Frente a una ciudad gris, se yergue un mundo en paralelo, lleno de verdor y vida. Este mundo está conformado por las lomas, no solo cargan consigo una importante biodiversidad dentro de los límites de la zona costera, sino que junto a ella suena la esperanza como el agua de oro que salta por sus senderos llenos de vegetación.
El contraste con la capital reside en que precisamente en los meses en los que es más crudo el invierno en Lima, desde julio hasta octubre, reverdecen las lomas gracias a la presencia de las neblinas, la cual juega un papel muy importante en el crecimiento acelerado de la vegetación. Uno de los eventos naturales más importantes en este ecosistema es la floración de la flor de amancaes, la cual se adorna de un hermoso color amarillo. Para ser precisos, estos ecosistemas cuentan con más de 219 especies de flora y 94 de fauna nativa y migratoria. También, una gran variedad de insectos, aves y mamíferos voladores que conviven con las especies vegetales, entre estos se encuentran, la begonia, la papaya silvestre, el zapote, los frutos de cactáceas, entre otros más.
Según la Municipalidad de Lima, se estima que estas zonas tienen un potencial de captura de carbono de hasta 260 090 tCO2-eq (toneladas de dióxido de carbono equivalente), por lo que se convierten en grandes purificadoras naturales del ambiente. Asimismo, productoras de aire limpio, de esta manera contribuyendo a la resiliencia al cambio climático citadino.
La principal actividad dentro de las lomas es el trekking o caminatas, para lo cual todos los senderos están señalizados, convirtiéndose en un espacio educativo para que niños, jóvenes y adultos aprendan, a través de visitas guiadas, sobre la importancia de estos ecosistemas y el cuidado del ambiente. En el marco de la pandemia causada por la COVID-19 el Servicio Nacional de Áreas Naturales Protegidas por el Estado, se han instalado protocolos de bioseguridad en estos espacios, entre estos están el uso obligatorio de doble mascarilla, la implementación de estaciones de desinfección en diferentes puntos del recorrido y la prohibición de ingreso de plásticos de un solo uso. Además, entre estas medidas los visitantes deberán presentar al momento de su ingreso su declaración jurada de salud.
Este ecosistema ha sido incluido recientemente en la Lista de los ecosistemas frágiles del Servicio Nacional Forestal y de Fauna Silvestre (Serfor). Este paso es muy importante ya que reconoce estas áreas para su protección y visibilización del papel que cumplen en la vida silvestre de nuestra ciudad. Las lomas, solo en Lima, son un valioso ecosistema natural de más de 30 mil hectáreas de extensión que abarcan 19 distritos de la capital, pero también son un ecosistema vulnerable.
Una de las principales amenazas que tienen es la expansión urbana a territorios rurales, consecuencia del crecimiento demográfico desmedido, sumado al tráfico de terrenos y la contaminación ambiental. Ante esto se hace una necesidad la acción articulada desde los diferentes órganos municipales, gubernamentales, así como comprometer a la ciudadanía, a fin de evitar daños irreparables para este espacio natural. Aunque el accionar de estos espacios ya dice mucho del interés por la protección y la conservación de estos espacios, ya que, la negligencia de los gobiernos locales a lo largo de los últimos años, ya han causado la reducción y degradación significativa de los ecosistemas de lomas costeras en todo el Perú.