Más allá de un medio recreativo, nació como una manifestación de lo místico, lo intelectual. No debería sorprendernos que provenga del griego mousikē, entendido como “el arte de las musas”. En palabras de Jean-Jacques Rousseau, “es el arte de combinar los sonidos de una manera agradable al oído”. No obstante, yo terminaría por definirla como el arte de crear y manipular sonidos preexistentes para concebir una obra sui generis en base a los principios de melodía, armonía y ritmo.
En base a esto, la música se ha transformado en una pieza clave de nuestras actividades cotidianas. Empaquetada en jingles, en esas radios y playlists de fondo que sintonizamos al cocinar, limpiar o estudiar; cuando buscando algo con qué sentirnos identificados y que llene el vacío que el silencio insiste en consumir. Perfecta para las más drásticas catarsis como los momentos de plenitud absoluta.
¿Qué es la educación musical? Esta comprende todo lo que rodea los procesos de enseñanza y aprendizaje con respecto al ámbito de la música: el sistema educativo, los programas educativos, los métodos de enseñanza, las instituciones, los responsables, maestros y pedagogos, etc. Tal y como declara Robert Lake: “La música prepara al cerebro para formas elevadas de pensamiento” (2002, párrafo 1).
Según Mauricio Giordanelli en su obra «La Música en la Educación», de acuerdo a investigaciones, se ha observado que los estudiantes que reciben lecciones de música discriminan mejor el lenguaje que aquellos estudiantes que no toman música. “Las investigaciones también demuestran que los estudiantes de secundaria que obtienen los mejores resultados son los estudiantes de música” (Luehrsen citado por Delisio, 2007, traducción del autor).
Como músico amateur, mi aprendizaje ha sido primordialmente autodidacta. No obstante, me habría encantado tener la oportunidad de aprender a tocar la música que me gustaba en la escuela, pero esta enseñanza se limitada a ser superficial, basado en modelos conservadores que no terminaban por convencer. Esto me lleva a cuestionarme sobre cuán eficaz ha sido el modelo educativo en relación a conceptos musicales en las escuelas a lo largo de los años y de qué forma se podrían solventar sus deficiencias.
“El problema es que los modelos de educación dominantes, a través de los cuales estamos intentando abordarlos, se hallan anclados en los métodos y valores de la era industrial, que fueron los que dieron origen en primer lugar a muchos de esos problemas. Solo con hacer que estos sistemas funcionen de modo más eficiente no basta. Lo que necesitamos es un nuevo paradigma para la educación, en el sentido más estricto del término” (Robinson, K. en Gerver, 2010:7).
Lo que necesitamos es un cambio de paradigma respecto a la impartición de conocimientos musicales. Muchos jóvenes no tienen la misma pasión por esta rama de la misma forma que la tuvieron de niños. Un apoyo del Estado por la promoción de talentos musicales, así como la implementación de actividades abiertas a todo público donde puedan demostrar sus dotes musicales de forma entretenida y didáctica. Debemos dejar de ver al curso de música como una asignatura floja y relajada. Para ello, es cabal que profesores y padres de familia unan fuerzas en la motivación de los alumnos por aprender.
Fuente: Minyard, Debra. (2015) «La importancia de la educación musical». Advanced-ed.org. Extraído de https://www.advanc-ed.org/source/importance-music-education
Publicado por: Christian Theo Huapaya Zevallos
