A la selección de fútbol más exitosa de la historia le faltaba un título. Muchos cracks comandaron esa selección olímpica en busca de la medalla dorada, pero todos fracasaron en el intento. Parecía que el destino lo tenía todo planeado: el 20 de agosto del 2016, con la atenta mirada de 75 mil espectadores que reventaban el Maracaná, Neymar Jr. sería el encargado de bañar en oro los sueños del pueblo brasileño.
Exactamente un año después, el héroe de la verdeamerelha haría su debut en el Parque de los Príncipes. El PSG había desembolsado 222 millones de euros por Neymar Jr. convirtiéndolo en el jugador más caro de la historia y en el nuevo conductor del equipo más ganador de Francia hacia el trofeo que tanto le había sido esquivo: la Champions League.
𝐄𝐥 𝐩𝐫𝐢𝐦𝐞𝐫 𝐨𝐫𝐨 𝐨𝐥𝐢́𝐦𝐩𝐢𝐜𝐨
Los Juegos Olímpicos de Londres 2012 habían sido el primer intento de Neymar Jr. por conseguir la preciada medalla de oro. La canarinha llegaba armada hasta los dientes a tierras británicas. Jugadores de la talla de Alex Sandro, Danilo, Marcelo, Thiago Silva, Ganso, Lucas Moura, Óscar, Pato, Hulk y Leandro Damião integraban esa selección que era dirigida por Mano Menezes.
Brasil arrasaba con el rival que se le pusiera enfrente. En todos los partidos que jugó hasta llegar a la final, los brasileños lograron convertir 3 goles. Nada parecía frenar este tren que se dirigía a los más alto del podio. Sin embargo, un doblete de Oribe Peralta ahogaría los sueños del Scratch y le daría a México su primera medalla de oro en fútbol masculino.
Cuatro años más tarde la cita sería en Río de Janeiro. Solo Neymar Jr. repetiría en el plantel pero, esta vez, como capitán. Nombres nuevos aparecerían en la convocatoria: experimentados como el arquero Weverton, Renato Augusto, Rafinha y Marquinhos respaldarían a nuestro protagonista. Mientras que jóvenes promesas como Gabriel Jesús y ‘Gabigol’ refrescarían el ataque.
La fase de grupos no se les hizo tan simple. Dos empates a cero y una victoria contundente los colocarían en el primer lugar. Luego, dos sencillos trámites, ante Colombia en cuartos y frente a Honduras en semifinales, los llevaría hacia la final. ¿El rival? La siempre poderosa Alemania llegaba a esta instancia con 21 goles a favor en los 5 partidos previos ‒10 de ellos ante la dócil representante de Oceanía: Fiyi‒ y el máximo artillero del torneo: Serge Gnabry.
Dos potencias chocaban. En tierras cariocas, el escudo alemán aún recordaba el vergonzoso 7 a 1 del Mundial pasado. El miedo presente sería disipado por un tiro libre perfecto de Neymar Jr. quien, a diferencia del 2014, ahora sí estaba presente. El capitán germano logró igualarlo: 1 a 1. Desde ese momento hasta el minuto 120 del tiempo suplementario nada cambió. El ganador se definiría desde los 12 pasos.
Todos convierten hasta llegar al quinto penal. Weverton logra atajar el disparo de Petersen y la definición para alcanzar la gloria queda en manos de nuestro protagonista. Neymar Jr. se deshace del abrazo de sus compañeros y camina hacia el área para ejecutar su penal. Coge el balón, le da un cálido beso y lo coloca en el punto que corresponde. Nueve pasos hacia atrás. Manos en la cintura. El árbitro pita. Pasos hacia la izquierda y la corrida más corta e importante de su vida. Golpea el balón y lo ajusta en el ángulo superior izquierdo. Es un golazo. Neymar cae de rodillas al suelo, abre los brazos y mira al cielo. No puede contener el llanto: sabe que acaba de hacer historia.
𝐃𝐞𝐛𝐮𝐭 𝐬𝐨𝐧̃𝐚𝐝𝐨 𝐲 𝐝𝐞𝐮𝐝𝐚 𝐜𝐨𝐧 𝐏𝐚𝐫𝐢́𝐬
Al año siguiente, luego de ganarlo todo con el Barcelona, el París Saint Germain se haría con sus servicios. En su primer partido, de visita frente al Guingamp, ‘Ney’ ya dio un destello ‒1 gol y dos asistencias‒ de lo que vendría más adelante.
Los parisinos esperaban ansiosos verlo desplegar su magia por primera vez, en vivo y en directo, con la camiseta del PSG. El 20 de agosto del 2017 el Parque de los Príncipes desborda de hinchas y Neymar Jr. hace lo que mejor sabe: jugar al fútbol.
Con cada jugada, el astro brasileño haría vibrar a todos los aficionados. Marcó dos goles: uno con el oportunismo de un goleador y el otro luego de regatear a tres rivales dentro del área. Dio dos asistencias: una de taco para el gol de Rabiot y otra en un tiro de esquina con el borde externo para la tijera de Kurzawa. El heredero del ‘jogo bonito’ se había metido en el corazón de todos en París.
A partir de ese momento, Neymar Jr. y el PSG hicieron lo que se les antojó en canchas galas. 3 Ligue 1, 2 Copas de Francia, 2 Copas de la Liga y 2 Supercopas demuestran la amplia superioridad que ha marcado el club a nivel nacional. Nadie, dentro de su territorio, logra hacerle frente. Sin embargo, la historia no ha sido la misma a nivel europeo.
Dos ediciones consecutivas con ‘Ney’ a la cabeza en la fase de grupos, pero lesionado para las fases finales, el PSG no había podido superar los octavos de final. Los millones de inversión no daban frutos. Las críticas a nuestro protagonista no se harían esperar.
Sin embargo, este año, un año atípico para nuestro mundo y también para el planeta fútbol, ha dado el mejor resultado para el PSG. Por fin pudieron avanzar más allá de los octavos de final y llegan, por primera vez en su historia, hasta el último partido. El domingo disputarán la final frente al Bayern Múnich y Neymar volverá a encontrarse con viejos conocidos.
Con Neymar Jr., siempre bien acompañado por Mbappé, el Paris Saint Germain quiere levantar la Orejona. Para lograrlo, tendrá que superar al poderoso equipo bávaro que viene arrollando, de manera contundente, a todo equipo que se le ponga enfrente. Un partidazo con protagonistas que ya se conocen, como ‘Ney’ y Gnabry, pero con la incertidumbre que siempre te deja el hecho de ver enfrentadas a dos potencias.
Foto principal: Marca.com