Venta de flores en pandemia. Foto: Kiela Pacheco.
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La venta de flores afectadas por la pandemia que produjo la COVID-19

La situación de pandemia ha puesto en muchos aprietos a trabajadores que solo tienen como sustento sus propios puestos de trabajo y en el Perú, este caso se repite para miles de compatriotas en todo el país. Uno de los rubros que sufrió este impacto es el de la venta de flores que sigue luchando para recuperarse y funcionar como años anteriores.

En los alrededores del cementerio de Puente Piedra, El Parque del Recuerdo, se ubican los conocidos puestos de  flores que funcionan durante todo el año. Normalmente, ellos hacen todo tipo de arreglos, incluso pedidos para ocasiones especiales. Por lo tanto, el trabajo en este rubro es constante y lo suficiente para que día que se pueda o ayuden a solventar a sus familias.

De pronto, el 16 de marzo se declara cuarentena en el Perú, un aislamiento que todo peruano que tenía que obedecer para poder evitar mayor cantidad de contagios de COVID-19 y así no llegar a extremos tan duros como otros países que ya llegaban a más de 9 mil contagios.  Razón por la cual, miles de trabajadores tuvieron que detener sus labores, solo aquellos que se dedicaban a rubros sumamente importantes pudieron seguir saliendo los siguientes días, tal como se declaró en el Decreto Supremo N° 044-2020-PCM del 18 de marzo.

El problema fue lo improvisto de esta situación, pues al principio, se creía que solo duraría una semana y mientras pasaban los días y los contagios se incrementaban, todo se ponía más difícil para quienes vivían de lo que obtenían en el día. Tal fue el caso de estas floristas: Ashly Velázquez Ceban y Silvia Regalado Bueno.

Fue el primero de mayo que el Ministerio de Agricultura mediante la Resolución Ministerial N° 0108-2020-MINAGRI autoriza las actividades de producción, acopio, transporte, adquisición y abastecimiento de flores y plantas ornamentales, así también  el almacenamiento y distribución hacia mercados mayoristas, empresas formales y entregas a domicilio, sin incluir las ventas ambulatorias, y claro siguiendo el protocolo que establece el ministerio de Salud.

Ashly cuenta que trabajó mucho tiempo vendiendo flores al lado del cementerio, actualmente y desde hace 3 meses se ha mudado a un puesto frente a dicho lugar, esto por el motivo de la pandemia. A su “Florería Isabel” le tomó mucho tiempo retornar y fue una decepción debido a que a «las ventas estaban en cero y recién ahorita se están acomodando y se logra vender al menos para los alimentos», aseguró Ashly.

Imagen: Ashly, vendedora de flores y arreglos. Foto: Kiela Pacheco.

Casi lo mismo sufrió la Sra. Silvia dueña de la florería “El Buen Pastor”, ella lleva 2 años en este local trabajando junto su familia, principalmente su esposo, ella retornó a sus labores después del Día de la Madre y al igual que Ashly se topó con un desolado espacio donde no logro vender algo. «Nada está normal, el cementerio está cerrado y se vende poco, para el sustento económico más o menos, para la comida sí, pero otras cosas no. Para un domingo estaría llenecito y ahora no hay venta», manifestó.

Imagen: Sra. Silvia, vendedora de flores y arreglos. Foto: Kiela Pacheco.

Este sector laboral ha sido uno de los más golpeados que ha tenido grandes pérdidas durante este tiempo y aún no se logra recuperar al 100%, recordemos que cuando gobierno lanzó su programa Reactiva Perú no incluía a la floricultura, hecho que causó bastante desazón en aquellos empresarios que no obtenían ganancias desde que se declaró el Estado de Emergencia y también necesitaban de apoyo económico al igual que el resto de rubros.

Kiela Pacheco