Transafroandina migrante, luchadora social y militante de izquierda es como se define Gahela Tseneg Cari Contreras. Las pasadas elecciones ella le dio a Perú la oportunidad de tener a la primera congresista trans del país. Sin embargo, Gahela, con el número 13 por el partido Juntos por el Perú, no pudo obtener un curul a pesar de la gran cantidad de votos que recibió por parte de la población. Hoy en día, Gahela mira hacia el futuro y tiene como primera meta luchar por el cambio de nombre en la Reniec (Registro Nacional de Identificación y Estado Civil), que debido a la inexistencia de una Ley de Identidad de Género, debe emprender para poder obtener su título de bachiller ya que su alma mater no la deja obtener su título con su nombre social.
¿Cómo así te animas a entrar a la política para el congreso?
Yo hago acciones por un mundo más justo desde que era muy pequeña. Me inicié en el activismo animalista, ambientalista. Soy animalista y ecologista, yo me dedicaba al cuidado animal. De hecho, mis padres son dirigentes campesinos, pero ya cuando estuve en la universidad recién me involucré en los procesos políticos universitarios. Es ahí donde empiezo hacer vida política universitaria y empiezo a involucrarme con otros movimientos sociales como el movimiento de mujeres. Esto me llevó a cuestionarme a entrar al movimiento LGTBIQ+, y es donde empiezo a construir mi trabajo de base. Sin embargo, en ese proceso yo no la pase muy bien.
En mi proceso de transición me botaron de casa, perdí el trabajo, Ica fue demasiado hostil conmigo. Me tuve que venir a Lima a pasar muchísimas cosas, a caminar y a soportar días sin comer y violaciones consentidas. A pesar de todo descubrí gente maravillosa en Lima y me terminé quedando. Así que en ese momento que estaba entre Ica y Lima yendo y viniendo apoye la precandidatura de Verónika Mendoza en el 2015 y luego su candidatura.
Cuando pasaron las elecciones, quienes estuvimos apoyando la campaña dijimos: ¿Y ahora qué hacemos? Durante la campaña Vero y toda la propuesta de Frente Amplio, nos había enamorado, porque era la primera vez que encontrábamos una propuesta política que luchaba por los trabajadores, agricultores y además levantaba agendas relegadas como la agenda feminista que ningún otro político quería levantar porque en ese momento significaba perder votos, y a pesar de todo eso Vero se comprometió con nuestras luchas, protegió nuestras vidas. Fue quizá una de las primeras candidatas en hablar abiertamente de la protección de la vida, incluidas las personas LGTB y eso nos tocó mucho. Así que cuando termino las elecciones no sabíamos qué hacer porque empezamos a soñar con tener una presidenta, con tener autoridades comprometidas con nuestra lucha, así que decidimos militar.
Intentamos empezar por el partido Frente Amplio y no se pudo, así que empezamos a militar construyendo un partido propio, el Nuevo Perú, como un partido socialista, feminista y de izquierda. Parte de ese proceso fue asumir retos, como armar bases o formar comités, pero también para asumir ciertas responsabilidades y una de esas responsabilidades fue asumir una candidatura. Es así que empezamos a disputar.
Y la verdad es todo un logro
Creo que eso ha marcado un hito y no es un logro personal o individual, es un logro colectivo que le pertenece a quienes han estado luchando antes de nosotres. A aquellas personas que siguen luchando en este momento dentro y fuera del closet y le pertenece al movimiento en general y creo que ha sido positivo que más personas se involucren porque a partir de esta candidatura, hemos logrado construir un grupo humano de persona que se han ido sumando personas para poder buscar una representación propia dentro de ese parlamento. Espero que este sea el inicio porque yo sueño con un 2031 o 2036 donde haya más candidaturas de lesbianas de personas trans, de bisexuales y maricas y comprometidas no solamente con la lucha LGTBIQ+, con los estudiantes, con la lucha de la educación, por salud, por una vivienda digna.
