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Educación y vigilancia: los sesgos al detectar plagios en la educación a distancia

Ante las nuevas normas que la pandemia ha impuesto en nuestras vidas, muchas actividades finalmente han migrado al terreno digital y perfeccionado sus herramientas para funcionar con éxito. Un gran ejemplo es la educación a distancia que en varios países se ha implementado, y con ello la difícil tarea de evaluar desde el ordenador. Pero una pregunta no deja tranquilo a los docentes ¿cómo se puede saber si un alumno desde su hogar está copiando durante un examen?

La respuesta a esta cuestión ya la tienen países como Estados Unidos: inteligencia artificial y análisis biométrico. Entre el repertorio de programas que ofrecen ese servicio en internet están HonorLock, Proctorio y Respondus, solo por mencionar algunos. Según un informe del MIT Technology Review, estos algoritmos facilitan al docente el acceso momentáneo a la pantalla y la cámara web del estudiante para que el programa le advierte de algún posible caso de plagio. Algunos indicios de plagio son la distracción visual, movimiento inusual y monitoreo remoto de las pestañas en el navegador.

No obstante, otros indicios pueden parecer espeluznantes. Como todas las AI son entrenadas a partir de su aplicación en una población supuestamente representativa, las actitudes que se desprenden de ellas son consideradas «normales». Sin embargo, muchas presentan sesgos al no considerar las distintas situaciones que se pueden presentar durante la evaluación. En ese sentido, por ejemplo, aquellos alumnos que padecen de un trastorno de déficit de atención, problemas médicos o crían niños en sus hogares y deben atenderlos, siempre estarán en la mira del programa.

Además, no solo se trata de la sanción y la sospecha, sino también de un tema de privacidad. El moderador puede tener acceso a través de la cámara no solo a la ubicación del estudiante, sino a su mismo hogar.

Por las condiciones actuales, parece no haber otra solución temporal que aplicar esta modalidad de exámenes. Sin embargo, el problema se agudiza cuando se tratan de evaluaciones importantes como un examen de ingreso a la universidad o una evaluación final escolar. Por lo tanto, se enfatiza que las soluciones sean más equitativas, justas y transparentes al momento de ser calificados.