ArteCultura

El ‘art rock’ en la música de Radiohead

Por décadas, el rock -como cualquier otro género- ha ido teniendo altas y bajas en cuanto a su acreditación como género musical «serio» e «importante». Sin embargo, a finales de los ’90s, esto dejaría de estar en debate con la llegada y posterior evolución de Radiohead.

Durante la década de los ochenta, uno de los subgéneros del rock se llevó al ámbito mainstream en una forma que el público dejó de seguirlo: el hair metal, que retrataba una mezcla de glam rock, pop y heavy metal. Mientras, el pop tomaba mayor influencia en la vida cotidiana de las personas; pero la llegada de los ’90s supuso un cambio paradigmático, en tanto bandas como Oasis o Blur maximizaban la expansión del britpop. Paralelamente, Radiohead venía publicando dos álbumes durante 1993 y 1995; sin embargo, fue en 1997 con ‘OK Computer‘ que llevó al género a su cúspide artística.

Una percusión hipnótica, riffs reverberados, bajo saturado a niveles sintéticos, solos con tintes eléctricos de la mano de Jonny Greenwood, y una performance y lírica por parte de Thom Yorke que retrataba la anticipación social, mundial e íntima hacia el inminente cambio milenario. El rock que emanaba de las canciones ameritaban composiciones más complejas, una vasta conceptualización filosófica y adiciones estéticas propias de la banda. Basta notar todo lo mencionado en canciones como Paranoid Android, Exit Music (For A Film), Let Down o The Tourist.

Asimismo, estos patrones musicales que asemejaban una virtud artística se hizo una constante en todos sus álbumes posteriores. ‘Kid A’, publicado en el 2000, fue todo un hito en la historia de la música por mostrar la metamorfosis de una banda que había alcanzado la cima. Este álbum se tornó, en esencia, electrónico -pero con el rock como piedra angular- y con variantes temáticas de la tecnología en un mundo distópico, junto con el uso de sintetizadores, vocoder, y demás instrumentos novedosos que iban contra la escena musical popular. No tuvo ningún videoclip promocional, más que fragmentos audiovisuales regados por la incipiente web: Radiohead hizo todo lo contrario a seguir en la fama.

El camino se fue repitiendo. ‘Amnesiac’ del 2001 continuó con la vertiente electrónica, pero añadió al jazz como género complementario. ‘In Rainbows’ (2007) por su parte recobró la espiritualidad vista 10 años antes: la banda tomó la decisión de mostrar un sonido crudo, arreglos atemporales y letras que iban en torno a reflexiones románticas-depresivas. ‘A Moon Shaped Pool’ del 2016 es el más reciente, pero a la vez, el más sentimental de todos: la incorporación de orquesta musical dota de una teatralidad sui generis.

Una teatralidad artística en el género que no se ha visto antes en la historia de la música, y que es poco probable que se vuelva a repetir. Un ‘art rock’ (rock artístico) que mostró la prevalencia del género como algo fundamental.