidez de las compras. Para finalizar los días de feria, se presentaron pequeñas bandas locales que hicieron sonreír al gentío. Entre tote bags, mascarillas, afiches, productos, plantas suculentas, y focos de colores, se apreciaba el sentimiento de recuerdo de años anteriores y de fechas pasadas. Una adaptación actual de lo que eran nuestras vidas antes del coronavirus, pero con pequeñas aunque notorias diferencias.