René Magritte pintó en 1928 mientras estaba en París “Los amantes”, una obra que representa su etapa surrealista y que deja su interpretación libre al público.
El pintor belga dejó una de las obras más representativas para el arte. A pesar de que él nunca se consideró parte del surrealismo. los expertos lo incluyen como uno de los representantes del movimiento surrealista.
Magritte se encontraba en París en el año 1928, fue ahí donde realizó una de sus pinturas más representativas: Los amantes. Es un óleo sobre lienzo de 54,2 x 73cm. El contraste entre los colores fríos y cálidos le atribuye un toque nostálgico y la representación de la pintura es en realidad subjetiva.
Se han creado diversas teorías sobre el verdadero motivo por el que el pintor realizó esta obra. Algunos dicen que se trata sobre un amor prohibido, otros piensan que se debe a la superficialidad en algunas relaciones; pero ninguna de esas teorías está cerca a la historia detrás de aquel beso y el velo.
Cuando Magritte era un adolescente, pasó por un episodio que lo iba a acompañar por lo que le quedaba de vida: el suicidio de su madre. Él presenció cómo sacaban el cuerpo de su madre del río Sambre, lugar al que ella se había lanzado para quitarse la vida. Cuando salió, tenía la cabeza enrollada en una tela blanca mojada. Este hecho se quedó marcado en él y, a pesar de que nunca lo dijo abiertamente, podría ser el principal motivo de esta pintura.
La interpretación de esta pintura es, en realidad, subjetiva. El público le otorga el significado que mejor le parezca, pero es muy probable que la obra no tenga relación alguna con todas las interpretaciones que se le han atribuido. A pesar de que el pintor nunca afirmó la relación entre la obra y el suicidio de su madre, es este el posible motivo más cercano al verdadero origen de la pieza del surrealismo.
La tela blanca mojada es un elemento presente en otras obras de Magritte como La astucia simétrica, La invención de la vida, Homenaje a Mack Sennett o La filosofía en el dormitorio.