La chalina de la esperanza es un proyecto colaborativo iniciado en el 2008. Esta iniciativa del colectivo Desvela reúne el recuerdo de miles de desaparecidos durante el conflicto armado interno y actualmente se encuentra en la muestra permanente del Lugar de la Memoria, Tolerancia e Inclusión Social (LUM).
La búsqueda de la reparación posterior al conflicto armado interno en el Perú aún está abierta. Por ello, distintas organizaciones civiles buscando el respeto y en defensa de los derechos humanos han elaborado distintas iniciativas desde su organización o uniéndose con las distintas víctimas de este periodo de violencia. Este es el caso del colectivo Desvela impulsado por Paola Ugaz, Marina García y Morgana Vargas Llosa cuando decidieron impulsar el proyecto colaborativo de La Chalina de la Esperanza.
La chalina de la esperanza es una muestra textil y producto cultural que busca rendir homenaje a los más de catorce mil desaparecidos del conflicto armado interno y reconocer a las familias que aún los buscan. Miles de personas de distintas regiones del Perú han continuado con el tejido de esta chalina para conmemorar el nombre del familiar desaparecido.
Con la idea de esta chalina, se quiso imitar el símbolo de Penélope, quien tejía y destejía esperando el retorno de su esposo Ulises, apoyados de lo que vio Marina García Burgos en el desentierro de la fosa común de Putis, zona de Ayacucho donde ocurrió una de las tragedias más cruentas del conflicto armado. Según comentó García Burgos, en un conversatorio desarrollado sobre este proyecto, los familiares reconocían a sus fallecidos a través de sus prendas, si lo había tejido un familiar o también el tipo de punto o el color de sus prendas. Es, entonces, que juntando esta información se construye este proyecto participativo, grupal y que puede recoger testimonios de algunos familiares.
Adelina García, presidenta de la Asociación Nacional de Familiares de Secuestrados, Detenidos y Desaparecidos del Perú (Anfasep), comenta que la experiencia de tejer una “pastilla” (tejido donde bordaban el nombre del familiar) en honor al desaparecido —en este caso, su esposo— era terapéutico. Asimismo, agrega, «pensábamos qué color les gusta a nuestros desaparecidos, nuestros familiares». A propósito de la organización, Anfasep es una de las más emblemáticas asociaciones de búsqueda de desaparecidos que desde 1983 continúa en la búsqueda de verdad, justicia y reparación de todas las víctimas del conflicto armado interno.
Esta chalina, que en la actualidad tiene alrededor de un kilómetro de extensión, guarda frases, nombres, fechas e inclusive pedazos de la ropa del familiar desaparecido. Este tejido reconoce la necesidad de darle visibilidad a los desaparecidos y a los familiares que continúan en su búsqueda permanente. Desde el 2016, la chalina, se encuentra la muestra permanente del Lugar de la Memoria, Tolerancia e Inclusión Social (LUM), específicamente en la Sala Mama Angélica, nombre de una de las activistas más representativas de este periodo de violencia en el Perú y fundadora de Anfasep.
Precisamente, el pasado jueves 10 de setiembre, el LUM organizó el dialogo “La Chalina de la Esperanza”: Memoria viva comunitaria que contó con la participación de Adelina García, presidenta de Anfasep, Marina García Burgos, gestora del proyecto, y Eva Esteban, representante del Comité Internacional de la Cruz Roja. A continuación, puedes encontrar la transmisión del conversatorio. Asimismo, recuerda que, si quieres conocer las actividades que está realizando el Lugar de la Memoria, Tolerancia e Inclusión Social, puedes visitar su página web.