El periodismo ha ido mutando con la transformación de la sociedad, por ello no podría mantener los mismo parámetros y estilos que se llevaron a cabo el siglo pasado o hace diez años.
Una de estas nuevas configuraciones procede de la introducción de los nuevos estudios y herramientas como es el enfoque de género.
Desde esta herramienta se la logrado visibilizar la escasa o nula praxis de un periodismo que no discrimine, que no presente a la mujer en la igualdad de condiciones a la de los varones, que no contrate mujeres periodistas, que no culpabilice a la víctima en casos de violencia de género o feminicidio, que deje el morbo de lado, que realice acoso político o mediático o que romantice conductas machistas.
Por ello se han elaborado manuales o guías que podrían ayudar a mermar todo comportamiento o escrito machista. Uno de esos es el del Manual de género para periodistas: recomendaciones básicas para el ejercicio del periodismo con enfoque de género que propone los siguientes puntos
- Relee y revisa: debido a que la dificultad para incorporar un lenguaje inclusivo se encuentra en los hábitos y costumbres arraigados, y en aceptar que el “universal masculino hegemónico” no es suficiente para describir la realidad de mujeres y hombres diversos.
- Aplica la regla de la inversión: dale vuelta a la frase. Cambiar lo masculino por lo femenino y viceversa.
- Uso de dobles formas: para no excluir a uno de los dos géneros, y ante la inexistencia o imposibilidad estilística de usar genéricos, hay que citar ambos géneros.
- Alternativas a las dobles formas: des-articulización o eliminación del artículo en sustantivos neutros, aludir al cargo, profesión o título en lugar de la persona, uso de nombres abstractos y genéricos y pronombrelización o uso del “quien” o el “cual”.
- No estereotipar: prestar atención a las adjetivaciones y las descripciones que reproducen estereotipos en cuanto a roles de género (lo estético relacionado con lo femenino y lo intelectual con lo masculino).
- Recomendaciones de trato: evitar utilizar denominaciones asimétricas (son discriminatorias): señor/ señorita, no presentar a la mujer subordinada al varón, utilizar nombre y apellido para nombrar a las mujeres, utilizar el femenino de los títulos profesionales.
- Nombrar las diferentes realidades: dado que no vivimos en las mismas condiciones y es importante incluir la transversalidad para no excluir a nadie. (2011)