Las clases de danza se trasladan a los medios digitales tras la “nueva normalidad” impuesta por la COVID-19
Con la llegada del virus al Perú, las escuelas y profesores de danza se vieron, en un principio, imposibilitados de laborar; sin embargo, buscaron alternativas para continuar con su arte a pesar de la coyuntura, tal es el caso de Jackeline Ramirez, Antonio Escalante y Jhonatan Honorio.
Las escuelas de danza se vieron obligadas a cerrar sus puertas luego de declararse el estado de emergencia el 15 de marzo del 2020 a nivel nacional. Todo ello a fin de cumplir con las medidas establecidas en el Decreto Supremo N°004-2020 para evitar la propagación de la COVID-19.
Quienes se dedican a este rubro artístico han replanteado sus métodos de enseñanza mediante el uso de aulas virtuales debido al estado de emergencia. Por ello, Antonio Escalante, profesor de k-pop declara lo siguiente: «Fue un impacto muy fuerte a nivel económico porque nosotros trabajamos del baile, lo cual nos llevó a replantear todo. Comenzaron a salir las clases online y bueno, todo se comenzó a dar virtualmente. Nos tuvimos que adaptar a esta situación para no ver afectados nuestros ingresos».
Las declaraciones manifiestan que la adaptación no ha sido fácil, ya que se han presentado muchas dificultades, entre ellas: problemas con la conectividad, la existencia de espacios limitados en casa y, sobre todo, el reto de seguir una clase a través de una pequeña pantalla. Al respecto, Jhonatan Honorio, profesor de danzas urbanas y director de la escuela Movement 7 en Chimbote, sostiene: «(…) hemos tratado de usar todos los medios posibles para que aprendan: tener un poco más de paciencia, hacer un taller básico mucho más básico y tratar de explicarles de tal forma que ellos entiendan; pero no es lo mismo. Con el contacto directo puedes enseñar mucho más, puesto que puedes llegar más rápido al alumno».
Los profesores y las escuelas de danza sufrieron un gran impacto económico de carácter negativo a raíz de la imposición del estado de emergencia, como lo demuestra el “Informe sobre el impacto del estado de emergencia por el COVID-19 en el sector de las artes, museos e industrias culturales y creativas”. Esta situación ha evidenciado la poca importancia que se le brinda al sector artístico en nuestro país, específicamente a la danza. Al respecto, Antonio Escalante afirma que «cuando se habla de arte, hablan más de los actores y cantantes, pero el tema del baile no ha tenido respaldo del Estado. He visto personas de este rubro que han querido hablar del tema, pero creo que la danza en nuestro país tiene muchos problemas».
Ante ello, y como medida de apoyo para el sector artístico, el gobierno de Martín Vizcarra creó en el mes de junio, mediante Decreto de Urgencia N°058-2020, el denominado bono para artistas, destinando 50 millones de soles para aquellas personas, organizaciones y empresas que se dediquen a actividades culturales. Para acceder a este bono, el Ministerio de Cultura publicó las bases y requisitos que los solicitantes deben cumplir para poder recibir este apoyo económico.
Sin embargo, en el rubro de la danza independiente, Jhonathan Honorio señala que para calificar a este bono exigían muchos requisitos complejos que hacían pensar que la ayuda económica estaba dirigida solo a organizaciones culturales grandes, dejando de lado los casos particulares. «Sí sé que el Ministerio de Cultura iba a apoyar ciertos sectores del arte, pero te pedían muchos requisitos que eran como para espacios más grandes; definitivamente ni yo ni los chicos que han trabajado conmigo hemos recibido ningún apoyo, declaró».
Aun así, muchos profesores y escuelas de danza han logrado trasladar de forma satisfactoria su trabajo a los medios digitales. En el mes de abril, la Asociación Cultural D1, a cargo de Vania Masías, implementó su plataforma virtual llamada “D1gital”, incorporando en ella clases en vivo, workshops, talleres y conversatorios, con el fin de que los alumnos puedan vivir de forma realista la experiencia D1. Por otro lado, escuelas como Soulful Studio y TFS Perú apostaron por la alianza internacional, ofreciendo en sus plataformas virtuales la posibilidad de aprender con exponentes de la danza urbana de diversas partes del mundo.