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Holocausto caníbal, ¿vale la pena ver este filme?

Tan solo la mención de esta mórbida película se ha convertido en un tema tabú por su terrible fama ganada, pero, ¿qué tan repugnante puede llegar a ser este filme? ¿Qué clase de mensaje artístico puede estar oculto dentro de la violencia?

Dicen que solo una persona de estómago duro puede acabar de ver el poco más de hora y media de esta cinta dirigida por Ruggero Deodato y escrita por Guianfranco Clerici. Holocausto caníbal se trató de una coproducción italiana-colombiana y fue estrenada el 7 de febrero 1980 en Milán-Italia, y sorprendentemente en sus inicios obtuvo una reacción positiva por parte de la audiencia. Según dicen incluso el reconocido director Sergio Leone, famoso por estar al frente de proyectos como El bueno, el malo y el feo, Por un puñado de dólares y Érase una vez en el oeste, entre otros, le presentó una carta a Deodato donde informaba lo siguiente: «Querido Ruggero, ¡qué película! La segunda parte es una obra maestra de realismo cinematográfico, pero todo parece tan real que creo que te meterás en varios problemas». Apreciación que más adelante resultó ser atinada, pues resultó siendo el blanco de una serie de controversias que incluían maltrato animal y escenas violentas y muy sexuales, hecho que condenó a la película a ser prohibida en Reino Unido, Australia, Noruega, Finlandia, Nueva Zelanda, y más, pudiendo ser comparada en repudio con la también celebre 120 días de Sodoma, pero eso es arena de otro saco.

La película está armada de forma que combina dos formatos, el cinematográfico y el found footage (metraje encontrado), pues la segunda mitad se dedica solamente a lo que fue encontrado en las cámaras abandonadas.

En cuanto al realismo de esta, por mucho tiempo se había creído que realmente se habían realizado sacrificios reales para conseguir tales tomas, sin embargo, todo fue mentira. El proyecto logró acoplar muy buenos efectos especiales a la hora de replicar heridas abiertas, cadáveres, órganos y sangre, hecho que tuvo que ser probado ante tribunales tras ser acusado de asesinato. Sin embargo, no todo resultó color de rosa pues alrededor de toda la película se llega a visualizar seis asesinatos de animales: una rata almizclera apuñalada, una tortuga gigante decapitada y diseccionada para ser comida por los cuatro personajes más controversiales, una araña asesinada con un machete, una serpiente partida a la mitad, un pequeño mono decapitado a inicios de la película y un cerdo alcanzado por un fusil; muchos años después el propio Deodato señaló que aquella decisión realmente había sido una tontería.

Pese a todas las restricciones de violencia explícita, resulta irónico que la película completa ahora mismo esté colgada en YouTube, en español y censura alguna de las escenas más controversiales. En cuanto a su argumento no es algo nada complicado, un antropólogo llamado Harold Monroe es enviado a averiguar sobre la desaparición de un grupo de tres jóvenes reporteros en lo profundo de los bosques más vírgenes de Colombia, en ese caso Monroe no se avienta solo al bosque y va con dos guías que se hacen llamar Chaco y Miguel, quienes le advierten de los verdaderos peligros de la selva, pues estos ya conocen la peligrosidad de los nativos de aquellos bosques, es por eso que le muestran al propio Monroe como presentarse con respeto hacia lo que parecen comunidades muy atrasadas. La travesía entonces continúa con el estudioso teniendo que comer incluso un pedazo de hígado para ganarse la confianza de un jefe de tribu, permitiéndosele el acceso a uno de los cadáveres de los jóvenes que buscaban, el que casualmente se mostraba decorado con las herramientas y equipos que estos habían llevado a su travesía, entre estos una cámara. Monroe no duda en rescatar la cinta para partir de vuelta a Nueva York, en donde le esperan los ejecutivos a cargo del documental que había sido mandado a grabar al primer grupo.

Es justo en esta segunda parte donde todo el contexto de la película cambia, Monroe va a buscar a los familiares de algunos de los difuntos, sin embargo, se percata que estos eran unas personas terribles, odiadas incluso por sus propios padres, una verdadera escoria social y el mismo lo confirma luego de ver unos segundos de lo grabado por los muchachos, aun así, la productora insiste en la presentación del documental en televisión abierta. Monroe les ofrece mejor que le den un vistazo ellos mismos y después ya decidieran si subirlo o no, y estos acceden. Transportándonos el resto de la cinta desde el punto de vista de los jóvenes muertos, su crueldad hacia la naturaleza y la vida en general, siendo estos quienes se habían infiltrado en varios pueblos para quemar las pequeñas chozas de los indígenas, quemando a algunos en el proceso, fornicando entre los escombros y delante de todos por el placer que les causaba el sufrimiento ajeno, violando y asesinado a una indígena que capturaron, y empalándola para hacerle creer a la audiencia que aquello había sido por obra de las peleas entre las distintas tribus que coexistían en las contrarías orillas de un pequeño riachuelo.

La película finaliza con los propios ejecutivos pidiendo la destrucción total de la cinta y con Harold Monroe abandonando el edificio pensando sobre quienes serán los verdaderos caníbales, este último hito es lo que marca realmente una diferencia de esta película con otros pertenecientes a la sub-categoría de Gore, pues más que solo mostrar la brutalidad humana, la cinta toma el papel de crítica social hacia el mundo moderno. Aun así, pese al mensaje impactante que este quiere expresar, la verdad es que se requiere un estómago fuerte para terminar de verla sin retorcerte en el asiento.