¿Normalizar la obesidad o amar nuestro cuerpo?: Un debate sobre la salud
Actualmente existen nuevas corrientes de pensamiento que buscan de alguna forma normalizar la obesidad sin alguna mala intención. Es más, esto se busca tomando la reivindicación del derecho de no ser estigmatizado y evitando la discriminación desde el aspecto físico de las personas. Es de conocimiento general que las personas con obesidad suelen recibir cierto rechazo social, pero esta polémica debe ser analizada cuidadosamente para no llegar a conclusiones erróneas ni discriminatorias.
Entonces, a veces puede que nos venga la incógnita ¿Estamos empezando a normalizar la obesidad con tantas campañas de moda con fines lucrativos, o realmente es el fin una búsqueda de salud? Pues, antes de que el mundo sea enclaustrado por el Covid-19, la obesidad y el sobrepeso ya se constituía como una enfermedad que afectaba a millones de personas en todo el mundo.
Dicha condición causa distintos males que llegan a ser nocivos para la salud. Muchas veces se puede definir a nuestra sociedad como una que se deja llevar por placeres, aunque estos no sean beneficiosos para la salud, como el excesivo consumo de grasas que vienen en los puestos de comida chatarra que tanto gusta visitar. Por el contrario, hacer ejercicio o comer sano se asocia a sufrimiento y prohibiciones.
Para determinar si una persona tiene sobrepeso u obesidad se utiliza el índice de masa corporal (IMC), la cual es una relación entre el peso y la altura de la persona. En el caso de los adultos, la Organización Mundial de la Salud (OMS) define el sobrepeso con un IMC igual o superior a 25, y a la obesidad con IMC igual o superior a 30. Lamentablemente nos hemos acostumbrado a ver personas con sobrepeso sin considerar cuan dañino puede ser para su salud, las cuales está la hipertensión y el colesterol.
Y es que, la esteticidad queda relegada cuando nos enfocamos en la real problemática: una persona tendrá ciertos problemas en algún futuro por una condición específica. Cuando alguien aumenta de peso, le es mucho más fácil cambiar su manera de vestir en vez de comer más saludable o hacer ejercicio.
Según el portal Avantis, normalizamos de esta forma, una situación, que para nada es favorable, ni debería ser normal. Además, alega que desgraciadamente aumentar de peso no solo cambia la imagen, sino que aumenta el riesgo de padecer enfermedades de diferente tipo.
Ahora, contando con los elementos del ejercicio y la alimentación sana, el pasar más horas en casa llega a ser un riesgo que corremos todos; algo que trae como consecuencia un aumento del sedentarismo (más en el sofá, sentados o en la cama) y un aumento de la cantidad de calorías que consumimos en nuestra alimentación diaria.
Trayéndonos nuevamente al contexto de la pandemia, la obesidad agrava el pronóstico de coronavirus en personas jóvenes que contraen la enfermedad. Si una persona joven tiene sobrepeso, la enfermedad le puede afectar tan negativamente como a un adulto mayor.
Hay varias razones del porqué sucede esto, aunque lo cierto es que la obesidad predispone a peores diagnósticos a los pacientes con Covid-19. La Fundación para la Diabetes Novo Nordisk afirma que, por un lado, la obesidad ejerce una presión adicional en el diafragma mientras se está acostado en la espalda, restringiendo la respiración. Con todo esto podemos afirmar que el trato social de la obesidad debe enfocarse más por la salud que por lo estético.
Con esto no se invalida los intentos sociales de poder hacer cambios en la moda y la forma de observar a las personas con sobrepeso. Una propuesta interesante es la del “Body Positive”, que predica la autoaceptación, el amor propio a la figura del cuerpo la seguridad y la no comparación con las otras personas. Este movimiento se enfoca más en un reforzamiento positivo de la autoestima.
Finalmente, como se plantea en el portal de American Health & Fitness, no se trata de aceptar o no la gordura, sino de entender que el verdadero problema está en la falta de acceso social a programas de nutrición y a la activación física desde las escuelas, además de comprender que hay existen tipos de cuerpos, cada uno con características únicas. Aceptar el cuerpo no significa glorificar la gordura, sino entender que hay diferentes tipos de personas, cada una con características diferentes. La obesidad no se debe normalizar, pero tampoco se debe estigmatizar.