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Big data: ¿Es posible transformar la realidad en datos?

El big data tiene como objetivo cuantificar el mundo. Actualmente puede transformar en información diversos aspectos de la vida que antes era imposible cuantificar o estudiar, como los datos no estructurados (por ejemplo, datos que no son texto, necesariamente, como fotografías, imágenes y ficheros de audio). Este fenómeno ha sido denominado como dataficación que, según el investigador Emiliano Treré, es el proceso en el que la realidad social se transforma en datos.

De esta manera, nuestra localización ha sido dataficada, primero con la invención de la longitud y la latitud, y en la actualidad con los sistemas de GPS controlados por satélite. En ese sentido, nuestras palabras ahora son datos analizados por ordenadores mediante minería de datos. E incluso nuestras amistades y publicaciones que nos gustan son transformadas en datos, a través de los gráficos de relaciones de redes sociales o, al inicio, con los “likes”, actualmente con mayor precisión, con los “Me encanta”, “Me divierte”, “Me enoja”, “Me entristece” de Facebook.

Cerca del año 300 a. C Artisaco de Samos realizó profundos análisis que permitieron calcular y cuantificar la distancia que separa a la Tierra de la Luna y el Sol, y creó un modelo heliocéntrico del Sistema Solar. Actualmente, la astronomía también hace uso del big data gracias a la astro-estadística y a la inteligencia artificial.

Sin embargo, ahora el reto de los astrónomos será organizar todos estos datos sobre el universo, con el objetivo de extraer conocimiento de esos datos para clasificar millones de estrellas, descubrir nuevos cuerpos celestes y comprender la evolución de nuestra galaxia.

Sin embargo, como se ha podido mencionar, se puede cuantificar todo, casi todo, ¿hay límites en cuanto a la dataficación? Por ejemplo, en los datos personales ¿a quién o quiénes le pertenecen? ¿A nosotros? ¿A la página que nos solicita estos datos para usar sus servicios? ¿A la compañía que ha creado dicha página? ¿Qué se hace con esos datos?

Es por ello que la privacidad de datos, trata de proteger aquellos datos personales que incluye datos como nuestra voz, nuestra dirección o datos económicos. Pero también datos de carácter personal como nuestros “likes” en Facebook o nuestro ADN. Ni siquiera nosotros mismos somos conscientes de las formas en las que nuestro propio día a día nos hace identificables. Para lograr percibir la privacidad de los datos como algo que nos pertenece, hay que empezar por cambiar la forma de consumo hacia la tecnología.