La reputación corporativa es un concepto sumamente importante para las empresas, puesto que puede suponer una ventaja competitiva frente a otras compañías que se preocupan menos de su gestión. Según Grupo Atico34, se puede definir la reputación corporativa como la imagen que proyecta la empresa y la percepción de esta que tienen sus grupos de interés (tanto internos como externos), en base a las acciones internas y externas que realiza.
La reputación corporativa de una empresa es la suma de los aspectos intangibles que percibe la sociedad, como pueden ser la honestidad, los servicios que brinda, la imagen corporativa, la ética empresarial o las relaciones laborales. La importancia de la reputación corporativa para las empresas reside en que, aunque es un valor intangible, puede proporcionar ventajas competitivas. Hoy en día, es necesario contar con otros elementos diferenciadores y una buena reputación puede marcar la diferencia entre una empresa y otra, cuando los consumidores o los inversores tienen que decidir por cuál decidirse. Una buena reputación corporativa se evidencia en la asociación de los grupos de interés y, por tanto, en una mayor lealtad de clientes, trabajadores, inversores, accionistas, etc., lo que aumenta las posibilidades de recomendación y, por tanto, mayores beneficios.
Para poder conocer la imagen y reputación corporativa que perciben los diferentes stakeholders de la compañía, es necesario medirla, puesto que es la única forma de saber si la empresa va o no por el camino adecuado. Podemos medir la reputación corporativa mediante KPIs que analicen su reputación frente a los diferentes grupos de interés con los que debe establecer un vínculo y satisfacer. Una herramienta son los monitores que evalúan los diferentes indicadores de reputación corporativa como MERCO (Monitor Empresarial de Reputación Corporativa), el cual emplea la opinión de los directivos, la de expertos (como pueden ser periodistas), el público interno (miembros de la empresa) y consumidores.
La confianza es uno de los elementos centrales para la reputación corporativa, porque la reputación se construye en base a las acciones de la empresa, especialmente en el cumplimiento de las promesas hechas a sus diferentes grupos de interés. Si la empresa no cumple con las expectativas prometidas, perderá la confianza de sus skateholders. Por eso es importante generar confianza entre los diferentes grupos de interés (clientes, empleados, inversores, las administraciones, demás), puesto que la reputación no es sino una percepción subjetiva que cada uno de estos grupos tiene de la empresa en función de sus promesas, su gestión, sus acciones (externas e internas) y su capacidad para cumplir las expectativas generadas a través de sus discursos.
Para saber cómo gestionar la reputación corporativa de una empresa, antes debemos saber de qué variables depende dicha reputación. Como ocurría con los indicadores para medir la reputación, cada empresa tiene sus propios valores, que dependen de su actividad, su visión y su cultura. Pero existen variables genéricas que emplean la mayoría de monitores de reputación, como: resultados económicos financieros, calidad de la oferta comercial, reputación interna, ética y responsabilidad corporativa, dimensión internacional de la empresa e innovación.
Finalmente, es importante no confundir la reputación corporativa con la responsabilidad social corporativa (RSC), puesto que la reputación corporativa es la percepción que los grupos de interés tienen de la empresa, en base a sus acciones en diferentes ámbitos, y especialmente en su capacidad de cumplir con las expectativas creadas. Mientras que la responsabilidad social corporativa son una serie de compromisos adoptados de forma voluntaria por la empresa para la mejora social, económica y ambiental.
Fuente: Grupo Atico34