El 2021 viene a ser un año histórico para la lucha por derechos estudiantiles en las universidades latinoamericanas pues, hace más de 100 años, jóvenes universitarios decidieron cambiar su realidad, una que presentaba a la universidad como entidad conservadora, elitista, medieval, decadente y corrupta. La búsqueda de reformas y su posterior aplicación, no solo dentro de la universidad sino también en la sociedad, fue conseguida por estos alumnos, que causaron un punto de inflexión en la historia universitaria, no solo de Argentina sino de toda Latinoamérica.
Influencia y reforma en el Perú
Después de los acontecimientos producidos por las reformas, nada volvió a ser igual. Aquí en el Perú se aplicaron reformas siguiendo el ejemplo exterior. En 1919, bajo la figura de Raúl Porras, 7 universitarios, entre ellos Jorge Basadre, inauguraron un ciclo de conferencias llamado “Conversatorio Universitario” siendo este un lugar en el que se ofrecía una mirada crítica a la sociedad y cultura. Comenzó así, según Basadre, el perseguimiento de una modernización y mejora en la enseñanza superior. La reforma universitaria llegó en 1919, tras la fuerte presión estudiantil, corrigiendo algunas deficiencias de la reforma cordobesa, lográndose en una primera instancia la autonomía universitaria, el cogobierno, la gratuidad de la enseñanza, la extensión universitaria y la libertad de cátedra.
Si bien se consiguió la autonomía, esta ha sido vulnerada por distintas causas a través de los años. Siendo uno de los primeros casos lo ocurrido en el gobierno de Luis Sánchez Cerro, que al ver peligrar su dictadura por la interferencia de pensamientos contrarios al régimen autoritario, buscó limitar esta autonomía, causante de la crítica en busca de la libertad. Esto trajo consigo la clausura de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos por alrededor de 3 años. Lo que se busca actualmente mediante la autonomía no es un gobierno apartado de la sociedad, sino uno que se relacione con ella y pueda ayudar a todos para el mejoramiento de esta.
Los cambios logrados, tanto por la reforma de Córdoba como la de 1919 en Perú, continúan hasta la actualidad y significaron un gran avance para los estudiantes en lo que respecta a la implementación y respeto de sus derechos. Por ello debemos tomar como ejemplo estas reformas, para no dejarse pisotear por autoridades incompetentes, siempre con una crítica constructiva y alturada propia del nivel universitario.
Un siglo después aún se recuerda su logro y nos lleva a reflexionar sobre cómo podemos cambiar las cosas de la manera adecuada, buscando mejorar nuestra universidad y sobre todo la sociedad.
