Ciencia

La subjetividad en las ciencias sociales

Desde niños nos enseñan a vincular la ciencia con la objetividad, plasmando así la idea qué lo que no es objetivo no puede ser ciencia según las corrientes del realismo epistemológico, positivismo, materialismo dialectico; por ende, en un estudio científico todo lo que sea subjetivo es considerado como un error. Asimismo donde se comete este supuesto error más frecuentemente es en los estudios de las ciencias sociales, ya que no se puede desligar a la sociedad, a nosotros como individuos de nuestros distintos criterios subjetivos. Es por ello que se habla que la psicología, la sociología, la historia y demás; no pueden alcanzar el nivel que tienen las ciencias naturales de ahí la pregunta: ¿El científico social debe despojarse de todo su compromiso social para que su labor adquiera el estatus de ciencia? Con respecto a esta pregunta puedo afirmar que un científico social no debe renunciar a su subjetividad para que su trabajo sea científico, no obstante, está subjetividad debe ser moderada al igual que la objetividad.
Para empezar comenzaremos por definir lo que significa lo subjetivo y objetivo para la Real Academia (2020) lo subjetivo es “Perteneciente o relativo al sujeto, considerado en oposición al mundo externo” y lo objetivo “Perteneciente o relativo al objeto en sí mismo, con independencia de la propia manera de pensar o de sentir.” Así podemos ver que estos dos términos son completamente opuestos pues uno nos habla de ver al mundo desde la perspectiva del sujeto y el otro de ver al objeto tal y como es. Por este motivo para Bunge (1977) la ciencia es la recolección de un grupo de conocimientos objetivos con respecto al ambiente natural, a la sociedad, al individuo y su pensamiento. Si tomamos como referencia este concepto los estudios de las ciencias sociales no alcanzarían a ser científicas, pues según Weber (1996) el conocimiento de las ciencias culturales no es completamente objetiva como las ciencias naturales.
No obstante, estos dos conceptos toman como referencia de objetividad a las ciencias naturales, pero aquello es refutable, pues estas ciencias también tienen partes subjetivas; por ejemplo, cuando un investigador elige un tema lo hace según su criterio personal y motivación interna. De igual forma cuando se plantea una tesis que es una respuesta provisoria al problema que nace de una suposición, la cual está inspirada en su sentido común. En consecuencia no se puede aspirar a que la ciencia sea puramente objetiva porque ello sería una utopía, ya que después de todo la subjetividad forma parte del ser humano, por ende también partes de sus productos intelectuales, pues no somos una tabula rasa, sino que estamos llenos de ideologías, experiencias y de más. Tal como lo afirma Martin (2011). Quien nos dice que todo conocimiento tiene un sujeto y este sujeto es activo, por ende todo conocimiento siempre tendrá una parte subjetiva, personal. Consolidando así lo dicho líneas arriba.
Por otra parte tampoco podemos caer en la sobrevaloración de lo subjetivo pues si en un estudio pasara aquello, ya no sería ciencia sino una opinión compartida. Por esta razón Martín (2011) refiere: “En todo caso, el conocimiento será siempre el resultado o fruto de una interacción dialéctica, de un diálogo entre ambos componentes: imagen o estímulo físicos de la realidad exterior y contexto personal interior, objeto y sujeto”. (p.43) Es decir que para la construcción del conocimiento es importante tener en cuenta estos dos aspectos sin sobrevalorar ninguno, pues los dos siempre estarán presentes en las ciencias, tanto natural como social, en mayor o menor medida.
Finalmente podemos reafirmar que un científico social no debe renunciar a su subjetividad para que su trabajo sea científico, pues la objetividad absoluta no se da ni en las ciencias naturales, por lo tanto, lo que se tiene que hacer es ser conscientes de nuestra subjetividad y aprender a educarla, mas no erradicarla para que no interfiera de forma negativa en los estudios científico-sociales.

Referencia:
– BUNGE, M. (1977). La ciencia, su método y filosofía. Argentina: Siglo XX.
– Martínez, M. (2009). La psicología humanista. México. Trillas.
– Martínez, M. (2011). La investigación cualitativa etnográfica en educación. México. Trillas.
– Real Academia Española: Diccionario de la lengua española, 23. ª ed., [versión 23.4 en línea]. [15 de diciembre, 2020].
– Weber, M. (1996). Economía y sociedad. México: Fondo de Cultura Económica.
– Weber, M., & García, A. J. (2009). La «objetividad» del conocimiento en la ciencia social y en la política social (1.a ed.). Alianza.