La actividad minera en Pasco tiene más de 400 años, y fue en 1956 cuando los pobladores de Cerro de Pasco aceptaron que se iniciaran operaciones mediante tajo abierto la cual definió su destino actual, el problema que atraviesan debido a la devastadora contaminación del suelo, aire y agua, y la destrucción progresiva de su estructura urbana.
El número de casos registrados hasta la fecha de septiembre del 2020 en Defensoría del Pueblo respecto a conflictos sociales de Pasco son todas referidas a los conflictos socioambientales. Se trata de una lucha de las comunidades versus las empresas mineras.
Las voces siguen en pie de lucha, eso mostraban varias familias de Cerro de Pasco que vinieron a Lima el pasado 13 de febrero, para exigir atención médica al Estado Peruano para sus hijos contaminados por plomo y otros metales provocada por la minera Volcan.
Gracias a ello, 5 niños fueron los que recibieron atención y continuaron su tratamiento en Argentina. Pero, Pasco no son solo 5 pequeños.
Las familias afectadas, según informa RPP, aseguraron que la compañía Volcan no se hace responsable del impacto ambiental y que no ha habido reparación para ellos por más de 20 años de extracción minera sin una adecuada fiscalización por parte de los poderes públicos.
En un documental estrenado el 2015 titulado “Pasco Sí Existe”, el dirigente del Centro Poblado Quiulacocha Leonard Falcon mencionaba que “prácticamente el destino de Pasco en estos momentos, es un momento agonizante”, esto debido a que los niños tenían un déficit de aprendizaje, dolores estomacales, algunos en estado de coma y silla de ruedas. Además de que EsSalud, según decía Falcon, no poseía los instrumentos necesarios para que los infectados por metales pesados salgan adelante.
Por último, otro de los problemas que adolece Cerro de Pasco es debido a las rajaduras en las infraestructuras educativas surgidas por la actividad minera, expuso el alcalde provincial de Pasco, Marco de la Cruz el pasado mes de diciembre del 2019 para Agencia Andina.