El trapiche, Alienación y La vieja quinta son cuentos de escritores peruanos que inspiraron la realización de cortometrajes.
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Cuentos peruanos y sus cortometrajes

Forman parte de nuestro bagaje cultural. De la memoria peruana. De la selección de historias con la que forman a los estudiantes peruanos y se impregnan en sus memorias como historias vigentes de la sociedad. Una realidad entredicha con guiños a nuestras acciones y señales de la mente acongojada por el cambio paulatino de una ciudad progre. Estos cuentos han pasado del papel, de la tinta roída entre páginas, a clips. Imágenes que presentan a personajes, inicialmente, creados por nuestra imaginación. Y , que ahora, tienen un rostro existente.

El objeto de reflexión es el famoso cuento de Julio Ramón Ribeyro, Alienación. Una obra realista del racismo internalizado en muchos peruanos. Escrita en 1954, sigue dejando, en la actualidad, el efecto de transmitir el fondo y forma del comportamiento de una sociedad. El cuento en mención, fue cedido por el hijo del autor peruano, Julio Ribeyro. Los derechos de autor fueron adquiridos por el director Alex Fischman, quien desde el año 2019 estuvo trabajando en el proyecto de creación del cortometraje.

Como menciona el famoso crítico Bazin, en su obra ¿Qué es cine?, el séptimo arte alcanza su plenitud al ser el arte de lo real. Esta realidad representada en las obras de Ribeyro es la misma realidad de la que se acoge Fischman para darle vida a la historia. Mediante el fluir de ideas y los agudos pensamientos del personaje principal, Roberto, interpretado por el actor Aníbal Lozano, el cuento se constituye desde la mirada interna y del otro como una visualización estética no solo del espacio, sino desde una mirada psicológica.

Basada en el cuento de Julio Ramón Ribeyro Alienación. (Video: Vimeo)

Otra de las profundas historias del cuentista peruano, miembro de la generación del 50, que ha partido del papel a la pantalla es Tristes querellas de la vieja quinta. El cortometraje se titula La vieja quinta  y nos presenta a los entrañables y refunfuñones, personajes Memo y Pancha y su cotidiana vivencia retratada de hostilidad. Una rivalidad que parte del acompañamiento en la soledad y un expreso sentir de atención.

Heredó el loro en su jaula colorada y terminó, como era de esperar, regando las macetas de doña Pancha, cada mañana, religiosamente, mientras entre dientes la seguía insultando…

La vieja quinta es, también, un cortometraje de Fieschman. Esta película la adaptó a la edad de 17 años. En el 2015. Ese mismo año, también, formó parte de la selección oficial de SPIFFEST, Sacramento International Festival, Hollyshorts Film Festival, Starz Denver Film Festival, entre otros premios.

Producción inspirada en Tristes querellas de la vieja quinta de Julio Ramón Ribeyro. (Video: Vimeo)

Otro de los cortometrajes peruanos es El trapiche, inspirado en el cuento del mismo nombre, del escritor José Watanabe. La obra parte de un mito, que sitúa la historia en la revolución de Laredo de 1932. En ese espacio-tiempo, los personajes darán vida a sus fantasías y miedos que encarnan en el trapiche y lo que significa para ellos aquella herramienta de trabajo que aparece siempre trastornando sus sueños.

La animación El Trapiche fue realizada en stop motion y hecha con material de plastelina. Además, la producción estuvo a cargo de La Casa de la Literatura. Donde uno de los objetivos es la difusión del cuento poco conocido de José Watanabe. Relato publicado en la revista Narración en 1966.

El stop motion está inspirado en el cuento de José Watanabe. (Video: Casa de la Literatura peruana)

Escrito por: elizabeth.condori@unmsm.edu.pe

Fotografía principal: Elaboración propia.