¿Cómo ha sido asumirte como representante de la comunidad LGTBIQ+?
Yo no creo que represente a todas las personas LGTBIQ+, yo creo que en verdad represento a una parte de las personas de la diversidad sexual y de género. A aquellas que cuestionan el sistema, que entienden lo que pasa ante las opresiones y vivencias que vivimos, y que no son hechos aislados, que son el resultado de una estructura de desigualdad de un sistema económico neoliberal y capitalista, extractivista y patriarcal. Quienes ven toda esta relación, yo los represento, y no solo a esta comunidad en realidad sino también a mujeres cis que ven esta realidad de forma interseccional o un agricultor que sin ser LGTBIQ+ se ve representado, representada, representade en mi propuesta de una reforma agraria que les permite una mejor calidad de vida.
Lo primero es que yo personalmente no me creo representante de todas las personas LGTBIQ+, porque hay personas de esta comunidad que son machistas y racistas y que no se sienten representados por mí. Que prefieren políticos de derecha capaces de aplastar el pescuezo de otros para conseguir sus objetivos, yo no. Yo hablo de abordar el problema de forma colectiva e integral, pero no creo que sea necesario pisar la cabeza.
Para ti ¿Qué falta atender desde el Estado en la problemática de las personas trans?
Yo creo que la problemática de las personas trans va más allá de la ley de identidad de género o el matrimonio igualitario, y eso no quiere decir que sean ambos no son importantes, creo que es necesario. Pero además de eso es que el Estado se comprometa a garantizar derechos a la comunidad LGTBI y a todas las personas en general, ¿qué quiere decir esto? que el estado debe garantizar una educación libre de homofobia, transfobia, lesbofobia.
De nada sirve poder casarnos y tener un derecho y nuestros datos si continuamos con un sistema educativo que es complaciente al bullying transfóbico, porque eso implicaría que esa infancia trans y esa comunidad LGTBIQ+ tenga que seguir condenada que tenga que sufrir con la transfobia y el bullying dentro de las escuelas. Eso es injusto es desigual y es obstáculo concreto al acceso de las oportunidades de las personas trans, por eso no es casual la alta tasa de personas trans que dejan las escuelas, y la deserción escolar en las personas LGTBIQ+ y particularmente con las personas trans que tiene que ver con la desigualdad y discriminación a las que están expuestas, mientras que el resto está atento o atenta, las personas de diversidad de género tienen que lidiar con la violencia o la discriminación y eso de por sí que nos juega en contra.
Es por eso que es importante que la lucha de esta comunidad sea vista de una manera interseccional, entender que es necesario garantizar la alimentación de todas las personas trans y de la ciudadanía en general y garantizar el trabajo digno. El DNI nos va permitir que se nos respete nuestra identidad sin embargo no va llenar las tripas vacías de las personas trans que siguen sin poder acceder a un empleo digno.
¿Cuáles son las medidas concretas que se deben hacer desde el activismo LGTBIQ+ con la llegada de este nuevo Congreso?
Yo creo que hay que incidir sobre todo en los tomadores de decisiones, porque más allá que partidos son funcionarios públicos y ellos se deben a toda la ciudadanía y en el marco de ese contexto, tienen la obligación de desarrollar la función de ver por todas las personas y eso incluye a la personas trans. No importa si crees que está bien o mal, porque es una política pública que no la haces para ti, sino la haces para el país, y el país implica tener que abordar desde un enfoque laico.
Es necesario que articulemos esfuerzo y haciendo trabajo de bases y que nos organicemos en nuestros territorios, en nuestras universidades, casas, escuelas, y en todos los espacios que nos encontremos. Esa es la única forma de luchar por una ley de identidad de género. Tenemos que hacer que este proceso salga de la academia y nuestros espacios de confort, porque sino seguirá siendo que no sale de la academia, porque en realidad es algo que va beneficiar a toda la ciudadanía.