El siglo pasado, la música contemporánea tenía la facultad de cambiarlo todo: La moda, la actitud, las formas de diversión…todo. Los 90 fue la última vez que ocurrió algo así. El escenario fue Manchester, Inglaterra. El disco, (What’s the Story) Morning Glory? La banda era Oasis, quizá la última gran leyenda del rock´n roll que, en 1996, era capaz de meter a más de 200 mil personas por noche en un concierto suyo.
(What’s the Story) Morning Glory? fue el segundo disco de Oasis, la banda de un grupo de inadaptados encabezada por los hermanos Gallagher. Para entonces, el grupo llevaba apenas 4 años de formación y, tan solo el año anterior, habían lanzado su álbum debut, Definitely Maybe, que había vendido la friolera suma de 15 millones de copias. Así empezó el fenómeno musical que muchos críticos desprevenidos comparaban con la beatlemanía.
Los más divertidos con la comparación con los 4 de Liverpool era la misma banda que nunca contó la humildad entre sus características. De hecho, todo lo contrario, su arrogancia mancuniana motivaba su hambre por llegar más alto. Por eso, apenas terminada la gira de su primer disco, el compositor principal de la banda en ese entonces, Noel Gallagher, decidió que no había tiempo que perder para el siguiente trabajo musical. Es así como en mayo de 1995, la banda se dirige a los históricos estudios Rockfield de Gales (donde, entre otras obras maestras, se grabó “A night at the Opera” de Queen) para grabar la que es considerada su obra maestra.
En palabras de Noel Gallagher, el disco no fue resultado de un proceso de creación complejo y de muchos días de experimentación, sino todo lo contrario, apenas tomó 15 días grabarlo. De hecho, lo realmente complicado fue lidiar con su hermano Liam, el vocalista, por lo cual apenas se veían el tiempo necesario para que grabe sus partes vocales. Finalmente, las 12 pistas que integran la producción nos remiten a la genialidad de Noel que, en esos años, estaba en su apogeo de creatividad.
El disco abre con “Hello”, una especie de collage sonoro de todo lo que trae la producción. Los primeros segundos se escucha el rasgueo apacible de Wonderwall pero es cortado en el acto por una descarga de guitarras afiladas. El segundo tema, “Roll with it”, lleva la esencia de su álbum anterior: una canción para corear a gritos y saltar hasta quedar sin aliento. Cuatro minutos después, las revoluciones bajan con el ya clásico “Wonderwall”.
En palabras de Noel y Liam, ninguno se explica cómo ese tema en clave acústica llegó a tanto. De hecho, si nunca en tu vida escuchaste el nombre Oasis, sí o sí escuchaste “Wonderwall” en alguna parte. El single fue lanzado el 2 de octubre del 95 y, hasta junio de 2017, había vendido más de un millón de copias.
El track 4 es Don’t Look Back in Anger, otra de las joyas del álbum. Compuesta también por Noel, se convirtió en el quinto single del grupo y uno de sus temas más exitosos y trascendentales. El tema inicia con un piano tocando las notas de “Imagine” de John Lennon y poco a poco va creciendo hasta convertirse en un himno poderoso del cual Dylan estaría más que orgulloso. El coro de la canción repite la frase “so Sally can wait”, aunque Noel no tenga ni idea de quién es esa tal Sally. De hecho, esa frase se le ocurrió de casualidad a su hermano Liam. Don’t Look Back in Anger fue el primer tema cantado por Noel y su éxito despertó los celos de su hermano que, en algún momento, se sintió desplazado como vocalista.
Finalmente, el álbum cierra con la que acaso es la canción más monumental de la banda, “Champagne Supernova”. ¿De qué trata el tema? Noel tampoco tiene ni idea, solo que sus más de 7 minutos de duración es un viaje a un mundo de texturas sonoras y ambientes psicodélicos. La guitarra de Paul Weller, invitado de lujo en el tema, le da una personalidad increíble. Poderosa y reflexiva, la canción le da un digno punto final a un álbum que marcó a toda una generación y que significó el punto más alto del llamado “britpop”